BMW G 650 GS Sertão

A principios de año llegó una muy renovada BMW G 650 GS. Ahora, diez meses después, la trail monocilíndrica de BMW se desdobla en una nueva versión que se adapta mejor a un uso off road.

Víctor Gancedo. Fotos: Lluís Llurba

BMW G 650 GS Sertão
BMW G 650 GS Sertão

Sertão es una extensa región árida situada al nordeste de Brasil, cuyo significado en portugués no es otro que el aumentativo de la palabra desierto (algo así como «desiertazo»).

Con esta denominación BMW ha pretendido impregnar a su última G 650 GS de una esencia aventurera, al igual que hizo hace unos años al poner en escena la versión Dakar de la entonces monocilíndrica F 650 GS.

La nueva Sertão llega con la intención de abrir el abanico de posibles clientes de las trail «pequeñas» de BMW. Hace unos años las «mono» alemanas eran motos muy populares gracias a sus diferentes versiones, pero desde la llegada de las bicilíndricas de «ochocientos» incluso fueron «borradas del mapa».

Ahora las monocilíndricas, más sencillas y económicas, han vuelto con fuerza y se espera que el año se cierre con cerca de 600 unidades matriculadas, una cifra más que aceptable teniendo en cuenta cómo está nuestro mercado.

Los cambios más importantes que se aprecian en la Sertão con respecto a la G 650 GS «normal» se encuentran en las suspensiones y en las llantas.

La horquilla ha incrementado 40 mm su recorrido y el eje trasero 45, con lo que la ganancia en altura libre es considerable y es fácilmente comprobable a la hora de superar pequeños obstáculos al circular por caminos.

Además, llama la atención que los tarados de las suspensiones son resistentes y en carretera la moto circula con un aplomo considerable a pesar de que los neumáticos son más estrechos y que la llanta delantera ha crecido hasta 21”.

Quizá, debido a que se ha aumentado la altura global del conjunto, a que la distancia entre ejes ha crecido y a que la horquilla no se hunde demasiado en las frenadas, la moto no es especialmente rápida de dirección y en carretera hay que aplicarse un poco para entrar con precisión en las curvas más cerradas.

De todos modos, el confort de marcha que se consigue con unos recorridos de suspensiones tan generosos es realmente elogiable. Y si a esto añadimos una posición de conducción muy relajada y una pantalla sobreelevada que desvía bien el aire de la zona del casco, la verdad es que la Sertão sorprende gratamente a la hora de hacer kilómetros por carretera.

En esta primera toma de contacto hemos tenido la ocasión de hacer una bonita ruta alternando todo tipo de carreteras por las provincias de Madrid y Guadalajara, e incluso alguna pista de tierra, y en todo momento esta nueva BMW siempre ha mostrado una cara amable. Además, salvo a la hora de haber realizado maniobras un poco complicadas en caminos estrechos, la altura de su asiento no nos ha parecido excesiva en ningún momento. El conjunto es estrecho y ello se agradece.

El suave funcionamiento del motor de la Sertão es otra de las claves para que el confort de marcha sea elevado. Con eje de equilibrado y doble bujía, el monocilíndrico de 652 cc y 48 CV declarados es un prodigio en cuanto a suavidad.

Responde sin apenas «cocear» desde muy bajo régimen, sube de vueltas de forma muy regular, permite enlazar marchas con rapidez y consiente mantener cruceros máximos de forma continuada (girando incluso por encima de 6.000 rpm), sin transmitirnos apenas sus vibraciones.

Su funcionamiento poco o nada tiene que ver con el de otros grandes «monos» de épocas anteriores. Con la G 650 GS Sertão puedes llegar a disfrutar mucho y es ideal para ser escogida como primera moto grande.

Es sencilla, consume poco y su robustez está fuera de toda duda. Por 7.600 euros es una buena compra, a lo que es aconsejable añadir los 429 euros que cuesta el ABS desconectable. Su llegada a las tiendas está prevista para el mes de marzo.