Cuando se lanzó la Yamaha MT-09, todos vimos que Yamaha comenzaba una nueva era. Un motor de tres cilindros, que no se usaba en la firma desde la década de los 70, una línea nueva y un espíritu mucho más juvenil que el de sus tradicionales tetracilíndricas. Sin embargo, la versión naked era una moto que se salía de los estándares habituales, de ese centro de gravedad que comentábamos que tiene en su poder la Kawasaki Z800. Era más potente, sin posibilidad de limitarse, una moto todavía económica, pero situada en un nivel superior. Sin embargo, no ha hecho falta más que cambiar su carrocería para que la varita mágica la tocase y el éxito llegase.
La Yamaha MT-09 Tracer ya tiene carenado, un aspecto trail, y las mismas bondades que su hermana desnuda. Si las cifras de venta no son más elevadas, ha sido simplemente porque Yamaha no ha tenido suficientes motos disponibles. Esto es algo más habitual de lo que parece, cuando apuestas a la grande, tienes motos y no las vendes, y el stock se convierte en un problema serio, cuando piensas de manera menos arriesgada, te encuentras con demanda sin poder satisfacer.
La Yamaha MT-09 Tracer bebe del éxito general de las MT, unas siglas que se han convertido en un arjé para Yamaha, y en el símbolo de su nueva era. Es una moto moderna y diferente en todo. Por una parte, su motor disfruta de ese pulso especial a medio camino entre las dos grandes filosofías del mundo de la moto, los bicilíndricos y tetracilíndricos, el chasis, siguiendo las normas habituales, tiene formas mucho más elaboradas de lo habitual, y su carrocería «transformer» se separa del resto.
Además, una trail de esta cilindrada no parece que sea la opción más querida por los nuevos usuarios con el carnet A2, de manera que el hecho de no ser limitable, no es un inconveniente. La Yamaha dispone de casi todo lo que los nuevos tiempos imponen en el aspecto electrónico, y también de una parte ciclo elaborada y con buenos componentes, todo ello a un precio que resulta muy atractivo en una moto de su categoría.
De las cinco motos que han logrado imponer sus cifras de ventas la pasada campaña, la Yamaha MT-09 Tracer es la más deportiva de todas, la más dinámica pese a que en principio se trate de un modelo de aspecto trail. En realidad su base es una moto de carretera, pero ya de origen con unas suspensiones de largo recorrido que inicialmente no entendíamos, pero que en ella cobran sentido. Su motor dispone de prestaciones suficientes como para utilizarla como moto de turismo, pese a que realmente no lo sea.
La protección aerodinámica, la posición de conducción, la respuesta del motor, y la posibilidad de optar por un equipamiento que incluye la solución al equipaje, lo avalan. Pero el éxito de esta nueva versión de la Yamaha MT-09 deriva de haber sabido condensar varias cosas: el aspecto marcado por la nueva categoría de motos de carretera con aspecto trail que está ahora tan en boga, la orientación del «lado oscuro» con que su marca define a toda la serie MT, y el estar en un terreno a medio camino entre los grandes modelos de peso, potencia y precio elevados, y las bicilíndricas de prestaciones más discretas. Quizás, y sorprendentemente por su aspecto, el éxito de la Tracer se base en su equilibrio.
La opinión de su propietario (Jesús Lázaro, 34 años)
El punto fuerte de la Yamaha MT-09 Tracer es el tricilíndrico, que tiene una pegada brutal en cualquiera de los tres modos de motor. Después está el componente visual, ya que a mí la moto me entró por los ojos, aunque esa es una visión subjetiva. Y, por último, el precio, ya que por equipamiento (muy atentos al «display») es difícil que te den más por menos. Es una moto cómoda para conductor y pasajero, cuyo punto débil está en la horquilla delantera y, si me apuras, en unos cubremanos que son más de postureo que funcionales.
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