En sus más de setenta años de trayectoria, la marca Honda ha destacado siempre por su costante desarrollo tecnológico y su apuesta por la innovación al diseñar y fabricar sus motos. Inquietud reflejada en una rica variedad de tipos de propulsores.
Soichiro Honda inició la actividad de su instituto propio de investigación tecnológica a mediados de la década de los cuarenta, pocos años antes de fundar Honda Motor Company en 1948. Desde el inicio, la filosofía primordial era la apuesta por la innovación con el fin de poder fabricar vehículos de alta calidad.
La producción de motos pronto alcanzó la cifra de mil unidades fabricadas al mes, gracias al lanzamiento de modelos avanzados y de gran atractivo. No solo para los usuarios japoneses, sino que en poco tiempo los del resto del mundo también pudieron disfrutar de la tecnología Honda gracias al impresionante éxito que tuvieron los productos de la marca en el mercado. Así fue como, apenas diez años después de su fundación, el gigante nipón tenía una capacidad de producción por encima del millón de unidades al año, lo que le permitió convertirse, desde ese momento, en el mayor fabricante mundial de motos.
Innovación Tecnológica Honda. La competición como banco de pruebas
La presencia de Honda en el Campeonato del Mundo de Motociclismo se remonta al año 1959, y la experiencia adquirida en las carreras dio pie a la creación de una nueva gama de motores pluricilíndricos de los que pronto se beneficiaron las motos de producción.
La estructura tetracilíndrica en línea fue estrenada durante la campaña de 1960 en diversas motos de competición, como las RC146 (125 cc), RC160 a RC164 (250 cc), RC170 a RC173 (350 cc), y RC181 (500 cc). Ocho años más tarde se instaló por primera vez en un modelo de venta al público, la Honda CB 750 Four de 1968, que destacó en la época por su gran competitividad y se convirtió en el modelo de mayor cilindrada de la marca -hasta entonces, dicho honor recaía sobre la CB450, con su mecánica bicilíndrica en paralelo-.
El cigüeñal constituido por una sola pieza, la lubricación por cárter seco y el freno de disco delantero eran algunos de los aspectos destacados de la Honda CB750 Four, además de su alta calidad de fabricación que le permitía presumir de una fiabilidad mecánica desconocida hasta el momento. La mecánica presentaba una estructura SOHC (simple árbol de levas en culata), con ocho válvulas y un cubicaje total de 733 cc. Los 68 CV de potencia máxima le permitían superar los 200 km/hora, una cifra inigualable para las motos de aquella época.
El éxito de la CB750 animó a Honda a extender el uso de la arquitectura cuatro en línea a diferentes cilindradas, presente en la CB500, la CB550, la CB350, la CB400, la renovada CB750 y la CB900F. Ésta última fue presentada en 1979, con un tetracilíndrico de 901 cc y doble árbol de levas en cabeza, que le permitía rendir 95 CV de potencia.
Fue así como la siglas CB se asociaron a las motos de Honda con motor cuatro en línea, visto en múltiples modelos y en cilindradas desde 350 hasta 1.300 cc, y llegando también a las potentes superbikes de la actualidad, como la Honda CBR1000RR R SP Fireblade, que con sus 214 CV.
No obstante, el constante desarrollo tecnológico de Honda impidió a la marca encasillarse en una única estructura motriz, pues la inquietud innovadora derivó en configuraciones muy variadas. El gigante nipón ha llegado a fabricar motores de uno, dos, tres, cuatro, cinco o seis cilindros; dispuestos en línea, opuestos tipo bóxer y también en uve, tanto transversal como longitudinal; y en cilindradas desde 50 cc, para pequeños ciclomotores, hasta los 1.833 cc de la imponente Gold Wing GL.
También las mecánicas de dos tiempos se incluyen en el portfolio de mecánicas Honda, sin olvidar la singular CX500 Turbo de 1981, la primera moto con turbo que llegó al mercado. Aunque resultó ser demasiado pesado, grande y complejo, ese motor fue toda una declaración de intenciones en una década de los 80 en la que las motos con turbo estaban de moda. A la CX500 Turbo le siguió dos años después la CX650 Turbo, que rendía 65 caballos.
La riqueza técnica permitió la gestación de modelos como la Gold Wing GL 1000 de 1974, con su configuración falt 4 (cilindros opuestos dos a dos); la CBX1000 ’77, heredera de la experiencia en competición de las RC166 (250 cc) y RC174 (297 cc) con las que Jim Redman y Mike Hailwood acumularon seis títulos mundialistas; o la Honda VF750F de 1982, la primera moto estándar del gigante nipón con motor V4.
