Esta evolución demuestra el compromiso de MACBOR , la marca propia del Grupo Motos Bordoy, acrónimo de Mac (hijo de, en escocés) y Bor (Bordoy), por mantener actualizados sus modelos más exitosos, adaptándolos a las demandas del mercado sin perder la identidad que las ha convertido en favoritas de los usuarios. Las Rockster continúan así su trayectoria como motos versátiles, ideales tanto para el uso urbano como para pequeñas escapadas de fin de semana.
- Motor más potente: Las nuevas versiones incorporan mejoras en las prestaciones del propulsor, optimizando la entrega de potencia y la respuesta del acelerador para una conducción más dinámica.
- Frenada mejorada: Se refuerza el sistema de frenado, aportando mayor seguridad y confianza al piloto en todo tipo de situaciones y condiciones de conducción.
- Renovación estética: El diseño evoluciona con actualizaciones visuales que mantienen la esencia característica de las Rockster, pero con un toque más moderno y atractivo.
DISEÑO BARCELONÉS CON EL ALMA CUSTOM
Hay motos que nacen para cumplir especificaciones técnicas. Y luego están las que nacen para hacerte sentir algo cada vez que las miras aparcadas en la calle. Las MACBOR Rockster 125 EVO pertenecen, sin ninguna duda, a este segundo grupo. Y es que, desde su desembarco en 2017 en el catálogo de MACBOR , estas custom barcelonesas han sabido encontrar ese punto exacto donde confluyen la accesibilidad, el diseño con personalidad y un precio que no te obliga a hipotecarte.
Para 2025, MACBOR ha decidido no dormirse en los laureles. Porque cuando algo funciona, lo inteligente no es dejarlo quieto, sino refinarlo, mejorarlo, hacerlo evolucionar. Y eso es precisamente lo que han hecho con estas Rockster EVO: coger un concepto ganador y llevarlo un paso más allá sin perder su esencia. Porque al final, de eso va esto, ¿no? De mantener la identidad mientras te adaptas a lo que el mercado y sobre todo, el usuario/demanda.
DISEÑO CON PROPÓSITO: BARCELONA MANDA
Hay una frase que me gusta especialmente de todo lo que rodea a estas Rockster: "diseño con propósito". Y es que las motos, como cualquier objeto de diseño, pueden ser bonitas o pueden ser bonitas y funcionales. Las Rockster están claramente en el segundo grupo. Cada línea del depósito, cada curva del chasis, cada detalle en los acabados tiene una razón de ser.
El faro redondo con luz diurna e iluminación Full LED no es solo estética retro; es visibilidad y seguridad. El dashboard LCD enmarcado en un reloj redondo con bisel cromado no es solo un guiño vintage; es información clara y accesible, incluyendo el testigo de ABS. Hasta la transmisión de cinco velocidades con embrague multidisco en baño de aceite responde a esa filosofía: fiabilidad, mantenimiento sencillo, eficacia en el día a día.
Y cuando digo "día a día", me refiero a eso: a que estas motos están pensadas para usarse, no para tenerlas de adorno en el garaje. Por eso ese equilibrio entre lo clásico y lo moderno tiene tanto sentido. Porque puedes tener una moto con alma, con personalidad, con carácter, y que al mismo tiempo resulte práctica, fiable y asequible de mantener.
UN CORAZÓN QUE LATE MÁS FUERTE
Vamos a lo importante: el motor. Porque puedes vestir una moto de gala, pero si no tira, no tira. Y aquí es donde MACBOR ha metido mano de verdad. Ese monocilíndrico de 125 cc refrigerado por aire, que ya conocíamos, ahora genera 9 kW (12,2 CV). Para los que no os vayáis con tecnicismos: estamos hablando de un 28% más de potencia respecto al modelo anterior. No es un cambio cosmético. Es una transformación real. Se trata de un propulsor Zongshen que está disponible para otros mercados en versiones de 200, 230 y 250 cc, además del 125 cc, y que en esta versión de las Rockstar, lógicamente está homologado Euro5+.
¿Cómo lo han conseguido? Pues mirad, han pasado de una culata de 2 válvulas a una de 4. Y esto, que puede sonar a simple numerología, tiene su importancia. Una culata de cuatro válvulas permite que el motor respire mejor, que la mezcla entre y salga con más fluidez, y que la curva de potencia resulte más completa, especialmente arriba del cuentavueltas. Esos 9,9 Nm a 8.000 rpm se traducen en una moto que responde, que te acompaña tanto en el tráfico urbano como cuando te sales a una carretera nacional bonita y te apetece estirar un poco las piernas.
Y no perdamos de vista el contexto: estamos hablando de una 125, una moto pensada para el carnet A1, para quien se está iniciando o para quien simplemente busca una montura eficaz y con carácter para moverse por la ciudad sin complicaciones. En ese segmento, tener casi un 30% más de empuje es toda una declaración de intenciones.
CHASIS, SUSPENSIONES Y FRENOS: LA PARTE SERIA DEL ASUNTO
Ahora bien, de nada sirve tener potencia si luego el chasis no está a la altura. MACBOR tampoco se ha andado con medias tintas. La horquilla telescópica de 37 mm en el tren delantero es más que correcta para una moto de este calibre. No estamos ante una superbike, obviamente, pero para lo que se le pide, ciudad, carreteras secundarias, alguna rutita interurbana o kilómetros cerca de casa en fin de semana, cumple sobradamente.
Detrás, doble amortiguador con depósito de gas separado. Esto puede parecer un detalle menor, pero marca la diferencia en términos de confort y estabilidad. Ese depósito separado permite que el gas no se mezcle con el aceite, manteniendo mejor las propiedades del amortiguador incluso cuando éste se calienta tras un uso prolongado. Traducción: más confort, más control, más confianza.
Hablemos de frenos, que en 2025 esto ya no es negociable: ABS de doble canal. Esto significa que el sistema anterior de frenada combinada queda en el olvido, y el nuevo actúa de forma independiente en cada rueda, evitando el bloqueo de la que haya perdido adherencia sin afectar a la otra.
En una moto de 125 cc, y de bajo precio, esto es seguridad en estado puro, más para pilotos noveles con carnet A1. Disco delantero de 267 mm con pinza flotante de dos pistones, disco trasero de 240 mm con pinza de un pistón. Nada del otro mundo sobre el papel, pero todo perfectamente dimensionado para el peso y las prestaciones de la moto.
DOS ALMAS, UN MISMO CORAZÓN
Aquí es donde la cosa se pone interesante, porque MACBOR no ha lanzado una sola Rockster, sino dos. Y no es una cuestión de colores o de grafismos. Son dos interpretaciones distintas de un mismo concepto, dos formas de entender qué significa una custom de 125 cc en pleno 2025.
La Rockster 125 EVO es puro sabor clásico. Ese que te transporta a otra época, a cuando las customs eran amplias, cómodas, relajadas. Asiento tipo avispa con respaldo trasero, reposapiés de plataforma, manillar "cuerno de vaca"...
Todo pensado para que te sientes, te acomodes y disfrutes del trayecto sin prisa. La altura del asiento, rebajada hasta los 730 mm, la convierte además en una opción accesible para cualquier tipo de complexión.
Ese es un punto que a menudo se pasa por alto: que puedas tocar bien el suelo con los pies no es un capricho, es confianza a la hora de maniobrar en parado, que valora en positivo el cliente tipo de esta moto que, probablemente sea su primera moto con su recién estrenado carnet A1. Disponible en tres colores: negro, rojo, y un original gilver -un gris suave-.
La Rockster Flat 125 EVO, en cambio, mira hacia otro lado. Manillar bajo, asiento plano sin respaldo, estriberas redondas en posición adelantada... Aquí el mensaje es otro. Estamos ante una moto con vocación más roadster, más "new school", como dirían algunos. Para quien busca una postura más deportiva sin renunciar al rollo custom. Es una apuesta interesante, porque juega en ese territorio híbrido donde se encuentran la estética retro y la actitud contemporánea. A la venta en otras en tres opciones de color: negro, verde y un llamativo amarillo.
¿Cuál es mejor? Ninguna. Son distintas. Y eso es lo bonito que MACBOR te ofrece elegir qué tipo de piloto eres sin que tengas que cambiar de marca o de concepto base.
EL PRECIO: AQUÍ ESTÁ LA CLAVE
Y ahora viene lo importante, lo que realmente define si un producto tiene éxito o se queda en un bonito ejercicio de estilo: el precio. La Rockster 125 EVO se puede llevar a casa por 2.499 euros. La Rockster Flat 125 EVO, por 2.599 euros. Cien euros de diferencia por las modificaciones estéticas y ergonómicas de la versión Flat, que al ser la que más ventas previstas tendrá, tiene el precio mayor de diferencia.
¿Os parecen caras? ¿Baratas? Pues mirad, en el contexto actual del mercado de las 125, con todos los requisitos normativos, el ABS de doble canal, la iluminación LED y las prestaciones que ofrecen, me parece que MACBOR ha clavado el posicionamiento.
No están compitiendo con las grandes japonesas en precio absoluto, pero tampoco lo pretenden. Están ofreciendo algo diferente: diseño propio, personalidad mediterránea, y una propuesta que no se parece a nada más que circule por ahí.
Y eso, en un mercado tan saturado como el de las 125, no tiene precio. O, mejor dicho: tiene exactamente el precio que MACBOR les ha puesto.
En precio casi imbatible, un nuevo éxito para Macbor, sabiendo que el nuevo motor rinde y es capaz de rodar como lo hacen motos de más precio.
EN MARCHA: AMABILIDAD EN PRIMERA PERSONA
Lo que consigue siempre Macbor con sus motos es el de transmitir buenas sensaciones, el de encontrarte a gusto desde el momento cero y el de tener ganas de usar sus motos. Diseñadas en Barcelona y producidas en China, la calidad que atesoran sus motos y su buen rodar no son fruto de la casualidad sino de ese trabajo específico de hacer una buena moto plasmando sus ideas y teniendo un control propio de la empresa en el proceso de producción, con un encargado de Macbor que está en China.
Me gustan estas Rockster porque son amables, son cordiales y tienen buenas maneras, educadas y con alma de entretener a la vez que aportar movilidad.
El puesto de mando es cómodo en las dos versiones, aunque yo, personalmente me decanto más por la Flat porque no soy tanto de custom y de llevar los brazos elevados y sí más de posición “deportiva”. Pero en ambas hay comodidad conseguida y en la ruta que hemos hecho para probar estas motos, en carreteras de Girona, y con algún escarceo por zonas urbanas, tanto la Evo como la Flat te regalan buenos momentos de conducción.
El motor ha ganado la brillantez necesaria para no ir tan "apurado" como el propulsor anterior que con 9 CV se veía más comprometido, sobre todo cuando tocaba mantener una velocidad punta que en autovía no te agobiaran los camiones.
Ahora ya tiene frescura para mantener un 100/110 km/h, en llano lógicamente, con solidez y mostrarse más rotunda, efectiva y divertida, sin influir en demasía en el consumo que se sigue manteniendo contenido y que con los 13,5 litros del depósito permite rodar buenas distancias sin repostar. Y eso que el cambio sigue siendo de 5 marchas y, una sexta, le podría venir bien para rodar algo más bajos de vueltas y apurar aún más en consumos.
No vibra en demasía, ahondando así en la sensación de confort, y el embrague no deja notar síntomas de arrastre funcionando en armonía con el resto del motor que sube bien de vueltas, mantiene de forma óptima el paso por el medio régimen y arriba aún estira para llegar al corte a las diez mil revoluciones. La hemos usado en modo deportivo por tramos de carretera propios de "rally" como el de Sant Hilari Sacalm, sacándola de su zona de confort y uso habitual, y esta mecánica no se amedranta y respira con fortaleza.
La parte ciclo ahonda en esa facilidad y amabilidad propias de este modelo, seña de identidad de Macbor, respondiendo al rendimiento del motor con una estabilidad acorde a las prestaciones, siendo así una moto confidente, de uso apropiado a sus pretensiones, pura sinceridad.
Eso sí, a la mínima que tumbas estás rozando las estriberas, mucho más las plataformas de la Evo que las estriberas cilíndricas de la Flat, pero bueno que si te "priva" el rozar y sentir el sonido del aluminio friccionando con el asfalto, pues con esta moto te vas a sentir pilotazo de MotoGP.
La frenada está conseguida, el ABS no es demasiado intrusivo, y los neumáticos CST también implementan la sensación de seguridad y confianza en la moto.
Hablando del ABS, la estética queda afeada por la presencia del módulo del ABS muy visible en la parte derecha del motor, y aunque por diseño del bastidor no hay otro sitio donde quepa, no es la mejor opción para una moto en la que la estética tiene un valor añadido importante.
En definitiva, son de esas motos adorables, achuchables si tenéis un poco de sensibilidad, que siempre regalan sonrisa y amabilidad. Con una relación precio/prestaciones/calidad/rendimiento más que positiva.
