Pese a que el numeroso público asistente se volcó en sus dos estrellas más internacionales, Gautier Paulin y Jordi Tixier, Justin Barcia logró hacerse un pequeño hueco en sus corazones. El viernes, día que empezó el espectáculo, el piloto oficial de Honda no dejó títere con cabeza. El «yankee» lo ganó todo con una mano en el bolsillo y dejó las primeras pinceladas de su potencial, que fue de menos a más. Trey Canard, su compañero de equipo, pisó Francia con algunas décimas de fiebre y, por si fuera poco, era la primera vez que iba a «territorio hostil». Visto el panorama, la jornada inaugural fue para el de Oklahoma como un día de entrenamiento. Era necesario habituarse al nuevo formato y al ritmo de la carrera para apretarle las tuercas a Barcia y poner la guinda a un pastel cada vez más llamativo en Europa. Por cierto, el SX París-Bercy se trasladará el próximo año a otro recinto (por determinar). Parece ser que el estadio que recoge toda la historia de esta carrera necesita pasar por el «taller»...
Volviendo a la carrera, y después de ponerse las pilas el viernes, Canard estuvo más fluido y rápido. Aptitudes suficientes para ser el mayor rival de Barcia. Lástima que en la final del sábado no pudo vencer a Justin por tan solo 30 metros, ya que de lo contrario, y con el resultado logrado el domingo, el desenlace de esta 31 edición del SX París-Bercy hubiera sido otro. Y es que Barcia no se andó con chiquitas en la última vuelta e hizo alarde de la agresividad que le caracteriza al chocar contra Canard, rompiéndole la rueda delantera de su CRF450R. Una acción bastante alocada, típica de él, que trajo un poquito de mal rollo en el seno del equipo Honda. «¡No quería que la carrera fuera tan emocionante!», exclamó Barcia. «Solo había décimas entre Trey y yo y al final me he dejado llevar por la intensidad de la carrera».
Mientras que ellos se las veían, los pilotos galos hicieron lo humanamente posible para seguir su ritmo. Gautier Paulin tuvo más trabajo atendiendo a sus fans y a la prensa que dentro de la pista. Aunque ganó 1.000 € al vencer la Superpole del sábado. Asimismo, Jordi Tixier, más amoldado a los circuitos de MX, tuvo varias caídas con su SX350F durante el fin de semana.
El domingo el cansancio empezó apoderarse de los participantes y, en especial, en Barcia que cometió dos errores poco frecuentes en él. El primero, una caída en una de las mangas clasificatorias y luego otra en la serie de eliminación, donde Canard no pudo evitarlo y se fue con él al suelo. Ya os podéis imaginar lo contento que estaba Trey...
A causa de la caída, ambos pilotos salieron en la manga final en la última posición y solo contaban con tres vueltas para alcanzar la cabeza de carrera, ostentada por Andrew Short. Los dos hicieron los deberes y se pusieron líderes, pero esta vez Barcia se contuvo y aseguró el triunfo final con la segunda plaza. «Es bueno volver aquí y saborear otra vez la victoria. Eso me anima a volver el próximo año e intentar sumar una tercera. ¡Me encanta este lugar!», concluyó un desmelenado Barcia.
Respecto al tercer clasificado, Andrew Short, es un viejo conocido en Bercy. A sus 31 años, el norteamericano ha participado en siete ocasiones y ha sabido aprovechar la caída de Barcia y Canard para vencer en la manga de eliminación. Sin embargo, y aunque no ha brillado, su tercer puesto dejó un sabor agridulce a la parroquia gala, pues dejaba fuera del cajón a su querido Gautier Paulin.