La Harley-Davidson Sportster ha sido uno de los modelos más longevos de la historia de la motocicleta, quizás sólo superado por otro que ha resistido el paso del tiempo con la misma firmeza, y que precisamente este año también ha tenido que ceder paso a una nueva generación mecánica,
La Royal Enfield Bullet. Para lograr estas hazañas no sólo hace falta tener el empaque necesario para resistir el empuje de los nuevos tiempos, también tener en su depósito de gasolina el nombre de una marca como mínimo tan histórica como ellas mismas.

Una veterana
La Sportster nació en 1957, y aunque si ves una de estas unidades notarás importantes diferencias con las últimas versiones, lo cierto es que su motor no cambió mucho con el paso de las décadas. Ese ha sido finalmente su Talón de Aquiles, porque reconvertirlo a Euro5 suponía una inversión que evidentemente no compensaba, y más de cara al futuro más inmediato.
Harley-Davidson ha realizado un cambio enorme en sus motorizaciones, algo que hemos visto como aperitivo con el lanzamiento de la Pan America, y que continúa con esta nueva generación de Sportster, que se aprovecha de este nuevo desarrollo.

Motor moderno
Para muchos, uno de los principales atractivos de las Harley-Davidson son sus motores anclados en el pasado en lo que se refiere a su arquitectura. Los árboles de levas en el cárter y las varillas y balancines de distribución han sido en las Sportster también una de sus señas de identificación, como su configuración V2 con los cilindros alineados y las bielas alternando en el mismo plano, o la refrigeración por aire.
Como decía Rutger Hauer en su papel de replicante en una de las escenas finales de Blade Runner el “todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”. El nuevo propulsor de la Sportster S tiene cuatro válvulas, árboles en el cárter, refrigeración líquida, una tecnología del siglo XXI y el doble de potencia que antes.

Base Revolution
La base es el propulsor que Harley-Davidson bautizó como Revolution Max 1250, y que propulsa la Pan America, pero en una versión denominada T, que ha sufrido modificaciones para cambiar su comportamiento y adaptarse a una moto naked que necesita menos prestaciones.
La potencia se ha reducido a 122 CV desde los 150 CV, manteniéndose el mismo valor de par máximo de 127 Nm. Para ello se cuenta con válvulas y conductos de menor diámetro que mejoran el rendimiento a bajo régimen y proporcionando un 10% más de par entre 3.000 y 6.000 rpm, que se combinan con trompetas más largas y una caja de filtro de aire adaptada.

Cambios internos
También cuenta con nuevos pistones forjados que reducen la relación de compresión de 13,0 a 12,0:1 y un nuevo diagrama de distribución en levas de menos alzada, pero que mantiene su sistema de distribución variable. Las culatas cuentan con dos árboles de lavas cada una y ajuste hidráulico de la holgura de las válvulas como es tradicional en la firma americana.
El motor tiene el ángulo de la V más abierto que en los tradicionales bicilíndricos de la marca, con 60° entre ellos manteniendo la admisión en el centro de la V. El cárter es monobloque, con cilindros de aluminio al Nikasil y las tapas del motor están realizadas en magnesio.

Menos chasis
Un cambio fundamental es el que el motor es autoportante, de manera que el chasis se puede reducir a las estructuras que dan soporte a las suspensiones y los ocupantes, pero sin necesidad de una función estructural de todo el conjunto. Esta arquitectura permite una importante pérdida de peso frente al tubular de doble cuna de las anteriores Sportster.
Para que el pasaje no se vea afectado por las vibraciones cuenta con eje de equilibrado, y como ya es habitual el embrague tiene un sistema que limita el par que puede recibir el motor desde la rueda para evitar bloqueos. Como es habitual la transmisión secundaria se efectúa por medio de una correa dentada.

Electrónica
Puede que esta palabra en el pasado estuviese totalmente disociada a una Harley-Davidson, pero lo tiempos han cambiado, y ahora las nuevas creaciones de la firma americana cuentan con una importante implantación en este aspecto.
La Sportster S cuenta con una IMU de seis ejes que la permite disponer en todo momento de información de los movimientos de la moto incluido su ángulo de inclinación, y que asiste a los controles de tracción o el ABS.

Configurable
El control de tracción se puede anular, como el de levantamiento de la rueda delantera en las aceleraciones. También dispone de un control de retención del freno motor que funciona de manera diferente en curvas. Se ofrecen tres modos de conducción: Sport, Road y Rain, que se complementan con otros dos personalizables y que ajustan potencia, freno motor, control de tracción y ABS.
Otra novedad es la llegada de un nuevo cuadro digital redondo en color de 100 mm de diámetro que además de mostrar la información permite la interacción con el conductor mediante conexión Bluetooth para recibir llamadas, escuchar música o utilizar un navegador con el cuadro mostrando la información concreta de cada actividad. Para ello se cuenta con una App de navegación propia de la marca.

Neumáticos enormes
El empleo del motor como estructura portante ha permitido minimizar el chasis, que cuenta con un entramado tubular en la parte delantera que se sujeta a las culatas y otro en la zona posterior que también se ancla a la parte posterior del cárter. La suspensión delantera está formada por una horquilla invertida regulable y un enorme neumático de medida 160/70-17”.
En la parte trasera a la estructura de aluminio se une un basculante tubular de acero con dos brazos en cada lado y un amortiguador central que se apoya en un sistema de bieletas. La regulación de la precarga es remota con un pomo hidráulico El neumático posterior tiene una medida de 180/70-16”. Para los fremnos se ha confiado únicamente en un disco en cada rueda, con pinzas Brembo de cuatro pistones y anclaje flotante en el tren anterior y un diámetro del disco de 320 mm.

Estética poco convencional
Un aspecto en el que Harley-Davidson sigue marcando su propio estilo es su estética, que en el caso de la nueva Sportster S recuerda en ciertos componentes como el depósito a su antecesora. Se ha buscado un conjunto bastante minimalista, con un asiento monoplaza y un colín diminuto muy adelantado que deja la alta rueda trasera casi al descubierto, ya que no hay guardabarros y la matrícula está sobre una estructura tubular colgada del basculante.
Las ópticas son LED de pequeño tamaño y los estribos adelantados y el manillar bajo, aseguran una posición bastante radical. Como se puede comprobar Harley-Davidson ha vuelto a dar un vuelco a su historia con la nueva generación Sportster, una moto no sólo capaz de mirar de frente a la Euro5, sino a las reglas venideras.