El fallo de Marc Márquez y el fallo de Jorge Lorenzo

Cada uno ha excedido un límite del eslogan del propio Campeonato del Mundo de MotoGP.

Nacho González

Marc Márquez por delante de Jorge Lorenzo justo antes del incidente (Foto: Gold & Goose)
Marc Márquez por delante de Jorge Lorenzo justo antes del incidente (Foto: Gold & Goose)

El buen rollo en el box 2019 del Repsol Honda ha durado hasta el 23 de septiembre de 2018. Unas pocas milésimas de segundo y unos cuantos centímetros cuadrados de asfalto han hecho saltar por los aires la armonía de los compañeros que todavía no lo son. La volada de Jorge Lorenzo en la primera curva de Motorland ha sido la chispa de una bomba que ha terminado de detonar, cómo no, ante los micrófonos.

Ante todos los medios de comunicación presentes en Motorland Aragón, Lorenzo ha culpado sin ambages a Marc Márquez por lo sucedido y asegura esperar sus disculpas… que no han llegado (y no parece que vayan a llegar), ya que Márquez lo define como lance de carrera y, además, le explica qué tenía que haber hecho con su Ducati para haber evitado la caída. Un cruce de declaraciones que lo único que prueba es que hace ya tiempo que los dos han comenzado la temporada 2019.

No son más que las dos versiones de una misma historia. Dos relatos que parten de la misma premisa: poner el foco sobre aquello que culpa al contrario y dejar en un segundo plano el fallo cometido por cada uno en la acción.

Porque, en la acción de marras, ambos han cometido un error: cada uno ha excedido un límite del eslogan del propio Campeonato del Mundo de MotoGP: ‘First on the throttle, last on the brakes’. En español: el primero en el acelerador, el último en los frenos. Pero claro, un eslogan es exactamente eso: un eslogan. Y como buen eslogan, es más lo que calla que lo que dice: qué sucede si aceleras demasiado pronto o frenas demasiado tarde.

El fallo de Marc Márquez y el fallo de Jorge Lorenzo

La carrera de Jorge Lorenzo ha acabado en la primera curva (Foto: Gold & Goose)

Eso son, ni más ni menos, los fallos cometidos por Jorge Lorenzo y Marc Márquez en la primera curva de la primera vuelta de la carrera de Aragón. Acelerar demasiado pronto y frenar demasiado tarde, respectivamente.

Márquez ha frenado más tarde de lo debido y eso le ha hecho pasar primero por el ápice de la curva en cabeza, pero al mismo tiempo llevado a irse largo en la salida de la curva, acabando en lo verde y perdiendo aceleración.

Un fallo de Márquez que ha tenido su consecuencia en la figura de Jorge Lorenzo. El balear, que había entrado en la curva en segunda posición pero con más tracción que su rival, aceleraba demasiado pronto y encontraba un castigo mucho mayor en forma de high side. Una tradicional salida por orejas que para colmo acababa con sus huesos en el centro médico, el “pie reventado" (dicho así por él) y, como consecuencia lógica, un cabreo de tres pares de narices.

Un cabreo con Márquez por haber motivado su fallo y, aunque no lo haga visible, consigo mismo por haber fallado. Es evidente que sin el fallo de Márquez nada de eso hubiera pasado, y también es evidente –y el propio Jorge así lo ha reconocido- que, de haber sido más dulce al abrir gas, Lorenzo hubiera seguido en carrera.

Así pues, ¿es Márquez culpable de la caída de Lorenzo? En mi opinión, no. ¿Ha influido en ella? Claramente. Todo lo que sucede alrededor de un piloto influye, y en la primera curva de una carrera se crean cientos de pequeñas relaciones de causalidad. Ahora bien, es responsabilidad de cada piloto reaccionar a dichas situaciones de la mejor forma posible.

El fallo de Marc Márquez y el fallo de Jorge Lorenzo

Marc Márquez se ha hecho con la victoria en Aragón (Foto: Gold & Goose)

El fallo de Márquez en la frenada ha propiciado, cual efecto mariposa, un fallo de Lorenzo al abrir gas. Dos fallos en cuestión de segundos, dos consecuencias completamente distintas. Márquez ha vuelto a ganar y ya vislumbra el quinto título en el horizonte. Está feliz. Lorenzo ha sumado su segundo cero consecutivo. Está cabreado.

A veces olvidamos que los pilotos son, como diría Gata Cattana, ‘dos humanos más, con sus éxitos y sus crisis’. Seres que cometen errores, que se enfadan, que tienen que reaccionar a situaciones totalmente improvisadas en cuestión de milésimas de segundo, y donde el más leve fallo puede traducirse en un cero y una visita al centro médico.

Seres que tienen sus opiniones sobre todo lo que sucede, y que evidentemente no siempre coinciden. Que tienen su orgullo y se ve herido. Por eso Lorenzo señala que espera las disculpas de Márquez, y por eso no las va a encontrar. O al menos no de la forma que espera. Podrá encontrar algo del tipo ‘siento lo sucedido’. Lo que no va a encontrar es un mea culpa de Márquez, porque Márquez no se considera culpable.

Horas después del lance de carrera, es imposible saber hasta qué punto afectará la relación entre ambos. Lo que no cambia es el plan de Honda para 2019, que no es otro que juntar a los dos mejores pilotos del mundo a día de hoy. El plan sigue en pie y ellos siguen siendo los mejores. Alberto Puig no quiere abrazos, quiere victorias.

Lo único que demuestra lo sucedido hoy es que los mejores también cometen fallos. Sobre todo en la primera curva.