Desde hace más de dos décadas, los vecinos del municipio italiano de Tavullia han visto a su paisano Valentino Rossi llevar el nombre del pueblo por todo el globo pilotando algunas de las mejores motos del mundo. Normalmente lo han visto por televisión, algunas acercándose a Misano, situado a tan solo unos pocos kilómetros de allí.
Han tenido que esperar a este 2019 para poder ver a Valentino Rossi a lomos de su MotoGP por las calles de su pueblo. “Es genial, es como un sueño hecho realidad", asegura el italiano, recordando sus inicios sobre las dos ruedas: “Cuando éramos más jóvenes y pilotábamos nuestras motos de 50cc siempre soñamos con pasar por Tavullia sobre una moto de MotoGP, como la M1, y hoy se ha hecho realidad. Así que fue un momento fantástico, de grandes emociones y lo disfruté mucho", reconoce el piloto del Monster Energy Yamaha.
El inicio del evento es el icónico VR46 Ranch, el lugar de entrenamiento del nueve veces campeón del mundo y sus pupilos de la VR46 Riders Academy. Allí, Rossi se pone el mono y, en lugar de elegir una de las motos de dirt track con las que entrena habitualmente, sale con su M1 rumbo a Tavullia.
No hace falta decir que el delirio inundó el pueblo tan pronto como Rossi hizo su puesta en escena. Las callas convertidas en una marea amarilla para recibir a su vecino, encantado tanto con el recibimiento de su parroquia como con el rendimiento de su montura fuera de los circuitos:
“¡La M1 en la carretera es buena! Me sentí bien y en el centro de Tavullia había mucha gente y aficionados. Creo que ellos también lo disfrutaron mucho", afirma el piloto italiano, que después de recorrer las calles de Tavullia no se detuvo y** continúo el viaje hasta el número 10 de la vía Daijiro Kato, donde se encuentra el Misano World Circuit Marco Simoncelli**.
“Este es realmente mi Gran Premio de casa. ¡Mi casa está a 10 km de aquí!", exclama Rossi, recordando sus inicios como piloto: “Crecí aquí en Misano, la primera vez que monté una moto en una pista fue en Misano", continúa. Tras pasar a ver a Uccio Salucci, Luca Marini y compañía, recoge su acreditación para enseñársela al vigilante y poder acceder al circuito con su M1.
Una vez allí, recorre las curvas que le han visto ganar en tres ocasiones para terminar con un espectacular caballito en la recta de meta del trazado que este fin de semana alberga el Gran Premio de San Marino de MotoGP, donde el 46 ya tiene puesto el foco para intentar volver al podio o incluso conseguir su primera victoria del año:
“Este fin de semana esperamos mucha gente, muchos aficionados y muchas gorras amarillas... ¡Así que intentaremos dar el máximo para ser fuertes y competitivos!", promete Rossi. El domingo, tanto Tavullia como Misano volverán a vestirse de amarillo para animar a Rossi, que volverá a subirse a su M1 pero ya no estará solo.