Seis posiciones en la parrilla del Gran Premio de Japón. Es el castigo impuesto a Joan Mir por su acción en la última vuelta, donde realizó un par de pequeñas fintas para evitar que Enea Bastianini y Fabio Di Giannantonio pudieran cogerle el rebufo.
Mir llegó líder a la recta de Aragón y, para despistar a sus rivales, se movió ligeramente a un lado y al otro, una maniobra muy habitual en toda la historia del motociclismo, especialmente en los finales de carrera de las categorías pequeñas.
En lugar de buscar otra trayectoria, los dos italianos imitaron sus eses y se quedaron sin tiempo para superarle. Bastianini y Di Giannantonio, más preocupados por apurar hasta el último milímetro el rebufo de Mir que por salirse de la aspiración cuando el balear realizó su primer amago, protestaron a final de carrera. Contra todo pronóstico, Dirección de Carrera dio pábulo a sus quejas y sancionó al líder de Moto3, que tras ganar su octava carrera del año podrá ser campeón en Motegi.
Pese a que ni hubo un leve roce, ni Enea ni Fabio llegaron a emparejarse con Mir -que evidentemente no tiene retrovisores en la moto-, se ha considerado que el piloto español contravino el artículo 1.21.2: "Los pilotos deben pilotar de una forma responsable que no cause daños a otros competidores o participantes, tanto en pista como en pit lane".
Justa o no (la estupefacción por la sanción fue mayúscula entre la afición), lo indudable es que se trata de una sanción sin precedentes de algo que se ha realizado infinidad de veces en la historia del motociclismo.
El propio Joan Mir no le daba más importancia al término de la carrera: “Pasa siempre”, reconoce. “Cuando hay una recta larga en Moto3, en una última vuelta todo el mundo hace eses. El que diga que no, miente. Yo me he puesto primero para eso”, subrayaba el español cuando le comentaron las quejas de sus dos rivales, antes de conocerse la sanción.
“Sabía que, si iba detrás, todos iban a hacer eses e iba ser muy difícil adelantar”, explica. “Esto es algo que pasa siempre y a dos vueltas del final lo ha hecho él”, prosigue en referencia a Fabio Di Giananntonio.
“Claro que en una última vuelta los movimientos son más rápidos, pero no he puesto en peligro a nadie. Escuchaba las motos y no estaban detrás, no he ido a pegarles. Creo que él ha tenido movimientos más agresivos conmigo durante las carreras y yo no me quejo, porque esto son las carreras”, concluía tajante.
Después, conocida la sanción, se lo tomaría con humor, asegurando que le parecía bien… si eso sirve para que todos dejen de hacerlo.
También Valentino Rossi dio su opinión: "No le han quitado la victoria. Bien. Me gustaría hablar sólo sobre lo que he visto en pista y desde mi punto de vista ha sido peligroso porque van a 230 km/h. y hay mucha confusión al moverse de esa manera. Sólo puedo decir esto sobre la decisión de Dirección de Carrera sobre el incidente", comentaba el italiano.
La realidad es que, a partir de ahora, los pilotos de Moto3 ya saben a qué atenerse. Sin la única forma de defender la primera posición, absolutamente ningún piloto querrá salir primero a recta en la última vuelta, lo que a buen seguro generará situaciones dantescas –y potencialmente más peligrosas- en la curva previa.
El hecho objetivo es que se ha generado un precedente, convirtiendo en punible algo que nunca lo había sido.
Si es justo o no es algo subjetivo, así que te preguntamos: ¿crees que es justa la sanción?