Álex Márquez: Haciendo camino

Píldoras 2019, capítulo 3: Álex Márquez, campeón de Moto2.

Álex Márquez (Foto: Gold & Goose).
Álex Márquez (Foto: Gold & Goose).

Sería injusto volver a la cantinela de si ser ‘hermano de’ te abre más puertas o si te pone más presión, porque si hay una cosa fuera de todo debate es que Álex Márquez es campeón del mundo de Moto2 por méritos propios. Igual que cuando fue campeón del mundo de Moto3 e igual que cuando fue campeón de España de Moto3.

Sin embargo, todo el palmarés anterior de nada vale al comenzar una nueva temporada, donde los casilleros de todos los pilotos se ponen a cero. Y en el caso de Moto2 2019, la llegada de Triumph ponía también a cero el contador de la experiencia de pilotos y equipos con el tricilíndrico tras ocho años con los propulsores Honda.

Para Márquez suponía la ocasión ideal de dejar atrás el decepcionante 2018, donde partía entre los grandes favoritos pero no fue capaz de ganar una sola carrera. El cambio de motores le venía al pelo para hacer borrón y cuenta nueva, para recordar que seguía siendo el mismo Márquez campeón del mundo y también el mismo que en 2017 demostró que podía llegar hasta lo alto de Moto2.

La confianza en sí mismo demostrada por Márquez solo ha sido comparable en la confianza mutua entre él y su equipo. El EG 0,0 Marc VDS le renovó cuando los resultados no salían –en una decisión que de nuevo trajo críticas aparejadas al apellido- y el tiempo les ha acabado dando la razón. Nunca fue una confianza ciega, conocían el potencial.

Partir de cero y confianza en sus posibilidades. Son los dos pilares abstractos que han sustentado el título de campeón del mundo de Moto2 conquistado por Álex Márquez. Los dos pilares concretos, los de los puntos –a la postre los que dan y quitan títulos- han sido los de siempre en escenarios tan igualados: ganar cuando se puede y saber sumar cuando no.

Porque al final han sido solamente tres puntos lo que han separado a Márquez del sudafricano Brad Binder, cuyo final de temporada estuvo cerca de hacer temblar los cimientos de la ventaja adquirida por el español durante la primera mitad de curso. Los demás rivales parecían estar bajo control, pero el de KTM se iba creciendo con el paso de las carreras hasta erigirse en la principal amenaza.

El propio Márquez lo avisó cuando los días eran de vino y rosas (cinco victorias en seis carreras entre Le Mans y Brno). La racha se acabaría y tocaría sumar. Así fue: no ganó ninguna de las últimas nueve carreras, pero con cuatro podios y arañando cada punto se llevó el título. Después, por sorpresa, se le abrió una senda que ha llevado su camino hasta MotoGP. Como campeón.

En definitiva, Álex Márquez es un piloto que, haciendo honor a su compañero de iniciales Antonio Machado, está haciendo su propio camino al andar. Nadie sabe dónde acabará ese camino, lo que sí sabemos es que hasta ahora sus pisadas están dejando huella en los libros de historia del motociclismo.

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