Aprilia Tuono V4 R APRC

Hay motos cuya fachada va más allá de sus aptitudes. Otras que esconden lobos bajo dulces apariencias. Esta Tuono no engaña, ni en la piel, ni en el fondo, es una verdadera deportiva que sorprendentemente también es capaz de convivir contigo en tu rutina del día.

Pepe Burgaleta: Fotos: Juan Sanz

Aprilia Tuono V4 R APRC
Aprilia Tuono V4 R APRC

La Aprilia Tuono es algo más que una Aprilia RSV4 a la que se ha quitado el carenado, algo así sería imposible que estuviese firmado por la rubrica de Miguel Ángel Galuzzi. El argentino, de cuyas manos han salido modelos como la Ducati Monster, y que en las últimas décadas ha estado envuelto en el diseño de muchas de las últimas Ducati, Cagiva, y ahora Aprilia, es uno de los genios que nos quedan, y uno de los pocos hombres capaces de plantar su impronta en toda una generación de motos.

Tanto el modelo de superbike como éste comparten múltiples piezas, es algo lógico. Pero también lo es que se ha modificado todo lo que hacía falta para que esta Tuono se adapte a su nueva función: motor, suspensiones, frenos, posición de conducción, electrónica... Si crees que puedes tener dos motos simplemente quitándole el carenado a tu RSV y poniéndole un manillar más ancho y alto estás bastante equivocado

Pero no te creas que Aprilia se ha andado por las ramas, y menos en esta versión APRC, con toda la electrónica disponible, desde tres mapas de gestión de la potencia al antiwheelie, pasando por el control de tracción. Todo es programable, a lo que hay que sumar las opciones del cuadro. Si es tu moto te puedes tomar un tiempo para ir aprendiéndote todo lo que se puede y se debe hacer con los chips, pero para mí casi era necesario salir con la «chuleta» en el mono para saber qué hacer en cada momento. Puede parecerte un tanto complicado, sobre todo si eres vago en esto de los reglajes, pero no te va a quedar más remedio que acostumbrarte a ajustar también la electrónica, como lo haces con las suspensiones o las presiones de los neumáticos, y tiene la ventaja de que es más rápido, más limpio, no necesita herramientas, y encima es verdaderamente eficaz. Gracias a esta inversión, unos mil euros respecto a la versión estándar, tu Tuono logrará ser una auténtica artista en este difícil arte de compatibilizar trabajo con placer, de llevarte a la oficina y hacer que te quedes sin adrenalina en tu tramo favorito.

Pero antes de buscarle las cosquillas ya te vas a llevar una sorpresa. La primera vez que te subas, la arranques y gires en una esquina aparecerá una enorme sonrisa en tu cara. Esta Tuono es una verdadera pluma, se siente mucho más ligera que su hermana. La primera vez dudas de que estés sobre una moto de un litro. La posición influye, pero también lo estrecha que es, el manillar y la sensación de libertad que da el no tener nada por delante. Realmente es muy estrecha, algo que se acentúa porque el manillar es un poco bajo y ancho. No tienes más que hacer unos metros para comprobar lo ligera que es de dirección, aunque estable, y encima el motor empuja con suavidad abajo, aunque no sea donde esté más a gusto. Te sientes casi como si estuvieses sobre una supermotard, pero más cómodo porque carece de una posición tan extrema y vas mucho más bajo. Eso sí, la dirección gira poco y es muy posible que en el primer eslalon hagas tope con el susto consiguiente, así que ve probando. En ciudad va bastante bien, aunque probablemente en verano te acabes asando. Es ligera, muy ágil y el motor responde, y con su juego de cintura los coches se convierten casi en conos, sólo tienes que tener cuidado con las puntas del manillar.

Aunque el asiento está duro y es un poco alto, llegas bien al suelo porque es muy estrecha y no llegas a acusar la falta de mullido en tan poca distancia, pero la verdad es que es un tanto ruidosa y si vas despacio el cambio semiautomático se convierte casi más en un engorro que en una ayuda. En cualquier caso subirte a la Tuono te afila los colmillos. Eso sí, prepara una buena mochila o ropa con amplios bolsillos, porque no hay espacio para dejar nada. Como detalle cuenta con unas oquedades bajo el asiento del pasajero para que se agarre al colín, pero no es una moto de dos.

La anterior Tuono ya era una moto realmente notable como deportiva, pero ésta la supera en casi todo. No sólo es más eficaz en este terreno, sino también más cómoda. El V4 tiene otro carácter, porque no vibra y es casi tan potente como el de la superbike, al menos en los ensayos que hemos hecho en el banco. El tacto del motor es realmente especial, además se combina con una posición que te permite un control absoluto de la situación y una mayor relajación, a no ser que vayas a mucha velocidad y te conviertas en un juguete del viento.

La Aprilia tiene de todos modos algunas particularidades. La combinación del acelerador electrónico y el ajuste del embrague es un tanto personal. Notas un mínimo desfase en la reacción del acelerador al cortar del todo, algo que no ocurre al acelerar, pero esta sensación se ve acentuada porque el embrague se suelta rápido y mucho. Al cortar de golpe notas cómo la rueda trasera deja de retener. Depende del gusto de cada uno pero, aunque resulta realmente difícil sin hacer el borrico que la rueda trasera se descontrole, seguro que hay a quien le gustaría tener más retención detrás y no dejar toda la responsabilidad de detener la moto a la parte frontal. De todas formas te acostumbras a ello, y seguro que quienes hayan disfrutado de una deportiva de dos tiempos se encontrarán como en casa.

Hay motos que tienen una orientación tan deportiva que acaban siendo muy incómodas en situaciones normales, motos con suspensiones pétreas, con respuestas bruscas del acelerador y frenos muy potentes que bloquean con cierta facilidad a baja velocidad y en asfaltos poco adherentes. Éste no es el caso de la Tuono, cuyos componentes han logrado aunar la calidad con el tacto. La firma sabe que una de estas motos no va a ser empleada únicamente como un proyectil, y en sus reglajes de suspensión recomendados ya lo asume, diferenciando una conducción normal y otra deportiva, tanto en cotas como en dureza de hidráulicos.De todas formas, sin necesidad de endurecer mucho las suspensiones, algo recomendable realmente sólo para circuito, el compromiso es bueno en carretera, y la moto sólo saltará si decides llevarla a lugares con mucho bache.

Puede que haya abierto su espectro respecto a una superbike, pero no pienses que estás sobre una naked tradicional y mucho menos sobre una «todo uso». En asfalto en condiciones normales, las suspensiones aguantan bien, pero al tiempo son relativamente cómodas. Puedes frenar con contundencia sin meneos y confiando plenamente en el tren delantero, que se hunde progresivamente pero sin llegar a ceder del todo. Con la electrónica como ayuda cuando aceleres, la Aprilia te soluciona la vida sin que te des cuenta. Eso sí, dependiendo de lo conservadores que sean tus ajustes electrónicos, olvídate de levantadas de rueda entre curvas, de meneos bruscos al acelerar en marchas cortas, y en general de situaciones de estrés clásicas de las deportivas de toda la vida.

Por una parte cuentas con toda la potencia del V4, especialmente arriba, y por otra con el paracaídas del control de tracción. Si a esto le sumas la facilidad para cambiarla de dirección y el excelente tacto que siempre tiene la rueda delantera, cuando la carretera se retuerce hay poco que hacer contra ella. Es probablemente una de las motos más eficaces en curvas enlazadas de media velocidad, y mira que hay modelos.

La verdad es que el motor, a pesar de girar un poco más bajo de vueltas que en la RSV4, tiene mucha «chicha». Probablemente si te ofreciesen un plus en algún lugar, elegirías la zona media, porque sientes una ligera parada antes de que a unas 7.000 rpm los truenos se desaten, y a veces saliendo a medio régimen piensas que una relación menos hubiese sido mejor. El cambio semiautomático funciona bastante bien a alto régimen y con el acelerador bien abierto, que es la situación para la que ha sido diseñado, pero está pensado para esto, y fuera de su ambiente no es tan evidente que sea útil. De hecho a bajo régimen acabarás trabajando como en una moto normal, porque la relación salta nada más tocar la palanca y en estas condiciones relajadas es algo brusco, especialmente en las primeras relaciones. Arriba no es que sea más rápido de lo que puedes ser tú si estás acostumbrado a cambiar «a capón», pero sí que es mucho más cómodo porque te olvidas de tener que cortar y te envicias con él enseguida. Y además no hay que olvidar de que te sientes como un auténtico piloto, deseando llegar cerca del corte para cambiar.

Si eres de una generación acostumbrada a las motos deportivas tradicionales, esas con los semimanillares por debajo de la tija, el culo alto y el cuello girado hacia delante, necesitas un cierto periodo de adaptación para cogerle el truco al manillar plano en las curvas. Ya no vas a abrazar el depósito, ni te puedes pegar a él como una lapa. Los brazos están siempre abiertos, y al descolgarte a un lado tienes la mano exterior alta y lejos. Lo que ganas en sensación de control en la frenada y la aceleración lo pierdes en la curva, y es más incómodo agacharte.

La Tuono no protege nada. De hecho si algo notas al subirte por vez primera es lo baja que están las fibras de la parte delantera, y con su forma afilada el carenado de las ópticas frontales te lanza el aire a ti. Puedes ir muy deprisa porque el desarrollo es largo, pero poco tiempo, como si hicieses sprints. La presión en la cabeza y el pecho, los brazos abiertos y las piernas que acaban recogiendo el aire, te agota enseguida. Ésta es prácticamente la única contraprestación respecto a una moto tradicional como su hermana la RSV4, porque lo cierto es que cuando el terreno se retuerce no tiene nada que envidiarle. Tiene casi tanta potencia, el mismo chasis, tan sólo un poco más largo, y unos componentes comparables, así que es cuando se lo exiges una verdadera superbike, incluso apta para ir a un circuito y pasártelo de miedo. Ésta es evidentemente la particularidad de la Tuono, y lo que la diferencia respecto a otras motos de su estilo, su eficacia como deportiva que te va a permitir no echar de menos nada más que unos semimanillares cuando te metas en una pista.

Es difícil en estos momentos plantearse la opción de una superbike para ir por la calle, las cifras de ventas lo atestiguan, pero esta Tuono te abre la puerta a una segunda vida, porque para la vida diaria, aunque no sea obviamente la mejor opción, sí que es válida, y frente a otras opciones que buscan lo mismo como las naked deportivas tradicionales o las supermoto de alta cilindrada, te ofrece un rendimiento deportivo inalcanzable para ellas. Tiene unos 50 CV más, es verdaderamente ligera en la báscula y en sus sensaciones, y funciona de manera mucho más parecida a una superdeportiva que esas a las que nos habíamos acostumbrado. La modernidad viene de la mano de todo ese paquete electrónico que nos han dejado como herencia unas carreras muchas veces aburridas, pero también una ingeniería que ya es capaz de hacer motores válidos para ir casi de paseo y al tiempo tronar, como el nombre de esta moto.

Aprilia siempre se han caracterizado por trasladar la impronta de sus motos de carreras a las de serie. De hecho al lanzar su RSV4 muchos la acusaron de diseñar primero una moto para ganar el Mundial de Superbike y luego ponerla a la venta. Esta Tuono no llega a esos extremos, pero sin duda es la moto más radical de su segmento.

Una moto como la Tuono, hoy por hoy, sólo podía ser italiana, incluso únicamente podía provenir de la propia Aprilia. Y no hay que profundizar mucho en su tarjeta de presentación para confirmar que no se trata de una moto normal. Sus 167 CV y sus poco más de 200 kg llena no tienen rival. Pero lo que realmente la distingue frente a otras motos es que ha sabido mantener, e incluso mejorar, sus aptitudes deportivas respecto a su predecesora dotada del tradicional V2 de la casa, y además al tiempo no cierra las puertas a otros usos. Esta versión «electrónica» dispone de casi todo lo que Aprilia ha aprendido en las carreras, y también te introducirá en un mundo que acaba enganchando, el de toquetear los botones. Aunque no te preocupes, el fondo sigue siendo el que esperas, el de una verdadera deportiva, una moto ligera ágil y eficaz, capaz de hacerte disfrutar en un circuito y en una carretera de curvas, e incluso en una carretera despejada a alta velocidad, eso sí, si te pones el traje de «siete machos».

Una moto tan moderna como la Tuono no necesita muchos cuidados, pero a cambio te da la oportunidad de entretenerte de lo lindo con todas sus especialidades. Te tienes que tomar tu tiempo para conocer la forma de actuar con todos los reglajes electrónicos, y aún más para probarlos. Las suspensiones son completamente regulables, pero eso es algo a lo que probablemente ya estabas acostumbrado antes de llegar a una moto como esta.

Aprilia te recomienda 2.000 km de rodaje muy progresivo, algo que en principio puede resultar aburrido, pero con sus prestaciones acaba siendo hasta divertido. La lista de accesorios realmente deriva de la de la RSV, y sería bienvenida la opción de una cúpula, sobre todo de quita y pon, para poder viajar ocasionalmente más cómodo. Como puedes comprobar si tu lugar de esparcimiento es el circuito, sí que tienes casi de todo. Las revisiones cada 10.000 km te van a permitir hacer una al año si haces esos 1.000 km mensuales que acaba siendo para muchos de los usuarios de estas motos su cuota habitual.