Cómo funcionan las luces LED

Poco a poco en los últimos años, como un goteo, y ya como un torrente, las luces de las motos han pasado de tener bombillas a iluminar con tecnología LED, una alternativa más eficaz y con más posibilidades, que cada vez es más económica.

Pepe Burgaleta

Cómo funcionan las luces LED
Cómo funcionan las luces LED

Todos conocemos las bombillas y los faros de toda vida y cómo funcionan. Dentro de un bulbo hay un hilo metálico, normalmente de un material llamado tungsteno, que se pone incandescente al pasar la corriente eléctrica a través de él. En un faro, la luz que emite se refleja en una parábola y se dirige a una zona concreta. Sobre esa base inicial se han ido realizando distintas variaciones, las halógenas disponen de gas inerte en su interior y una pequeña cantidad de iodo o bromo, que mejora el rendimiento. Más tarde llegaron las de xenón, ya con un funcionamiento por descarga, como el de los tubos fluorescentes a los que estamos acostumbrados, aunque en las motos de serie no se han llegado a emplear.

 

Cómo funciona

Una luz LED funciona gracias al trasvase de electrones entre dos materiales semiconductores, una pareja p-n (positivo-negativo), que es lo que habitualmente se conoce como un diodo. Al establecerse un voltaje entre la pareja, se crea un flujo de partículas desde cada uno de los semiconductores al otro. Como resultado se crean fotones, que son las partículas luminosas, cuyo color es variable. El trasvase de las partículas no se produce por incandescencia, ni tampoco en forma de rayos debido al voltaje, por lo que no se produce casi calor y la mayoría de la energía se invierte en luminosidad. 

 

Hay diferentes versiones de lámparas LED dependiendo del tipo de iluminación que se necesita y de la amplitud de la zona a cubrir.

Luz emitida por diodo

Hay diferentes versiones de lámparas LED dependiendo del tipo de iluminación que se necesita y de la amplitud de la zona a cubrir.

La última tecnología, que se ha introducido poco a poco son las luces LED, que funcionan de manera distinta a cualquiera de las tradicionales. En este caso la fuente de luz son un par de semiconductores entre los que se establece un flujo de corriente. La primera vez que se logró este efecto fue en 1962, y desde entonces ha llovido mucho. De las primeras luces de color rojo de baja intensidad se ha pasado a un amplio rango de colores y a intensidades que ya son válidas para ser empleadas en los faros de los vehículos. Es cierto que las luces LED bajan su eficiencia con la intensidad de la corriente, y que de momento no son válidas para aplicaciones de alta potencia, pero tiempo al tiempo.

Las grandes ventajas de las luces LED vienen dadas por su eficacia y su baja temperatura. Una bombilla tradicional utiliza la mayor parte de la energía que consume en calentarse, aproximadamente el 90 % de la que le llega. Mientras una bombilla de LED gasta en calor unas 875 calorías por hora de funcionamiento, una incandescente llega a las 20.500 calorías por hora. De esta manera la diferencia de consumo comparadas entre ambas, serían de 65 kWh una bombilla de LED frente a los 525 kWh de una incandescente. Para rematar la eficiencia tampoco tiene comparación, las incandescentes 14 lumen/W y las LED unos 57 lumen/W.

Más ventajas, pues que tienen color propio y no necesitan filtros, pueden utilizarse naranjas en los intermitentes, rojas en los pilotos, bancas en los faros, del color elegido en los chivatos. También son muy pequeñas, pueden llegar a tener menos de 2 mm2 de superficie, se encienden inmediatamente, en menos de una milésima de segundo, sin necesidad de calentarse, y duran mucho, entre 35.000 y 50.000 horas, como comparación los fluorescentes duran entre 10 y 15.000 horas, y las incandescentes entre 1.000 y 2.000 horas las normales, y entre 2.000-4.000 las halógenas. La lista podría continuar con que, emiten luz fría, son más resistentes a los golpes, pueden diseñarse para enfocar, etc.

¿Todo es maravilloso? Pues tampoco, para empezar son más caras, y operan en un rango de temperaturas menor que otros sistemas, aunque las últimas son capaces de hacerlo en un intervalo entre -40 y 100 ºC. También hay que tener en cuenta que son muy sensibles al voltaje que reciben , por lo que necesitan reguladores de tensión previos. Debido a su luz, puede darse el caso de que los colores parezcan diferentes, y el área de iluminación es menor, por lo que no valen para iluminación esférica. Otro punto a considerar es que son más atractivas para los insectos, por lo que hay que protegerlas de los impactos en aplicaciones como la automoción.