Pecco Bagnaia, la ilusión que Ducati necesitaba

El italiano reúne los ingredientes perfectos para ser el futuro en Borgo Panigale.

El momento en el que la Desmosedici de Pecco Bagnaia dijo basta (Fotos: Gold & Goose).
El momento en el que la Desmosedici de Pecco Bagnaia dijo basta (Fotos: Gold & Goose).

El Gran Premio de Andalucía fue uno de esos que dejan diversos protagonistas: con el eclipse de Marc Márquez, ausente por primera vez en una carrera desde que subió a MotoGP, los otros cuerpos del sistema solar de MotoGP 2020 empezaron a revolucionarse, permitiendo ver a pilotos en posiciones o bien inéditas para ellos o bien que recordaban a tiempos anteriores.

Más allá de Fabio Quartararo, que se consolidó como la tormenta perfecta de MotoGP, los focos se centraron –como no podía ser de otra manera- en el histórico tercer puesto de Valentino Rossi, que con 41 años y 161 días volvía al cajón de MotoGP poniendo fin a una cuarentena interminable. Un podio que durante muchos puntos de la carrera se vio seriamente amenazado por sus dos pupilos: Franco Morbidelli y, sobre todo, por Pecco Bagnaia.

El joven piloto italiano, que una semana antes se había dejado ver al inicio de carrera antes de desinflarse en ritmo e irse hacia atrás, en esta ocasión empezó algo más comedido para ir de menos a más. No solamente no vio decaer sus tiempos por vuelta, sino que tras varias vueltas en quinta posición pasó al ataque y empezó a superar pilotos con gran facilidad: en la novena vuelta superó a su compañero Jack Miller, en la décima a Maverick Viñales y en la duodécima a Valentino Rossi.

Pecco Bagnaia, la ilusión que Ducati necesitaba

Pecco Bagnaia seguido por Maverick Viñales y Joan Mir en Jerez.

No se quedó ahí: alcanzada la segunda posición, comenzó a rodar en los mismos tiempos de Fabio Quartararo. Si bien era imposible alcanzar al galo –que gestionaba su renta a la perfección-, había conseguido escaparse de las Yamaha oficiales más de dos segundos y medio al entrar en el último tercio de carrera. Tenía asegurado su primer podio en MotoGP… hasta que su Desmosedici se detuvo.

Como suele suceder en estos casos, la carrera de Pecco tiene dos lecturas. La lectura en caliente es la de la frustración, la rabia y la impotencia de haberse quedado sin un podio que se había ganado en pista. La lectura en frío, la que realmente importa a largo plazo, es que está más que preparado para luchar por grandes cosas en MotoGP y demostró a Ducati que lo que están buscando lo tienen en casa.

En un momento de MotoGP en el que el resto de grandes marcas tienen diseñados sus proyectos de futuro en lo que a pilotos se refiere, Ducati necesita un piloto ilusionante para los años venideros. Cuando más lo necesitaba, ha demostrado reunir los ingredientes perfectos para vestirse de rojo los próximos años.

Pecco Bagnaia, la ilusión que Ducati necesitaba

El momento en el que Pecco Bagnaia se proclama campeón del mundo de Moto2.

Rápido: El ingrediente fundamental. Lo lleva demostrando muchísimos años. Ya en el CEV de Moto3 demostró su potencial, y a su llegada al Mundial fue capaz de llevar a la Mahindra al podio primero y a la victoria después; dando un salto de calidad que rubricó en Moto2 subiendo al podio en solo cuatro carreras y llevándose el título en apenas su segundo año en la categoría intermedia, algo que no conseguía nadie desde Marc Márquez.

Por si todavía quedaban dudas, el pasado domingo las despejó en la que era solo su segunda carrera con la Ducati Desmosedici GP20 (el año pasado llevaba la ‘vieja’ GP18), un prometedor preludio para su segunda temporada en la élite.

Paciente: Siempre ha sabido esperar su momento y confiar en su potencial. Parece que ha pasado un siglo desde aquel 2013 en el que era un rookie de Moto3 con la FTR Honda del San Carlo Team Italia, acabando la temporada con cero puntos y, igual que la siguiente temporada en el Sky Racing Team VR46, se vio eclipsado por su compañero Romano Fenati. No hay más que ver dónde está ahora cada uno.

Pecco Bagnaia, la ilusión que Ducati necesitaba

Pecco Bagnaia el día de su debut en Qatar 2013.

Una paciencia que también mostró en su época en Mahindra (sobre todo en su primer año), así como el año pasado con la GP18. Tras una dura primera mitad de año, donde encadenó cuatro ceros y sumó once puntos en nueve carreras; en la segunda mitad multiplicó su prestación y consiguió 43 puntos en nueve carreras y rozando el podio en Phillip Island.

Sólido: Con el paso de los años se ha convertido en una máquina de acabar carreras. Después de su mal inicio de 2019, comenzó una racha en la que finalizó once de las doce en las que había participado hasta el pasado fin de semana.

Sin embargo, eso no es nada comparado con su periplo en Moto2, donde disputó 36 carreras y las acabó absolutamente todas, y solo dos fuera de los puntos: la tercera y la sexta. Es decir, que se metió en los puntos en 30 carreras consecutivas en una categoría tan exigente: las doce últimas de 2017 y las 18 del 2018 en el que se proclamó campeón del mundo; lo que demuestra una gran gestión de la presión cuando hay un título de por medio.

Pecco Bagnaia, la ilusión que Ducati necesitaba

Pecco Bagnaia logró en Assen la primera victoria para Mahindra en Moto3.

Inteligente: Gran parte de esa nueva solidez viene dada por su gran inteligencia a la hora de abordar las carreras. Ya en Moto3 lo demostró metiendo a la Mahindra en el podio cada dos por tres en base a una superior gestión de los momentos calientes del caos de la categoría ligera; y el año de su título en Moto2 lo reafirmó sabiendo perfectamente cuándo tenía que conformarse con sumar unos pocos puntos, consciente de que resultados como un octavo o un noveno podían marcar la diferencia en la general final.

Una inteligencia que también traslada al aspecto emocional. Después de la frustración del abandono en el GP de Andalucía, otros hubieran querido buscar culpables. “No puedo lamentarme de un fin de semana como este. Habíamos trabajado muy bien, éramos veloces y realmente competitivos", aseguraba el domingo, ya con la vista en Brno.

Joven: Nacido el 14 de enero de 1997, ‘Pecco’ Bagnaia tiene 23 años. Es cierto que son dos más de los que tiene Quartararo, pero cada piloto tiene su propio proceso de maduración y no conviene dejarse llevar por la comparativa con esos genios precoces que surgen cada mucho tiempo. Es el cuarto piloto más joven de la categoría tras Iker Lecuona, el propio Quartararo y Joan Mir, al que apenas saca medio año.

Eso supone que también es, de largo, el más joven de los pilotos con los que cuenta ahora mismo Ducati. El único de edad parecida es Jack Miller, dos años más mayor. Por lo que respecta a sus teóricos rivales por ser el compañero del australiano el próximo 2021, la diferencia es abismal: es casi once años más joven que Andrea Dovizioso, seis años y medio más joven que Johann Zarco y, por abordar todas las posibilidades, casi una década más joven que Jorge Lorenzo. Lleva la palabra ‘futuro’ tatuada en rojo Ducati en la frente.

Italiano: Sin ser la nacionalidad una virtud per sé, es innegable que portar la tricolore suma puntos en Borgo Panigale. Especialmente en un momento en el que van a pasar de tener un dúo italiano en este 2020 con Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci a un 2021 en el que por ahora solamente han confirmado al australiano Jack Miller.

Con Petrucci firmado por KTM y Dovi con un pie fuera, Ducati puede haber encontrado lo que lleva buscando desde que Andrea Iannone no salió según lo esperado. Un talento rápido, paciente, sólido, inteligente, joven e italiano. La ilusión que llevaban años necesitando.

Fabio Quartararo escapado en el Gran Premio de Andalucía (Fotos: Gold & Goose).

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Valentino Rossi durante el Gran Premio de Andalucía (Fotos: Gold & Goose).

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