El Instituto de Seguridad Vial de FUNDACIÓN MAPFRE, continúa con su labor de investigación en los entornos escolares y ha desarrollado un nuevo análisis de evolución de la educación vial, que evidencia la importancia de trabajar la formación de la materia en las aulas y analiza las actitudes, los hábitos y las percepciones que tienen profesores, alumnos y padres en torno a la educación vial.
Según el estudio presentado por FUNDACIÓN MAPFRE sobre “La educación vial en el entorno educativo: padres, profesores y alumnos", uno de cada cinco padres no saben que sus hijos reciben educación vial en el colegio, los colegios invierten menos de tres horas al trimestre para enseñar esta materia a sus alumnos y aproximadamente más de medio centenar de niños perdieron la vida en un accidente de tráfico en 2012, más de 370 menores fueron heridos graves y 4.982 niños heridos leves. Cifras devastadoras para el siglo XXI.
Sólo el 28% de los padres afirman hacerse responsables de la educación vial de sus hijos, sin embargo, otros muchos delegan el compromiso de enseñar educación vial, en primer lugar, a los Cuerpos de Seguridad del Estado y en segundo lugar a los centros escolares, considerando que son ellos los que tienen la autoridad y el conocimiento para impartir estos conocimientos.
En el ámbito del profesorado, el 64% de instructores afirman implicarse con la enseñanza de educación vial, pero no aseguran estar totalmente preparados para ello. Es curioso como el colectivo docente reivindica la necesidad de programación, la planificación para la enseñanza de la materia, ya que aseguran la “informalidad en el caso” Como bien se afirmó anteriormente, según este estudio, se da menos de 3 horas al trimestre para que los niños aprendan de seguridad vial. Aún así, el 78% de profesores creen que es eficaz esta enseñanza por muy pocas horas que se den, sostienen que los actuales contenidos sobre educación vial son eficaces porque tienen un reflejo práctico en el comportamiento vial, pero todo funciona siempre y cuando lo aprendido en los colegios sea acompañado también con la educación vial por parte de padres.
Este análisis realizado por la propia FUNDACIÓN MAPFRE ha contado con 2.400 aulas y más de 70.00 alumnos entre 3 y 17 años, de los que el 62% afirman que reciben educación vial en sus colegios y el 67% de sus propios padres. Además, es llamativo como al 95% de los alumnos les gusta aprender sobre educación vial, les agrada la forma en que les enseñan las normas de circulación y seguridad.
Destaca también como la mayoría de los menores corrigen a sus padres para que “no hablen por el móvil cuando conducen” (40%), para que “esperen a que el semáforo se ponga en verde para cruzar el paso de peatones” (31%”) y para que “cuando conduzcan no se enfaden con otros conductores” (30%). La velocidad también está presente en las regañinas de los niños a sus padres.
Filomeno Mira, Vicepresidente de FUNDACIÓN MAPFRE, comunicó durante el acto de presentación del análisis que “el principal objetivo del estudio es reducir drásticamente y de la manera más rápida posible el número de accidentes, mediante tres funciones: sensibilización, formación y educación”. Además, afirmó la decisión de abrir fronteras para que la fundación también preste ayudas en otros lugares, como América Latina, que duplica la tasa europea en accidentes mortales, “ese es nuestro enfoque máximo, prevenir más muertes por la falta de conocimiento y educación vial”. Julio Laria, Director General del Instituto de Seguridad Vial de FUNDACIÓN MAPFRE, afirma que “todo lo que tratamos es conocer en profundidad lo que piensan padres, profesores y colectivos sobre educación vial. Este es nuestro ámbito de información. Nuestro reto”. Al acto también acudieron Bartolomé Vargas, Fiscal de Sala de Seguridad Vial, quien habló de la importancia de la educación vial, especialmente a raíz de la enmienda que ha propuesto a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) para que recoja como principio esta materia; Alfredo Gómez-Cerdá, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2009 y autor de los nuevos libros del programa "Educación Vial en el Aula de FUNDACIÓN MAPFRE" que son: Silvia y su triciclo, pensado para los más pequeños (menos de 3 años), Cuando Papá Noel se compró un camión, el libro más alocado y disparatado según su autor, La bicicleta crecedera de Óscar y ¿Policía o Fotógrafo?, este último para los jóvenes. Manuel Garrido, tallerista en la formación que reciben los alumnos también estuvo en la presentación de este análisis, un estudio que tanto insiste en llegar a la conciencia colectiva sobre la seguridad vial.