Reyes del diseño de motos (parte I)

A lo largo de la historia ha habido diversos diseñadores que han conseguido que sus trabajos se hayan convertido en auténticas obras de arte. Estos son los 10 genios que marcaron tendencia.

Pepe Burgaleta

Reyes del diseño de motos (parte I)
Reyes del diseño de motos (parte I)

Muchas veces las motocicletas superan su propia esencia, diseños especiales que más que un vehículo son verdaderas obras de arte. Pero no hay muchas personas capaces de lograr que una moto trascienda hasta este nivel, tan solo unos elegidos privilegiados en el diseño que son capaces de ver más allá de una carrocería, un chasis o un depósito, y nos muestran a nosotros y al resto de sus colegas, cuál va a ser el nuevo camino a seguir.

La mayoría de las motos del mercado son anónimas. Esto no significa que en realidad no tengan su firma personal, pero por diferentes razones, su diseño no ha trascendido lo suficiente como para que tenga que ser firmado. En el pasado el estilo de las motos era algo completamente accesorio. Las líneas se cuidaban, pero normalmente lo único importante era el funcionamiento del vehículo. A lo largo de muchos periodos de la historia, la mayoría de las motos eran exteriormente muy parecidas, y sólo algunos diseños, que eran los que marcaban la pauta, se separaban de lo establecido. Una moto era un depósito, un par de tapas laterales, un asiento y unos guardabarros que cubrían las ruedas. El diseño estaba ligado más a la ergonomía y la efectividad que a la estética.

Hay que tener en cuenta que durante muchas décadas, la moto era para la inmensa mayoría de sus usuarios, un medio de transporte ligero y barato, una herramienta de trabajo, no un medio de ocio o una pasión. Las motos americanas fueron las primeras en las que el estilo marcaba la diferencia, quizás porque mecánicamente estaban muy separadas de los diseños modernos de los fabricantes europeos, y aún más de los japoneses cuando hicieron su desembarco masivo en América en la década de los 60. Ahora, sin embargo, los diseñadores se han convertido en unos de los grandes protagonistas en el diseño de una moto. Cada modelo se crea no sólo como una obra de ingeniería, sino como un todo en el que la forma exterior condiciona también el resto de los componentes. Esto ha provocado que unos personales anónimos en el pasado hayan adquirido fama y notoriedad, y que una moto diseñada por uno de los grandes personajes del diseño, tenga un valor añadido, al igual que ocurre en casi todos los artículos de consumo, firmados por compañías y nombres estelares.

Massimo Tamburini, conocido por la Ducati 916

Massimo Tamburini ha sido el máximo exponente del diseño de motocicletas hasta la fecha, un hombre que más allá de las líneas exteriores esculpía la totalidad de la motocicleta, y que creó chasis realmente espectaculares.

Para la mayoría de los aficionados, especialistas o no, Tamburini ha sido el mejor diseñador de motos de la historia. Lo cierto es que este mago del diseño ha logrado siempre realizar creaciones que tenían algo de especial, y sin duda ha sido el personaje más influyente en cuanto a la estética de las motos de los últimos 40 años. Comenzó en Bimota, de la que era uno de los socios fundadores, y tras algunas motos de competición, diseñó toda una generación de motos que se convirtieron en los modelos más deseados del mundo, reconocidas como los «Ferrari de dos ruedas». Posteriormente su vida profesional siempre estuvo ligada a Claudio Castiglioni, y su grupo industrial, realizando los diseños más innovadores de Ducati. Tamburini, que dirigía el CRC — Centro Ricerche Cagiva—, se jubiló en 2008 cuando MV Agusta fue vendida a Harley-Davidson, y falleció el 6 de abril de 2014. Entre sus diseños iniciales, centrados en Bimota encontramos las Bimota SB2 con chasis multitubular y basculante coaxial o las HB2 que ya disponen de la combinación de un chasis multitubular delantero y placas de aluminio sujetando el basculante y la parte posterior del motor. Estas motos, independientemente de su estética sobresalían por sus soluciones técnicas en los bastidores, que las hicieron famosas.

Su posterior paso a Ducati nos dejó además de modelos tan conocidos como las Paso con su carrocería completamente cerrada, o las primeras series de superbikes desde la 851 a la 888, la moto probablemente más icónica de la historia, la Ducati 916, que se mantuvo en el mercado multitud de años porque nadie era capaz de crear alguna que la sustituyese, y que, de hecho, ha marcado la línea básica de diseño de innumerables modelos y de la historia posterior de la marca italiana en sus modelos más deportivos. Tampoco se puede olvidar su última etapa en MV Agusta, cuando diseñó el modelo que relanzaba la marca, la tetracilíndrica F4 con su batería de cuatro escapes saliendo bajo el colín, o su secuela, la Brutale original.

Mitsuyoshi Kohama, conocido por la Honda NR750

No es frecuente que los diseñadores japonesas salten a la fama. La filosofía de trabajo en equipo nipona es poco dada a encumbrar nombres concretos, sobre todo si su trabajo no es público necesariamente y por este motivo, que un diseñador haya podido romper la barrera del anonimato y hacerse famoso, es aún más meritorio. Uno de los pocos bien conocidos es Mitsuyohi Kohama, que lo ha sido casi todo en Honda, ya que ha participado en la mayoría de los proyectos de diseño desde los años ’80.

A él se le debe la creación de múltiples motos deportivas, entre ellas algunas de las más afamadas de su marca. Puede que Kohama haya pasado a la historia por el diseño de la NR750, que aun siendo una moto de serie muy limitada, ha tenido una enorme influencia en el diseño posterior de las motos, y es, desde luego, un antecedente de la afamada Ducati 916 de Tamburini, con su doble óptica delantera y sus escapes en el colín. Kohama empezó muy joven en Honda, y sin cumplir los 50 era el máximo responsable del diseño de la marca, en la que sigue teniendo una importancia fundamental, no en vano modelos como la NS400R con motor de tres cilindros y dos tiempos, inspirada en las motos de Gran Premio, la primera Honda VF750F, el diseño de la CBR900RR y CBR1000RR o el de las RC211V han estado debidos a su imaginación.

Willy G. Davidson, conocido por la HD Superglide 1977

Miguel Galluzzi en una entrevista con Jamie Robinson (Motogeo)

El nieto de uno de los fundadores e hijo del Presidente de la compañía americana, ambos con el mismo nombre, ha sido también uno de los responsables del diseño más influyente de la propia Harley-Davidson. “Willy G” no sólo ha estado trabajando en el diseño de sus motos, sino que a lo largo de los años ha alcanzado también puestos de responsabilidad en la gestión de la compañía, además de ser el jefe del departamento de diseño, siendo el responsable directo de aprobar los modelos. Después de graduarse en la Universidad de Wisconsin estudió en el Art Center College of design de Pasadena, y luego estuvo en California trabajando sobre customización de motos. Ha dirigido desde su nacimiento el Centro de Desarrollo de Productos de Wauwatosa en Wisconsin.

Al propio Davidson se le deben algunos modelos realmente icónicos de la marca, como la Super Glide de 1971, un modelo creado en un momento en el que la influencia de las preparaciones y de la imagen de la película Easy Rider eran tremendas, y que resultó tan chocante que tuvo que ver como se le reformaba la parte trasera, originalmente con un enorme colín. También se le debe la gama Low Rider, que apareció por vez primera en 1977, creando una nueva gama entre los grandes modelos turísticos y las Sporsters.

Miguel Ángel Galluzzi, conocido por la Ducati Monster

Miguel Galluzzi en una entrevista con Jamie Robinson (Motogeo)

El argentino, graduado en el Art Center College of Design de Pasadena en 1986, al igual que Tommy Robb, fue contemporáneo de Tamburini y Terblanche en Ducati. Su célebre frase «lo único que necesitas es un asiento, un depósito de gasolina, un motor, dos ruedas y un manillar», le llevó a diseñar la primera Ducati Monster en 1992, el modelo de la firma italaina más vendido a lo largo de su historia. Antes había trabajado en otros modelos con menos impacto como las Super Sport, y después lo hizo en la ST2 turística antes de que Ducati dejase de estar en manos de los Castiglioni.

En aquel periodo también diseñó para Cagiva la V-Raptor, que disponía de un motor Suzuki. En el año 2006 dejó el grupo Cagiva para irse a la competencia, a Aprilia para ser su director de estilo, y tras participar en el diseño de la nueva generación de Aprilia, en la que se incluye la última generación de las Tuono con motores de cuatro cilindros en V, se dedicó al diseño de la nueva generación de modelos de Moto Guzzi, entre los que destacan las California 1400. Entonces, en 2012, ya había pasado a la matriz del Grupo Piaggio. Los italianos desplazaron su centro de diseño a la localidad americana de Pasadena, que se ha convertido en los últimos tiempos gracias a su afamada escuela en uno de los centros del diseño mundial de vehículos.

Reyes del diseño de motos (parte II)