En la exclusividad encontramos gran parte del valor de compra de una moto, o al menos de eso se deduce que ciertos modelos consigan una buena aceptación por parte del mercado, independientemente del precio al que se oferten. Supongo que ese es uno de los argumentos de compra con mayor peso en esta exclusiva, preciosa, llamativa, atrevida y espectacular naked austriaca.
Se trata de una moto sin igual. Si te gustan las preparaciones al "estilo Fuel", pon atención en esta Vitpilen porque ya la fabrican así, no hay que modificar nada... A la Husqvarna Vitpilen 401 le puedes atibuir adjetivos de todo tipo, incluso en tono negativo si no te gusta. La verdad es que se trata de una moto tan atrevida que admite esto precisamente: o la adoras o simplemente pasas de ella. En el segundo caso está claro que esta prueba no te aportara nada, pero en el primero sí que lo hará, porque esta Husqvarna no solo es impactante a la vista, sino que además atesora una de las joyas más preciadas de Centroeuropa: el motor 390 de origen KTM; vamos, el de la Duke y la RC con la que compiten en el Mundial de Supersport 300. Después de esto, ¿todavía piensas que se trata de una moto para lucir en una vitrina?
Husqvarna Vitpilen 401, corazón de acero
A lo mejor no debería empezar a hablarte del motor en una moto así, pero después de verla y admirarla en parado, la he disfrutado todavía más en marcha. También tengo que decirte que ya había probado la RC 390, incluida la Duke, y he de confesarte que me enamora el comportamiento de estas dos motos. Tienen carácter, rabia, ganas de divertirse y de divertirte, pero no evitan ser usadas a diario, algo que tendrás muy en cuenta si tú, como yo, te mueves en moto para ir al trabajo todos y cada uno de los días del año.
Sin igual. Si te gustan las preparaciones de motos al "estilo Fuel", esta Husqvarna ya la fabrican así, no hay que modificar nada...
Por eso, aunque estemos hablando de una moto de diseño "puro y duro", comienzo a hablarte del motor. Esta joya monocilíndrica es un prodigio de respuesta a cualquier régimen. Es como si aprovechase cada centímetro cúbico para darte justo lo que necesitas en cada momento: potencia en bajos mientras dejas atrás coches atascados en hora punta; patada arriba enlazando curvas sin necesidad de cambiar marcha gracias a lo elástico de su respuesta... En fin, que difícilmente encuentras un "pero" en un motor que, para remate, posiblemente sea tu primer acompañante en esto de las dos ruedas. ¡Con mayor razón te atrapará! Conmigo lo ha conseguido.
Pero claro, si además le montas el sistema Rekluse de embrague centrífugo que se vende como opción por unos 600 euros, cierras el círculo, sobre todo en movilidad urbana. Nuestra unidad de pruebas sí lo incluye y la verdad es que tiene sus pros y contras, más de lo primero que de lo segundo. El sistema ofrece un comportamiento lo más parecido a un embrague centrífugo de un scooter que, a fin de cuentas, es tecnología que usa el Rekluse. ¿Y qué consigues con ello? Pues lo mismo que con un maxiscooter, es decir, arrancar desde parado olvidándote de la maneta de embrague. Así, puedes dejar la moto en cada semáforo, esperando a que se abra, con la primera insertada. Cuando toque acelerar, solo tendrás que girar el puño y el Rekluse se encargará de "tirar de embrague" lo necesario para que consigas la aceleración deseada. ¿Abres de golpe el gas? Pues atención, porque la rueda delantera podrá despegar del suelo. ¿Quieres salir tranquilo, sin prisas y dejándote llevar subiendo marchas relajadamente? No tienes más que girar ligeramente el puño derecho y, una vez el embrague deja de patinar, insertas la segunda y luego la tercera... Así hasta tu próxima detención.
Lo cierto es que todo esto suena muy bien, y funciona todavía mejor, aunque dentro de un orden. Digamos que si eres de los que te gusta hacer girar poco el motor de vueltas, moviéndote aprovechando sus profundidades, entonces el Rekluse "hace de las suyas" patinando hasta que el régimen sea el óptimo. Veamos: sales de un semáforo y abres gas hasta que el sistema deja de hacer patinar los discos, en ese momento circulas en primera velocidad, pero para rodar de forma más suave insertas la segunda relación. Es entonces cuando, si lo haces a bajo régimen, al abrir gas el Rekluse detecta que necesitas más "chicha" y comienza a patinar. Dicho con otras palabras: mientras practicas este tipo de conducción, el embrague funcionará más de lo habitual, con el consiguiente desgaste de los discos. Si eso es bueno o malo... Pregúntatelo a ti mismo.
El sistema Rekluse de embrague centrífugo se vende como opción, pero será una buena inversión si lo tuyo es la movilidad urbana
Lo que sí puedo asegurarte es que es una delicia circular por ciudad olvidándote de que el embrague existe. Puedes ir subiendo marchas de forma progresiva, a medio régimen, simplemente cortando gas y desplazando la palanca de cambio hacia arriba. El corto recorrido de este y la suavidad general que te propina es algo que convence a primera vista, y de lo que te haces valer si las arrancadas y paradas son constantes. Pero si tu conducción es como la que te he descrito más arriba, deberás tener el cuenta el posible desgaste prematuro del embrague. Bueno, en realidad, para eso está, ¿no?
Husqvarna Vitpilen 401, alta, pero no incómoda
La primera vez que la vi en el garaje de MOTOCICLISMO me pareció una pasada. Bonita es poco. Pero ojo, porque el asiento corrido, además de continuar con las líneas del peculiar depósito de gasolina, también parecía situarse algo alto con respecto al suelo... Y sí, así fue: cuando me subí a ella, me di cuenta de que llegaba con las puntas de los pies al suelo. ¡Uff!... Justito, justito. Lo que no me esperaba era que no fuera tan incómoda como parecía, al menos, por la posición de los semimanillares. Quedan algo bajos, sí, pero al estar bastante abiertos, no llegan a molestar del todo.
Ya en marcha, me ha llamado la atención que la pequeña esfera de la instrumentación no muestre con mayor luminosidad los testigos que la rodean. En función de la luz que le llegue, verás si te has dejado o no puesto el intermitente, por ejemplo. Al ser todo tan pequeño y compacto, es difícil ver la información de un primer vistazo, pero pronto sitúas cada cosa en su lugar y al final no es complicado ver la hora o la marcha en la que circulas de reojo.
Excepto porque me costaba llegar al suelo con la confianza necesaria, rodar por ciudad está "chupado" con esta Vitpilen 401. Como te digo, me encanta el motor y con el embrague Rekluse, todavía más. De hecho, tienes que fijarte en el pequeño velocímetro para comprobar que no ruedas por encima de los límites, o ser cazado por un traicionero radar será más fácil de lo que imaginas.
La dirección no gira demasiado, pero tampoco lo necesita, porque la Husqvarna es tan compacta que maniobras con ella en un palmo de terreno. Suspensiones y frenos trabajan de forma dispar, porque si bien las primeras son algo firmes sobre asfaltos en mal estado, los segundos son implacables si necesitas mordiente. Todo en su conjunto parece querer ofrecer un tacto deportivo, algo que no le viene nada mal teniendo en cuenta la imagen de esta naked. Vamos, que "le pega" a la perfección.
El tacto general parece indicar que se trata de una deportiva. Desde luego, por aspecto "le pega"
Está claro que es una moto ciudadana al ciento por ciento, pero si te echas a la carretera, tampoco te defraudará. Sí es cierto que en línea recta y con la capacidad que tiene el motor de correr "lo suyo", la Vitpilen tiende a moverse con pequeños "shimmies" poco después de rebasar la velocidad máxima permitida en autovías. Por supuesto, es capaz de llegar mucho más allá, pero en ese caso tendrás que aferrarte al manillar como si no hubiera un mañana, cargando peso hacia delante y empujando las puntas del mismo para evitar esos movimientos. Algo que nos recuerda que su hábitat no es este precisamente, pero atención, porque tampoco lo evita. Será por motor...
Conclusión
Lo parece, pero no es simplemente una moto "de salón". Diseño y soluciones estéticas no faltan y su carácter en marcha lo refrenda. El hábitat natural es la ciudad, donde más y mejor se mueve, gracias por ejemplo a su embrague centrífugo Rekluse que permite acelerar en cada semáforo como si llevaras un scooter... Pero sin serlo, lo que la convierte en una naked todavía más interesante. La posición de los semimanillares o la altura de su asiento llaman la atención pero, excepto por la altura de este, el resto es tan fácil que pronto te habitúas a circular como si fueras en una bicicleta. Es pequeña, ligera y muy compacta, lo que se agradece mientras te desplazas por tu ciudad. Y si sales a carretera, el motor te llevará mucho más rápido de lo que se nos permite....