Recuerdo con más tristeza que otra cosa el final de temporada de MotoGP del año 2015, ya sabéis, cuando el espectacular duelo entre Marc Márquez y Valentino Rossi por el título estalló en forma de la que podemos denominar la mayor tormenta mediática de la historia del campeonato, puesto que nunca antes MotoGP había llegado a tanta audiencia. No hace falta que le recuerde a nadie qué ocurrió puesto que sólo estaría desenterrando una polémica ya rancia, pero sí me gustaría subrayar lo viciado del ambiente durante aquellas semanas. Si, como yo, pasáis mucho tiempo en redes sociales veríais cientos, quizás miles, de insultos volar de un lado a otro. Con el respeto brillando por su ausencia se lanzaban acusaciones de todo tipo llegando incluso a las amenazas. Imagino que nadie quiere volver a ver nada parecido.
Ayer por desgracia volví a ver el fantasma de la polémica sobrevolar el paddock de MotoGP. En esta ocasión, la causa había sido el adelantamiento de Dani Pedrosa a Valentino Rossi en la recta trasera de Motorland Aragón y las declaraciones posteriores sobre el mismo. En pocas palabras, Dani se había quejado porque Valentino no le había dejado sitio para pasar y éste contestó que “si no está contento, quizás tenga que correr solo". Leído así, sin contexto, sin escuchar las palabras de cada uno y sin saber cómo ocurren esas declaraciones, es normal pensar que no han sido acertadas. La realidad, por suerte, es que no había razón para polémica alguna.
Si visteis la carrera en directo puede que os pareciera que Dani, justo después de sobrepasar a Valentino, hacía un movimiento con la mano izquierda mientras seguía metido en la cúpula, como queriendo reprocharle algo. Al italiano también le pareció un gesto de este tipo, pero él entendió que se estaba disculpando por lo cerca que han estado. Pero si vemos la repetición nos daremos cuenta de que Dani no reprocha en ningún momento nada, sino que utiliza la mano izquierda para quitarse una de las láminas del casco. Lo hace con la cabeza baja, escondida detrás de la cúpula, forzando el gesto.
Ahora nos vamos a las entrevistas post-carrera. Frente a los micrófonos de Movistar o de la propia organización, Dani explicaba la carrera y en última instancia que el adelantamiento, en efecto, había estado muy justo. No estaba enfadado, pero lo comentaba. Cuando habla más tarde con los compañero de la prensa, alguien le pregunta de hecho si está enfadado, a lo que Dani responde:
“No estoy enfadado, pero tampoco luego te puedes quejar “es que a mí me molestan, es que a mí me estorban, es que a mí no me dejan pasar…". Es para todos igual y ya está".
Sin embargo, cuando se habla con Valentino Rossi, justo antes de lanzar la pregunta, se le comenta que Pedrosa está molesto. Es casos como éste, es conveniente siempre intentar imaginarte a la persona que habla: Rossi, para variar, había estado bromeando, hablando tan rápido como acostumbra y mostrándose contento por cómo había transcurrido el fin de semana. Cuando le hacen la pregunta relaciona ese supuesto enfado con lo que cree haber visto en pista y responde en consecuencia. Valentino no se dirige en tono despectivo ni faltón.
En Sky Italia, por poner un ejemplo, ni si quiera dieron importancia al comentario de Pedrosa y al hablar con Valentino no fue tema de conversación. Se centraron casi en exclusiva en el hecho heroico de haber completado 24 vueltas al nivel de MotoGP recuperándose de una fractura de tibia y peroné. En Reino Unido, BT Sport sólo recogió las declaraciones de Pedrosa y la palabra elegida fue “descontento". En Alemania, Eurosport se centró también en Dani sin hablar de las declaraciones de Rossi.
En definitiva, no hay polémica alguna ni razón para volver de nuevo a los comentarios despectivos y a las guerra de banderas. Si Valentino y Dani se hubieran encontrado en el parque cerrado, juntos y sin mediadores, hubieran hablado tranquilamente como los dos profesionales que son acabando el debate con un apretón de manos. El único problema en casos como este es siempre de contexto y, por desgracia, en ocasiones resulta muy complicado transmitir con palabras el tono, cercanía y el calor de estar hablando con Valentino, Marc o Dani Pedrosa frente a frente tras una carrera.