Ni la reciente llegada de los Reyes Magos nos había tenido con tanta expectación y anhelo como que el Dakar llegase a sus escenarios verdaderos. No niego que lo vivido la semana pasada tiene su interés pero no me emociona. Hacer una carrera tipo Baja cada día, con pistas y pistas, no es el sueño de quien corre el Dakar ni tampoco es para lo que se entrena. Porque para correr en barro, con frío, lluvia y casi con una lectura poco complicada del libro de ruta, sin tener que seguir rumbo con los instrumentos de navegación, no es para lo que se prepara un piloto.
La necesidad ha obligado a rehacer la carrera en los términos que han sido posibles, con el tiempo y el terreno disponibles. Chile y Perú tenían sus etapas programadas pero ambos países decidieron salir del Dakar por sus motivos de invertir el dinero destinado al Dakar a reparar los daños causados en sus territorios por “El Niño”.
Estamos ahora en el país que sigue fiel al Dakar, Argentina, con la etapa de Salta a Belén, con 393 km. de crono, divididos en dos sectores, con un enlace neutralizado, para pasar de las regiones albi celestes de Salta a la de Catamarca. Con navegación, aunque no haya sido muy complicada, prueba de ello es que ningún piloto ha fallado en los “way points”.
Así que en esta etapa 8 ya han luchado los pilotos contra la arena blanda, el calor, el recorrido fuera de pista sin estar marcada, y los peligros al acecho, tanto los marcados en cada hoja del libro de ruta, como los sorpresa. Peligros que han sido protagonistas y han cobrado sus víctimas, aunque en el caso de unos con estrella, Paulo Gonçalves, y de otros, estrellados, Txomin Arana. El portugués de Honda, líder hasta hoy, tenía una durísima caída, rodando a ritmo rápido, tras golpear su rueda trasera con una “hierba de camello”, salir cruzado de atrás para cuando la rueda ha vuelto a tocar el suelo, dar una voltereta que le ha lanzado a él al suelo cual marioneta.
Milagroso resultado para él, sin lesiones, ni para su moto, entera salvo un daño colateral en la araña que soporta los instrumentos de navegación. Incluso ni ha tenido conmoción y todo ha quedado en anécdota y la pérdida de un minuto o dos como mucho. Aún así, sujetando con la mano la instrumentación, ha terminado ¡segundo! Por cierto, a aquellos que le minusvaloran al luso, simplemente debe ser por desconocimiento de su palmarés, uno de los mejores posibles en raids, al que sólo le falta ganar el Dakar, objetivo que persigue este 2016.
Será Toby Price su mayor opositor, tremendamente sólido el australiano que, por supuesto, no está inmune a las caídas, pero que de momento las ha librado todas. Sabe bien lo que es caerse y lesionarse, tiene 27 huesos rotos, con 28 años –sacad la proporción- y lleva placas y tornillos en su cuerpo. Él mismo dice que le besó un ángel cuando hace años se rompía tres vértebras del cuello y la espalda. Así que quizás ese ángel de la guarda le sigue protegiendo a un Price que también ha ganado en etapa de navegación como la de hoy, acumulando cuatro triunfos sobre siete jornadas cronometradas. Y, lo más destacado, el piloto oficial de KTM ya es líder en la acumulada –primera vez en este Dakar y en su vida-, con una ventaja de 2'05'' sobre el piloto oficial de Honda.
Este dúo que se ha posicionado como favorito puede tener a un contrincante como es el chileno Pablo Quintanilla. Que la carrera no haya pasado por su país le ha mermado la moral patria pero nada en su fuerza de pilotaje. No ha hecho mucho ruido en la primera semana, la ha pasado de puntillas, pero comienza la segunda muy bien colocado en la general. Tercero de etapa hoy, ya es cuarto scratch, merced a ese trabajo efectivo en la sombra. Cuarto el año pasado, primer no oficial, el ahora piloto Husqvarna Factory nos brinda motivos para pensar en verle en el podium. Y eso que, a diferencia de otros, ya no tiene apoyo de sus compañeros –Renet y Faría- los dos en la lista de abandonos.
Lista que, desgraciadamente para nosotros, se ha incrementando con uno de los nuestros, que también pilotaba una Husqvarna, privada en su casa. Hablamos del vasco Txomin Arana que no podrá poner la muesca de su tercer Dakar consecutivo acabado. En este recorrido Txomintxu ha caído, rodando por encima de los 110 km/h, con el infortunio de impactar contra unas piedras, dañándose la espalda. Golpe duro, moral y físico, para quien estaba 11º en la general, tras haber sumado un par de séptimos de etapa. Decía el de Ereño, antes de comenzar este Dakar, que veía muy complicado que lo vuelva a correr dada la dificultad para reunir patrocinio. El Motoclub Gernika ha sido siempre su principal valedor, capaz de encontrar el dinero, junto a sus amigos, aficionados que han ayudado con aportaciones… ¡Ojalá! se recupere pronto y vuelva a por el cuarto.
El día de hoy no lo olvida Antoine Mèo al tener que abrir pista, estreno en esa condición derivada de su victoria de ayer. El francés ha sabido cumplir bien con ese rol, ha sido capaz de estar descubriendo la traza todo el día y eso es muy bueno para su experiencia como piloto llamado a ganar algún día el Dakar. En la meta ha sido octavo, dejándose casi once minutos, pero se lleva hecho ese master de “follow the leader”, sexto scratch.
Junto a Meo ha rodado otro debutante, Kevin Benavides, que le dio caza, emocionado al seguir por su terreno natal de Salta, con buen ritmo, firmando un quinto crono del día misma posición de la general. ¿Podría acabar en el podium como primer argentino en lograrlo, además en su año de debut? Pues igual sí. Está ahora a nueve minutos de ese puesto ocupado por un sólido Stefan Svitko que tiene la experiencia de la que carece Benavides, corriendo el eslovaco su séptimo Dakar, con el objetivo del podium para mejorar su quinto puesto del 2015.
Grandioso día ayer para nuestros mejores españoles en la tabla: Gerard Farrés (8º del día /7º general) y Joan Pedrero (9º etapa/general). Ya están los dos a ritmo con sus nuevas motos de este año tras cambiar “Farretti” a KTM y Joan a Sherco, manteniendo ambos ritmos tremendamente consolidados.
Quienes están madurando mucho, y a pasos agigantados, son tres jóvenes “rookies”: el galo Adrien Van Beveren (10º etapa/11º scratch), el americano Ricky Bravec (11º en ambas clasificaciones) y nuestro Armand Monleón. Hoy, puesto 12º y en la scratch 18º para quien no olvidemos ha ganado en 2015 el China Silk Rally y fue 2º en el Rally de Cerdeña; noveno al término del Campeonato del Mundo de Rallies Cross-Country.
Día más favorable hoy para Jordi Viladoms al que la fiebre, con origen en un resfriado mal tratado, parece remitirle y empieza dejarle pilotar en plenitud de facultades, entrando ya entre los veinte mejores, en el puesto 17º. A dureza espiritual y mental pocos le ganan a Jordi que en si escribiera un libro de historias del Dakar tendría muchísimos capítulos crueles vividos en los que un débil de mente se habría ido a casa, sin ni siquiera pensarlo. El de KTM sigue adelante y espera recuperar terreno.
Tampoco a Laia Sanz le falta fortaleza psíquica, que la usa cada jornada, con una cabeza de campeona. Hoy, por ejemplo, ha sabido interpretar bien sus condiciones. No se sentía cómoda, le costaba coger el ritmo, le faltaba “feeling” así que ha ido menos rápida, acabando 18º, ya dentro del top quince absoluto. Sigue esperando su momento, sobre todo en estos teóricos días complicados que están por llegar.
A sus espaldas, Iván Cervantes, que hoy ha ido a “clase práctica real de navegación” superando el examen de aprendizaje con nota (19º), caída incluida. Sólo antes Iván había rodado en carrera sobre dunas y navegando en el Rally de Marruecos, así que bien por él.
Antonio Gimeno prosigue con su sonrisa habitual, noble piloto y persona, con el optimismo por bandera, cuajando otro día sin errar, siempre en torno al puesto 30º y ya incluso en el 28º general. Rosa Romero –recordad, junto a Laia las dos únicas féminas en moto- y Dani Oliveras –el extrialero viaja como mochilero de Rosa-, están situados en la mitad de la tabla rodando con sensacional constancia y sin sobresaltos. Madurez la conseguida por ambos que se adquiere tras varias ediciones de presencia en el Dakar en las que los dos saben lo que es abandonar por caída o por contratiempos, situaciones de las que sacaron buen aprendizaje.
No falla Marc Solá, el grandullón catalán, también aprende de su primer Dakar, objetivo el acabar, de momento el de Yamaha España en el puesto 35º.
Adelante siguen los otros pilotos “amateur” españoles: Martí, los Fernández, los dos García, Merino…
Por cierto, hoy otra Honda HRC con problemas, en este caso eléctricos, en la moto de Michael Metge –su compañero Ricky Bravec le ha dado asistencia inicialmente pero le francés le ha dicho que siguiera-, llegando muy tarde al campamento.
Este martes les espera la primera parte de la segunda etapa maratón. 258 kilómetros en bucle con salida y meta en Belén. Que la cifra a recorrer sea baja no es sinónimo de fácil. Más bien será lo contrario: concentrado de dificultades con todo el recorrido navegando fuera de pista con un posible calor abrasador.