Yamaha WR 450 F

Giro de traslación y de rotación el que ha efectuado Yamaha en su enduro de 450 cc. Está de vuelta a la primera plana la WRF, totalmente renovada, en la que a la parte mecánica se le ha dado la vuelta.

Texto: Santiago Ayala. Fotos: Gigi Soldano

Yamaha WR 450 F
Yamaha WR 450 F

Justo hace un año Yamaha comenzaba su renovación de las motos de enduro que bautizó con el eslogan «intencionadamente incorrecta», sátira relacionada con su diseño, por su extravagancia y diferenciación frente a lo anterior y a lo ofrecido por otras marcas, pueda parecer inadecuada. En diciembre de 2014 lanzó la WRF 250 y en el 2015 hace lo propio con la 450. Montura que nace con el mismo patrón de adaptar el modelo de cross al todo terreno.

Aunque la mayoría lo sabéis, no está de más recordar que la marca nipona adoptó para sus 4T «off road» el esquema del motor con el cilindro girado y la culata invertida, es decir, con la toma de admisión delante y la de escape, detrás. Además, la caja del filtro queda adelantada, entre la pipa de la dirección y el asiento, la vez que elevada, por encima del motor. Obviamente ello obliga a posicionar el depósito en la zona central de la montura, bajo el asiento.

La exitosa YZF450 -Campeona del Mundo MXGP 2015- ofrece una excelente base que Yamaha, con el equipo dirigido por el ingeniero Masato Yokoi, ha sabido configurar la tecnología YZ para hacer la WRF «enduro style». Así, la enduro incorpora arranque eléctrico que convive con el pedal, mecanismo que ha requerido otra instalación eléctrica montando batería y un rotor del encendido de mayor suministro eléctrico. El arranque se facilita, sobre todo en frío, con retoques en el mecanismo del descompresor, manteniendo el mando manual del estárter. Otra modificación sobre la YZF afecta a la refrigeración incrementada con la monta de serie de un electroventilador y el aumento del fuljo del aire hacia los radiadores con el rediseño del perfil de las placas laterales. La respuesta crossera del motor se torna a endurera mediante otra configuración de los árboles de levas, cigüeñal de distinto peso así como cambios en la inyección y el encendido.

Además, se monta otro sistema de escape propio con un silencioso más largo y tapado junto a otro colector -seña de identidad de la WRF, en forma de aro que rodea el cilindro-. El embrague cambia a un tacto más suave y aumenta la resistencia a la fatiga con otro cable de accionamiento, así como distintos discos y muelles. La caja de cambios se mantiene de cinco marchas pero también se modifica respecto a la de la YZF con otros desarrollos más largos en el primario, palanca específica, eje de mayor diámetro y horquillas del selector específicas -engranaje más suave-.

La parte ciclo recibe otras cotas de dirección con menos avance y lanzamiento, además de dotar al bastidor de aluminio de más flexibilidad modificando las placas de soporte del motor. El esquema de la suspensión Kayaba igualmente se ha rediseñado con reglajes endureros, más absorbentes y cómodos. Incluso en el tren trasero se ha aumentado el recorrido unos milímetros extra. Frente a la WRF 450 anterior la nueva monta un disco de freno delantero más grande, de 270 mm –antes 250- y lleva las estriberas 5 mm más bajas.

Otras modificaciones respecto a la de cross llegan en la llanta trasera de 18” (calza neumáticos Metzeler 6Days Extreme), el cubrecárter plástico, la pata de cabra (de aluminio), cadena de retenes y cuadro de instrumentos digital. Eso sí, se mantiene el depósito de cross de solo 7,5 litros –algo justo para enduro- dotando al cuadro de mandos de un testigo luminoso de aviso de bajo nivel de gasolina. Con esta arquitectura Yamaha declara un peso de su WRF de ¡123 kilos! llena, once kilos más que la YZF. Una vez más, en este apartado, Yamaha no se posiciona como referente de masa contenida.

Test raid

La presentación de esta nueva enduro ha tenido lugar en Almería planteando Yamaha una prueba en formato «desert rally». Recorrido en línea de casi doscientos kilómetros, con guías de la talla de Frans Verhoeven –piloto dakariano que correrá su undécimo Dakar-. El holandés ha formado parte del equipo de desarrollo en Europa de la WR450F y ha conseguido transmitirnos el espíritu de la montura. Una mecánica dinámicamente mucho más activa que la anterior, más deportiva en la que ha primado intentar meterse en un «target» de mercado del piloto de nivel avanzado/experto. La verdad es que lo ha conseguido, sobre todo con un motor de increíble capacidad tanto por su empuje, sólido pero progresivo, como por su gloriosa subida de vueltas y su óptima estirada. Una mecánica elástica que en uso de raid aporta grandes satisfacciones rodando a gusto en cuarta o en quinta.

No olvidéis que con la herramienta electrónica Power Tuner -se vende en opción- podéis configurar fácilmente el mapa motor y ajustar la respuesta a vuestras necesidades o gustos.
Y la parte ciclo rezuma solidez y aplomo con una gran fantástica manejabilidad para los cambios de trazada, siempre hablando en uso pistero y rodando a ritmo rápido, que es lo que hemos hecho en este primer contacto. Exquisita es la respuesta de la suspensión, con una absorción y tacto como muy pocas amortiguaciones pueden ofrecer. Capaz de combinar confort con aplomada resistencia, resultando vital para sobrevivir sin fatiga la ruta por el pedregoso y árido terreno del desierto almeriense.Impresionante tacto y potencia del equipo de frenado con un trabajo de diez, tanto delante como detrás, de lo mejor que se pueden encontrar para enduro.

Nos quedamos con las ganas de tener en nuestro terreno la moto para hacer enduro, más que raid, y así completar la visión de lo que puede dar de sí este nuevo modelo. Yamaha está de vuelta y si queréis tener una WRF450 habrá que pagar 9.200 euros, pudiendo mejorar su dotación con los numerosos accesorios que se ofrecen para ella en el catálogo de piezas (escape Akrapovic, protectores de aluminio, filtro de aire Twin Air de doble densidad...).