Llegan las motos propulsadas por aire comprimido

Investigadores de Taiwan buscan minimizar la contaminación del aire. Investigadores de la Universidad Nacional Central de Taiwan han desarrollado una moto que rueda con aire comprimido. Se trata sólo de una primera aproximación a lo que podría ser el fin de la gasolina. Pero no están solos, ya que un inventor británico también ha encontrado la forma de empelar el aire fresco como "carburante".

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Llegan las motos propulsadas por aire comprimido
Llegan las motos propulsadas por aire comprimido

Los altos niveles de contaminación que se registran en Taiwan han sido el principal impulso de los investigadores Yu-Ta Shen y Yean-Rean Hwang, quienes han tenido en cuenta que las motos y scooter son el medio de transporte más empleado en su ciudad.
Una moto propulsada por aire no sólo sería un beneficio para el medio ambiente, sino para los bolsillos, y más cuando el precio de la gasolina es tan elevado hoy en día.
Pero no todo podía ser bonito en esta historia. El problema se presenta a la hora de tener en cuenta la energía que se necesita para poder comprimir el aire, es decir, que la cantidad de contaminación se verá reducida en función del tipo de energía que se emplee para comprimir el aire.
Además hay algún escéptico especializado en los vehículos propulsados por aire comprimido, que no ven este prototipo como un modelo factible ya que la autonomía con la que cuenta hoy en día es ínfima.
Por el momento, el primer modelo no llega a recorrer un kilómetro ya que sólo tiene una capacidad de 11,5 litros de aire, pero el objetivo es lograr que esta moto propulsada por aire tenga una autonomía de más de 30 kilómetros.

Los taiwaneses no son los únicos
En Inglaterra, el inventor Jem Stansfield ya había creado una moto propulsada por aire. En su caso, su modelo cuenta con depósitos de fibra de carbono que contienen el aire a presión. Estos depósitos se encargan de mover dos motores rotativos de aire que transmiten el movimiento por cadena a la rueda trasera.
Este modelo alcanza más de 25 km/h y tiene una autonomía de 11 kilómetros. Eso sí, recargar el “depósito” es sólo cuestión de segundos, ya que emplea directamente un compresor de aire, posiblemente semejante al que se emplea en el buceo.