Sete Gibernau, el hombre que puede cambiar la historia de Dani Pedrosa

El ex piloto de MotoGP es una de las nuevas incorporaciones en el box del de Honda.

Nacho González

Sete Gibernau, el hombre que puede cambiar la historia de Dani Pedrosa
Sete Gibernau, el hombre que puede cambiar la historia de Dani Pedrosa

Dani Pedrosa necesitaba un cambio, un incentivo. 2016 fue su peor año en MotoGP en prácticamente todos los aspectos: acabó en la peor clasificación final de su carrera (sexto), con menos podios que nunca (tres), no hizo ni una sola pole, por primera vez no llegó a sumar 200 puntos (se quedó en 155) y la victoria en Misano sólo impidió que se fuese de vacío por primera vez desde su año de debut en 125cc, 2001.

Ya hace tres años –desde finales de 2013- que no cuenta con la figura de Alberto Puig a su lado, señalado por algunos como parte responsable en el estancamiento de la carrera deportiva del de Castellar del Vallés. Lejos de incentivarle, la ausencia de Puig parecía dejarle desnortado, y su falta de entendimiento con los Michelin –a los que atribuye hasta un 90% de su confianza- hizo el resto en una temporada para olvidar.

2017, borrón y cuenta nueva. Una cuenta nueva en la que aparecen tres nombres propios: Rhys Edwards, antiguo jefe de prensa de Honda Racing Corporation, que pasa a encargarse de los intereses comerciales dentro de la empresa Wasserman; Edu Villodre, que se encargará de todas sus necesidades durante los fines de semana de carreras; y Sete Gibernau, como asesor deportivo. Coach, le llaman ahora.

Doble subcampeón de MotoGP en 2003 y 2004, Sete Gibernau es uno de los siete pilotos que tiene más de un subcampeonato en la clase reina sin haberla llegado a conquistar. Un club del que Dani Pedrosa todavía confía en salir. El 26 tiene, junto a Randy Mamola y Max Biaggi, el registro de haber acabado más veces en el podio final de la clase reina sin haberlo hecho nunca en lo alto: ha sido tres veces segundo (2007, 2010, 2012) y tres tercero (2008, 2009, 2013).

Necesitaba un cambio, pero no un cambio material: un cambio de mentalidad, de ambiente, de perspectiva.

Es decir, en seis de siete temporadas consecutivas acabó segundo o tercero, pero ya hace más de cuatro años de aquello. Desde el subcampeonato de 2012, cada temporada ha resultado peor que la anterior, coincidiendo además con la esplendorosa llegada de Marc Márquez a su lado del box. Cuatro temporadas de declive, y tres de ellas ‘soportando’ la fiesta del otro lado del box.

Sonó con mucha fuerza para Yamaha, también para Suzuki. Incluso para KTM. ¡Hasta le quisieron retirar! Todo el mundo opinó sobre su futuro, sobre si debería seguir o no en Honda. Muchos le aconsejaban un cambio. Optó por renovar. Necesitaba un cambio, sí, pero no de equipo. No un cambio material, sino un cambio de mentalidad, de ambiente, de perspectiva. Y ahí aparece Sete Gibernau.

El ex piloto español siempre se caracterizó por su capacidad para leer las carreras. Si llegó a convertirse en la némesis de un Valentino Rossi acostumbrado a arrasar a rivales de la talla del multicampeón Max Biaggi, no fue sólo por su rapidez. Fue por su constancia a lo largo de toda una temporada, por su capacidad de plantar batalla en cada curva, la única forma de inquietar al italiano más allá de incordiarle un domingo cada varios meses.

Y eso es exactamente lo que necesita Dani Pedrosa. Cuajar un domingo perfecto de vez en cuando ya no le vale de nada. La victoria de Misano, algo por lo que el 99,9% de pilotos del mundo suspiran y jamás conseguirán, para Pedrosa no pasa de la categoría de efímero bálsamo.

Loris Capirossi, Tohru Ukawa, Alex Barros o Makoto Tamada. Todos ellos ganaron en alguna ocasión a aquel cuasi imbatible Valentino Rossi. Pero sólo Sete Gibernau fue capaz de llevarle al límite, de hacerle pensar que la derrota podía ser algo más que un accidente.

Ahora, Sete tiene la misión de inculcarle a Pedrosa que la victoria no puede volver a ser la excepción que salva una temporada, que tiene que volver a ser su hábitat, como lo era cuando ambos vestían de azul y Pedrosa devoraba títulos como caramelos en las categorías pequeñas mientras Gibernau se convertía en el antagonista de la leyenda más grandes jamás contada en el motociclismo moderno.

Sete acompañará a Pedrosa en grandes premios y test mientras su agenda se lo permita, y desde esa posición podrá aconsejarle sobre aspectos concretos de su pilotaje, ayudarle en la gestión de neumáticos, perfilar su trazada en alguna curva en particular.... Pero su importancia en el box del 26 estará en el apartado psicológico.

Si Sete Gibernau consigue que Dani Pedrosa se lo crea, quizás obligue a reescribir su historia en la clase reina.

Si Sete apretó las tuercas al mejor Rossi, y Pedrosa es mejor piloto que Sete –que lo es-, por qué no va a poder apretar las tuercas a Marc Márquez, Maverick Viñales, Jorge Lorenzo y al propio Rossi.

Conseguir que Dani se lo crea será la más difícil de las misiones de su nuevo coach. Y la más importante. Si lo consigue, quizás obligue a reescribir por completo la historia de Dani Pedrosa en la clase reina.