Subcampeones de leyenda (26): Hans Spaan

El neerlandés se quedó al borde del título mundial dos años consecutivos en el octavo de litro.

Subcampeones de leyenda (26): Hans Spaan
Subcampeones de leyenda (26): Hans Spaan

Hay subcampeones múltiples cuyos coqueteos con el título se esparcen a lo largo de una década, como el caso del suizo Bruno Kneubühler. Por el contrario, hay otros que tienen una época gloriosa más bien breve en la que concentran sus mejores resultados: es el caso del neerlandés Hans Spaan, que todavía es habitual en el paddock (hasta el pasado 2019 trabajó en el NTS RW Racing GP de Moto2).

De estreno tardío en las carreras, el título nacional de 50cc a los 20 años con Van Veen, importador neerlandés de Kreidler, hizo que la firma alemana le diese sus primeras oportunidades mundialistas en 1980, donde corrió tres carreras y acabó cuarto en todas ellas. Estaba claro que su sitio era el Mundial, y ni siquiera dos temporadas de resultados flojos –donde también hizo alguna aparición en 125cc con una MBA- le hicieron titubear.

En 1983 vive dos realidades bien distintas: en el octavo de litro no logra acabar ni una sola carrera, pero a cambio consigue la cuarta posición final y su primer podio (segundo en Rijeka tras Stefan Dorflinger) en 50cc, cilindrada que desaparece ese año para dar lugar a 80cc. Spaan decide centrarse ahí con una HuVo-Casal.

Dos podios en su primer año le dan la razón, pero en los tres siguientes solamente destaca en 1986, donde sumó dos podios más e igualó su mejor resultado final: cuarto. Fue su último año en la categoría pequeña, ya que desde 1987 se dedicó en cuerpo y alma al octavo de litro con una Honda del Photo Samson Sharp Racing Team. Ese 1988 sería un anticipo de lo que vendría después: con tres podios finalizó en la tercera posición, lejos del intratable Jorge Martínez ‘Aspar’ y de Ezio Gianola.

Al año siguiente ganó cuatro carreras: se estrenó de forma contundente en Salzburgring, puso en pie a sus compatriotas en Assen batiendo en el mano a mano a Álex Crivillé y venció en solitario en Spa y Donington. Eso le dejaba a ocho puntos de Crivi a falta de dos carreras: necesitaba ganar y que el español no fuese segundo en ambas. Ni una ni otra: Crivi le batió por dos segundos en Anderstop y por cuatro en Brno para llevarse el título. Spaan tenía que conformarse con el subcampeonato.

Sin Crivillé, Spaan partía como favorito en 1990, temporada que comenzó con el breve resurgir de un Aspar. Spaan, que había ganado la cita inaugural en Suzuka, estuvo seis carreras sin pisar el podio hasta que ganó de forma consecutiva en Spa y Le Mans para acercarse al jovencísimo Loris Capirossi y al alemán Stefan Prein.

Capirossi ganó en Donington, Spaan en Anderstop y Brno, los escenarios donde había sucumbido un año atrás. Capi ganó en Hungarorin, pero pero Prein no fallaba y llegó a la carrera final en Phillip Island dependiendo de sí mismo. Capirossi y Spaan tenían que esperar un fallo… y llegó: su Honda se averió a las pocas vueltas y dejó a ambos dependiendo de sí mismos.

Ayudado por sus compatriotas Fausto Gresini, Doriano Romboni y Bruno Casanova, que molestaban a Spaan (que llegó a soltar un puñetazo a Gresini), Capirossi se quedó la victoria y el título. El neerlandés no solo no volvió a pelear un título: ni siquiera volvió al cajón hasta su retirada en 1994. Al menos pudo resarcirse al otro lado del muro, ya que nada más retirarse se metió en el equipo Arie Molenaar, con el que el japonés Haruchika Aoki ganó los títulos de 1995 y 1996.

Ralf Waldmann en 1997, cuando logró su segundo subcampeonato consecutivo en 250cc (Foto: Gold & Goose).

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