Aprilia Shiver SL 750

Círculo cerrado. Por fin, Aprilia ha conseguido cerrar el círculo. Necesitaba una moto intermedia en su oferta y, sin lugar a dudas, la Shiver es la opción perfecta. Una moto que no sólo es preciosa, sino que además funciona tal y como esperas de una naked multiusos.

Aprilia Shiver SL 750
Aprilia Shiver SL 750

Desde Balocco (Italia) Luís López
La gran apuesta de este modelo es precisamente llegar a todos aquellos que buscan una moto de fuerte personalidad pero que, a cambio, no requiera un cursillo de pilotaje para dominarla. Así deben ser las naked multiusos y así es la Shiver, una moto entregada a su piloto, de tacto suave en sus mandos y entrega de potencia lineal, fácil de mover y de controlar en todo momento. Si además le añades un diseño atrevido donde los haya… el resultado es una moto, en líneas generales, muy bien concebida.

Diferente
El objetivo de Aprilia era fabricar una moto con personalidad propia y diferente a lo que encontramos en el mercado de las naked de media y alta cilindrada. Comenzando por ahí, la firma de Noale prefirió el empleo de una cilindrada que se sitúa a medio camino entre las populares 600 y las más poderosas 1000; sí, de acuerdo, el motor es de procedencia Piaggio y su desarrollo ya se encontraba bastante avanzado, pero al concebir la Shiver sus modificaciones han sido tales que, según los encargados de su puesta a punto, no queda demasiado del prototipo original en pie.

De curva a curva
Los primeros metros a los mandos de esta Aprilia me sirvieron para darme cuenta de que resulta muy fácil acomodarte en ella. La posición es prácticamente perfecta y sólo subiría un poquito, muy poco, la altura del manillar y de las estriberas; lo primero es porque la moto va a utilizarse sobre todo en condiciones «normales» y es ahí donde se agradece cualquier concesión a la comodidad, mientras que lo segundo es porque a poco que te apliques sobre la Shiver acabas arrastrando los pies por el suelo. Contribuye a ello las buenas sensaciones transmitidas por la parte ciclo y por la pareja de Dunlop Sportmax Qualifier que equipaba nuestra unidad.

Sorprendente
Si bien el motor no ofrece un comportamiento rabioso ni estira como un poseso hasta arriba, es el conjunto lo que al final acabó sorprendiéndome. Su trabajo es tan armonioso que, en pocas palabras, «todo va bien», lo suficiente como para acabar divirtiéndote… con reservas, porque como te he comentado, la pista se encontraba rodeada por guardarraíles en todo su perímetro; además, lo hacía con prototipos sobre los que trabajarían al día siguiente para afinar la producción… En fin, todo llamaba a la prudencia.

A falta de un precio definitivo, la Shiver se encuentra lista para plantar cara a cualquier naked superventas en liza. Su motor, la estética… todo es diferente en ella, no se parece en nada ni a nadie. Esa es su gran baza, ¡y además funciona realmente bien!

En el número 2.044 de Motociclismo podrás encontrar la prueba de la Shiver al completo