Las lágrimas de Jorge Lorenzo

Se va uno de los nuestros y el motociclismo le rinde el tributo debido.

Jorge Lorenzo durante el anuncio de su retirada (Foto: Gold & Goose).
Jorge Lorenzo durante el anuncio de su retirada (Foto: Gold & Goose).

Se emociona Jorge Lorenzo al anunciar su retirada y lo hace con los ojos llorosos, en comunión con una afición que ve cómo, poco a poco, se va difuminando el recuerdo de una época irrepetible. Tras la impactante decisión de Casey Stoner, que se fue cuando estaba en la zona alta de la tabla, en apenas un año ha tocado el turno de despedirse de Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo.

Los dos pilotos que elevaron a España a la categoría de máxima potencia mundial no estarán en el Gran Premio de Qatar 2020, y ambos se han despedido tras su peor temporada en activo. Junto a Stoner, los tres tienen algo en común: su última carrera fue con los colores del Repsol Honda.

Los tres llegaron para destronar a Valentino Rossi, dos de ellos lo consiguieron pero todos se han ido antes que el italiano. La pervivencia de ‘Il Dottore’ es una anomalía, y los pilotos que compartieron con él la gran época de los llamados los cuatro magníficos ya son parte de los libros de historia del motociclismo.

Hoy MotoGP se lleva la mano al corazón para despedir a uno de los nuestros. Uno de los pilotos que han estado década y media copando planos televisivos en pista, posiciones de podio por todo el mundo y titulares en crónicas y reportajes. Los pilotos de MotoGP pasan a ser parte de nuestras vidas, y el nudo en la garganta con su adiós no es solo la manifestación de saber que dejamos atrás una época.

Especialmente para una generación de la afición española que vio como, convertidos en los Sito Pons y Joan Garriga del siglo XXI, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo dibujaban una rivalidad que comenzó siendo agria y fue madurando hasta tornando amistosa. Aquellos adolescentes que emocionaron en 125cc y dominaron 250cc, llegaron a MotoGP y escribieron su historia hasta dejar paso a otros.

Duele especialmente verles irse lejos del podio, con un Lorenzo desdibujado en una temporada para el olvido dentro de una trayectoria para el recuerdo. Ese dolor, normal en la inmediatez del anuncio -donde nada es tan humano como lamentar que se haya ido de una forma muy lejana a cualquier plan dibujado en su cabeza-; es algo que poco a poco se irá volviendo una anécdota e irá dejando solo el brillo de tantas tardes de gloria; un brillo abstracto que se concreta en el de las tres placas que llevan su nombre en el trofeo de MotoGP.

Se fue Stoner, se fue Pedrosa, se va Lorenzo y se irá Rossi. Quedará, siempre, el motociclismo. El deporte más bello del mundo, siempre por encima de cualquier piloto, que Lorenzo ha engrandecido con su talento y su ambición en pista; y con su honestidad fuera de ella, brutalmente ejemplificada en su discurso de despedida, reconociendo su fracaso y pidiendo perdón a Honda en lugar de regodearse en sus numerosos pasados éxitos.

Un deporte que, más allá de afinidades, se une como ningún otro cuando se trata de rendir tributo a uno de los nuestros. Que hoy se ha reunido para ovacionar a Jorge Lorenzo, cuyas lágrimas son las de un hombre que se va como pentacampeón del mundo que pero que no deja de ser el Giorgio del chupa-chups que hemos visto crecer.

No se va un piloto, se va un CAMPEÓN. Gracias.

Jorge Lorenzo se retira como pentacampeón del mundo con tres títulos de MotoGP y dos de 250cc (Fotos: Gold & Goose).

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