Su fama le precedía: era rápido, sí, pero también se caía mucho. Casey Stoner aterrizó el cuarto de litro en el año 2005, tras haberse fogueado los dos años anteriores en la cilindrada menor. Hasta entonces, había subido dos veces al escalón más alto del podio y casi una decena a los dos restantes, pero nunca se había convertido en aspirante ‘serio’ al Mundial. Por ello, cuando hace 10 años el piloto australiano se postuló como el más fiero rival de Dani Pedrosa en 250cc, a muchos les sorprendió su rendimiento.
El propio Pedrosa tampoco lo imaginaba. Dani, que el curso anterior, había vencido con relativa comodidad (Sebastián Porto fue el único que realmente le inquietó), vio como el aussie y un par de novatos, Jorge Lorenzo, Andrea Dovizioso, le discutían su supremacía. Al final, el español se llevó la corona a casa, pero para lograrlo tuvo que emplearse a fondo. Y ello pese a que el comienzo de temporada fue excelente: el 26 venció en Jerez, cita que inauguraba la temporada, y a la felicidad de convertirse en líder de la provisional se unió el hecho de ganar por vez primera en el trazado andaluz “Ahora ya tengo victorias en las tres pistas españolas donde se disputa el Mundial [Cataluña y Valencia]. No fue fácil, el viento metía mucho polvo en la pista y eso no permitía rodar cómodo en algunas partes del circuito", declaraba tras la conclusión de la prueba.
Las complicaciones comenzarían a llegar en las siguientes dos citas, precisamente donde emergería el factor ‘Stoner’. En Estoril, el futuro bicampeón de MotoGP estrenó su casillero de victorias en la clase intermedia, al superar por menos de medio segundo a Dovizioso y al hombre de la pole, Randy de Puniet. Pedrosa, condicionado por el empañamiento de la visera de su Nolan, fue cuarto. La problemática del casco no fue un hecho circunscrito a Portugal; no en vano, reapareció en China, donde el australiano repitió triunfo y Pedrosa solo pudo ser sexto.
Stoner no volvería a ganar hasta nueve GGPP después, en Malasia, coincidiendo con las horas más bajas de su rival. Hasta entonces, Pedrosa había sido capaz de sobreponerse a los diferentes obstáculos a los que tuvo que hacer frente. El primero de ellos, el infortunio con el casco, que propició la fractura con la marca italiana en Assen y el debut con Arai en Donington; el enfrentamiento con Lorenzo, como no, fue otro de ellos. El punto álgido de su enemistad llegó en Sachsering, donde un incidente durante la carrera (el balear le dobló el escape a Pedrosa al intentar adelantarlo) originó un agrio cruce de declaraciones, del que también formaron parte sus dos representantes, Dani Amatriain y Alberto Puig.
Su fichaje por HRC para el 2006, también causó algún que otro conflicto. El problema residía en que Telefónica, su sponsor desde los inicios de su carrera, pretendía acompañarle en su salto a MotoGP. Sin embargo, el catalán llegó a un acuerdo con Honda, quien contaba con Repsol como patrocinador principal desde 1994. La pérdida de su estrella no sentó nada bien a los mandamases de la compañía española y, al término de ese curso optaron por abandonar el campeonato.
Regresando al ámbito deportivo, el revés más importante de la temporada llegó durante el Gran Premio de Japón. Allí, el barcelonés se fue al suelo hasta en tres ocasiones, fracturándose la cabeza del húmero. Su entorno ocultó la lesión y entonces nadie supo cuánto le costó terminar la prueba en segunda posición. El podio le permitió aumentar su ventaja en la clasificación sobre Stoner hasta los 63 puntos, pero en Malasia una nueva caída le impediría puntuar; mientras que Stoner sumaba 25 puntos.
En Qatar, la situación se torció aún más, pues a los problemas físicos que arrastraba se unieron otros de índole técnica. Stoner, a lo suyo, ganó otra vez, reduciendo la distancia entre ellos hasta los 26 puntos. “Tenía problemas de carburación al acelerar, en cuanto perdía el rebufo no podía hacer nada. Las otras motos corrían más. Creo que en Australia puede ser lo mismo porque allí sopla mucho el viento y habrá muchas diferencias con las Aprilia. Además, el hombro me ha dolido mucho" aseguraba Pedrosa, tras cosechar la cuarta plaza.
Coronación
Dos semanas después de realizar aquellas declaraciones, Dani llegaba a territorio enemigo con ánimo de minimizar los posibles daños. El aussie, por su parte, quería demostrar ante su público que el título podía ser suyo. La clasificación del sábado, en la que el local se hizo con la pole y el español con la sexta plaza, no auguraban nada bueno para el domingo; tampoco el inicio de la carrera, en la que un fulgurante Stoner partió como una exhalación. Unos giros después, sin embargo, el australiano cometió un error y acabó en la grava.
Con Stoner fuera de combate, el equipo del 26 se apresuró a marcar ‘P2 OK’ a su piloto, quien marchaba segundo tras Porto. La segunda plaza era buena, pero Pedrosa no quiso conformarse y en la misma recta de meta adelantó al argentino. La victoria, lograda por tan solo 27 milésimas de segundo, le otorgaba matemáticamente el entorchado. “No sé ni cómo hice la carrera de Motegi, lo pasé fatal. Luego me dijeron que tenía una fractura en la cabeza del húmero. Creo que Stoner nunca supo contra quién ni en qué condiciones estaba luchando. Hemos ganado el campeonato, estamos muy contentos, pero he notado cambios que han delatado a muchos", contaba el ya tricampeón. Puig, fiel a su estilo, fue aún más claro que su pupilo: “Estaban corriendo frente a un manco".