“El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar". La frase se atribuye a Sun Tzu, el legendario creador de ‘El arte de la guerra’, un libro de índole bélica pero cuyas enseñanzas se pueden (y deben) extrapolar a los más diversos ámbitos de la vida. Jonathan Rea lo sabe bien: cuando intentó luchar contra Álvaro Bautista, perdió. Cuando dejó de hacerlo, le sometió.
Casualmente, el manual de Sun Tzu se compone de 13 capítulos, como de 13 rondas se ha compuesto la temporada 2019 del Mundial de Superbike conquistado por Rea en el que ha sido su quinto título consecutivo. El contenido de cada capítulo se resume en aproximaciones, dirección, estrategia, disposiciones, energía, puntos débiles y fuertes, maniobra, variables, marchas, terreno, situaciones, ataque e información.
Como suele suceder, uno de los más vitales es el primero, que indica que antes de comenzar hay que considerar factores como el camino, las estaciones, el terreno, el liderazgo y la gestión para calcular las posibilidades de victoria y decidir si empezar la contienda. A partir de ahí, discernir cuál es la dirección a seguir, la estrategia a tomar y empezar por defender la posición.
Todo eso permitió a Rea mantenerse en pie ante la brutal ofensiva inicial de Bautista y el ejército de Ducati con la novísima Panigale V4R, el arma de dos ruedas más efectiva conocida nunca en el terreno de las Superbike. Era lógico pensar que la victoria sería coser y cantar, pero Kawasaki tenía un plan.
“Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido". La V4R asustaba, pero tenía forma. Bautista era rapidísimo, pero definible. Desde Kawasaki se centraron en insuflar energía a Rea, en impedirle claudicar. Le dieron confianza en sus puntos fuertes, y en la batalla de Imola algo empezó a cambiar de bando.
“Cuando se está cerca, se debe parecer lejos, cuando se está lejos, se debe parecer cerca". Las victorias de Bautista habían sido apabullantes sobre el papel, pero Rea no estaba tan lejos. Muchas veces se había dejado ir, permaneciendo agazapado y preservando fuerzas para escenarios mejores, lo que hizo pensar a Ducati que su superioridad era mucho mayor de la real. Pero la ventaja era mayor en segundos que en puntos.
Frente al exceso de confianza de los italianos, Rea y Kawasaki respondieron con capacidad de maniobra, adaptándose a las distintas variables y al potencial del enemigo en cada terreno para darle un enfoque específico a cada ronda. Fueron ganando terreno y sembrando dudas en Ducati y Bautista, que comenzaron a fallar. “Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas".
Así, entre aciertos propios y errores ajenos, fueron avanzando en la general del campeonato hasta verse en condiciones de asestar el ataque final: 14 victorias y cinco segundos en las últimas 19 carreras. Victoria final apabullante para Jonathan Rea, trabajada desde la inteligencia y la gestión de Kawasaki. Toca empezar a prepararse para 2020.