La Escuela Monlau de Mecánicos de Competición ha vuelto a dar una muestra más de su excelencia en la formación de futuros técnicos de competición con su proyecto 'Master 14', en el que un grupo de estudiantes de la misma, bajo la coordinación de tres profesores, ha diseñado y construido una motocicleta de Moto3.
Un trabajo en equipo en el que el objetivo era, además de lógicamente mejorar las prestaciones de la Honda 250 NSF carreras-cliente de Honda para la categoría, formar a los alumnos en todo el proceso de diseño de una moto, desde la primera idea hasta las primeras pruebas en pista, aunque sin entrar en temas prohibitivos en este nivel de trabajo, presupuesto y experiencia, como podría ser un nuevo motor o un sistema diferente de suspensiones.
Era la primera vez que un trabajo de este tipo en la escuela se llevaba a cabo hasta sus últimas consecuencias, es decir, que no se limitaba a un estudio de proyecto o a una maqueta, sino que la moto tenía que funcionar y desenvolverse en pista, tal como nos comenta el coordinador general del proyecto, Alberto Garzón: «Es la primera vez que el proyecto final se hace realidad en pista. No es lo mismo crear un chasis en un plano o en una maqueta que construirlo de verdad y probarlo en pista como si de un test de MotoGP se tratara. Ello aporta un valor docente al alumno que de otra forma sería imposible de transmitir».
Entrando en materia, el proyecto, que contó con la inestimable colaboración económica de una beca Repsol, se llevó a cabo partiendo de tres premisas básicas: un nuevo chasis, un nuevo sistema de airbox y que todo ello cumpliera con la normativa vigente para participar en el CEV, es decir, que tuviera una funcionalidad real y total.
Chasis multitubular
Para el diseño del chasis se optó por una estructura multitubular en acero (cromo-molibdeno para los tubos y ST52 para las placas mecanizadas laterales) en lugar del doble viga en aluminio de la Honda original, por cuestión de costes y flexibilidad del proceso constructivo. Con el fin de aportar la mayor creatividad posible, los catorce alumnos, dirigidos por Alberto Garzón (ingeniero de pista de Monlau y coordinador general del proyecto), Xavi Soldevila (ingeniero de HRC) y Xavi Palacín (jefe de mecánicos de Álex Márquez en el Mundial de Moto3), se dividieron de inicio en dos grupos de trabajo completamente independientes, presentando cada uno de ellos una propuesta, después de analizar hasta el último detalle las diferentes opciones actuales (Honda, KTM, Mahindra…) en busca de la solución más óptima.
Una vez presentadas ambas propuestas, se analizaron los pros y contras de cada una de las dos y de nuevo el grupo de trabajo se unió de nuevo para decidir el diseño definitivo en cuanto a geometrías, volumetría y ergonomía. El mismo proceso se llevó a cabo con el airbox, con el resultado final de un sistema de doble entrada de aire, abrazando la pipa de dirección por fuera y con el que se logró una capacidad muy superior y un incremento de presión de 21,46 milibares, lo que obviamente se traduce en un mayor rendimiento del motor.
Pero una vez definidos estos dos elementos principales del proyecto, se trataba de crear una moto completa, lo que obligó al diseño y fabricación de nada menos que de 153 piezas creadas específicamente para esta moto: anclajes diversos, subchasis, araña delantera, soporte de batería, carenado, depósito de combustible y un largo etc.
Finalmente, el pasado miércoles 3 de diciembre y exactamente 9 meses después de iniciado el proyecto (un curso lectivo completo), la Moto3 de la Escuela Monlau se ponía en marcha por primera vez en el circuito de Catalunya, ante la mirada expectante y emocionada de todo el equipo involucrado y del resto de alumnos de cursos inferiores.
Dos pilotos, Sergio Jara y Víctor Carrasco, se alternaron a los mandos de la moto y de la Honda de serie, comparando constantemente ambas y dando inicio así a la penúltima fase del proyecto, la de puesta a punto en pista, con unas muy buenas sensaciones, según Sergio Jara, quien también ejerce de profesor en Monlau: «Me considero un privilegiado y, la verdad, es que me ha sorprendido por su rendimiento y funcionamiento en pista, en algunos aspectos, incluso mejor que la Honda 250 NSF. Es sólo un embrión, pero apunta muy buenas maneras».
Una vez la moto convertida en una realidad, el cierre del círculo del proceso formativo será la participación de esta moto en una carrera del CEV, algo para lo que tendremos, lógicamente, a que empiece la temporada 2015.