‘Es que con esa moto solo gana Marc Márquez’.
Ese era el mantra que se repetía hasta la saciedad allá por 2019, cuando la relación entre el piloto español y la marca japonesa había reportado seis títulos mundiales de MotoGP en siete temporadas.
De repente, unos cuantos pestañeos: Covid-19, caída en Jerez, una operación, otra operación, brazo rotado, una operación más… y el mantra cambió radicalmente:
‘Es que con esta moto ya no gana ni Marc Márquez’.
Parece mentira que hayan transcurrido menos de cuatro años de aquel octavo título del piloto español, logrado por aplastamiento en un 2019 en el que consolidó su transformación de piloto rapidísimo a piloto total, donde sin perder un ápice su hambre de victorias aprendió a saber cuándo conformarse con 20 puntos y minimizando los errores dominicales casi a cero.
Actualmente, transcurrida casi la mitad de la temporada 2023, ocupa la 19ª posición de la clasificación general con apenas 15 puntos, todos ellos logrados en el nuevo Sprint. Todavía no ha terminado una carrera larga, habiendo empezado apenas tres de ocho por diversas lesiones, todas ellas sin nada que ver con aquel calvario que comenzó en 2020.

El dato es especialmente sangrante si se tiene en cuenta que, por primera vez desde aquella fatídica caída cuando iba remontando en el Circuito de Jerez – Ángel Nieto exhibiendo un ritmo endiablado, el 93 asegura encontrarse bien físicamente y haber podido realizar una pretemporada dentro de la normalidad.
Algo que choca si se tiene en cuenta que, antes de que reapareciesen los problemas físicos y tuviese que volver a pasar por el quirófano, logró ganar hasta tres carreras tras su retorno en la temporada 2021. Tres victorias obtenidas pese a encontrarse lejísimo de su estado de forma ideal.
La pregunta es: si cuando todavía estaba mal físicamente, seguía siendo capaz de ganar, ¿por qué ya no gana si está bien?
La navaja de Ockham posee la respuesta: la moto.
Durante muchos años, la RC213V era una moto tan rápida como crítica. Ganadora en las manos de Márquez, desquiciante para pilotos de la talla de Dani Pedrosa o Jorge Lorenzo. Tanto es así que, desde la extraña victoria de Cal Crutchlow en Argentina 2018 hasta el inesperado triunfo de Álex Rins en Austin 2023, las 24 victorias logradas por la marca del ala dorada en MotoGP llevaban la firma de Marc Márquez.

Se repitió entonces la historia sucedida casi dos décadas antes: entró en escena el honor de Honda y eso propició una decisión que iniciaría una crisis en la marca. Por aquel entonces fue deslizar constantemente la idea de que la Honda RC211V era tan superior que no necesitaban a Valentino Rossi en sus filas. Lo sucedido es historia: a Rossi no le hizo ninguna gracia, se fue a Yamaha y Honda, que venía de ganar nueve títulos en diez años, apenas logró uno de los siete siguientes.
Esta vez la comidilla era inversa, pero el resultado ha sido similar. Los títulos conseguidos se atribuían más al mérito del piloto (Marc Márquez) que a las bondades de la moto. Heridos en su orgullo ante semejantes afirmaciones, decidieron sacar músculo haciendo una máquina que fuese para todos sus pilotos y terminar de una vez por todas con el sambenito de ser una moto inconducible para todos los demás.
Así fue como, en 2022, sacaron a la luz la nueva versión de la RC213V. Después de años y años limitándose a mejorar la versión anterior, cambiaron por completo el concepto; y lo hicieron convencidos de haber encontrado la solución que les permitiría volver a los tiempos dorados en los que varios pilotos Honda se jugaban las victorias y hasta los títulos.

Lo que ha sucedido es todo lo contrario. Es cierto que esa moto ha igualado algo más a todos sus pilotos… pero por debajo. Está lejísimos de optar al título mundial y es tan crítica que tira (y lesiona) a sus pilotos sin avisar. Y no, el triunfo de Rins en COTA no cambia nada: se tiró de cabeza a su pajar favorito y encontró la aguja.
Así que no, el problema ya no es de Marc Márquez. Él está recuperado físicamente y, como demostró en 2021 cuando todavía no lo estaba, sigue siendo rapidísimo. También lo demuestra en las clasificaciones.
El problema lo tiene la Honda. Y, a tenor de lo visto desde el comienzo de 2021, no parece tener una solución fácil con esta ‘nueva’ moto. Han pasado de una moto con la que solo ganaba Márquez a una moto con la que no acabar en el centro médico es casi milagroso.