BMW K 1600 GT

Prueba a fondo de la BMW K 1600 GT. BMW ha hecho una apuesta muy ambiciosa dentro de las Gran Turismo con su nueva K 1600 GT, que tiene todo lo imaginable y un asombroso motor de seis cilindros en línea. Tweet

Sergio Romero. Fotos: J.C. Orengo

BMW K 1600 GT
BMW K 1600 GT

No es la primera seis cilindros de la historia, pero desde luego nunca antes habíamos visto un motor como éste. La primera moto en utilizar esta confi guración fue la Benelli 750 Sei en 1972, luego Honda en 1978 puso en escena su CBX1000 y Kawasaki hizo lo propio con la Z1300 prácticamente al mismo tiempo. Pero todas ellas eran naked. Honda equipó a su Gold Wing con un seis cilindros bóxer en 2001, que ha sido la única Gran Turismo con un  motor similar.

En fin, que BMW vuelve a innovar y a demostrar que es una marca diferente con esta K 1600 GT. Alrededor de este moderno propulsor, que pudimos ver por primera vez a finales de 2009, se ha creado una moto con toda la tecnología de la marca, que es mucha. Teniendo en cuenta estas credenciales, la mejor manera de poner a prueba su rendimiento y conocerla en profundidad era viajar, así que no me ha quedado más remedio que recorrer media España...

Visión nocturna
El viaje empezó en la presentación nacional del modelo, en una ruta nocturna para probar el nuevo faro de xenon adaptativo. Con este sistema la óptica se ajusta según la inclinación, gracias a un giróscopo como el utilizado en la S 1000 RR para el control de tracción, y con ello la visión nocturna es excelente. También ajusta la altura del haz de luz automáticamente, utilizando unos sensores instalados en las suspensiones y es, además, un equipamiento de serie, no así el autoadaptable. El caso es que ves como nunca antes en esas carreteras de montaña que destacan por su oscuridad.

Antes de poder comprobar sus habilidades nocturnas hay muchas cosas que ya te habrán dejado con la boca abierta. El ordenador de a bordo es increíblemente completo y no tenemos espacio en este artículo para explicar su funcionamiento con detalle, lo mejor es que vayas a un concesionario y te enteres, porque merece la pena. En resumen, se puede ajustar el ESA II (regulación electrónica de suspensiones), las múltiples opciones de sonido,
radio y teléfono, las temperaturas de puños y asiento, la confi guración básica y la información que aparece en el panel digital.

Esto último es lo menos práctico, ya que hay que navegar con el mando multifunción de la piña izquierda (eso sí, que es cómodo) para moverte entre los consumos, la temperatura, la autonomía y las medias. La radio es bastante potente y puedes escuchar la música hasta a 150 km/h. Pero lo que realmente te deja asombrado es cómo va...

¿Cuánto dices que pesa?
Te acercas a ella, la miras con detenimiento... y piensas que te va a costar mucho controlarla. Después de unos minutos a sus mandos ese pensamiento ha desaparecido por completo. BMW se ha centrado en darle un carácter «deportivo» a su GT, ya no tiene marcha atrás ni caballete central eléctrico, y ha hecho una parte ciclo muy dinámica. Las cotas del chasis, reparto de pesos y estructura de los neumáticos, dan como resultado una agilidad que por mucho que te cuente no te vas a creer.

Una ligera presión al manillar y la moto se mueve con la rapidez de un toro de rodeo. En tramos de montaña te deja perplejo y sólo tienes que tener cuidado para no llegar demasiado rápido a una curva, te animas con facilidad, porque el peso sigue estando ahí. En nuestra báscula ha dado 338 kg en lleno, pero tiene detalles interesantes para ser más ligera, como la araña de magnesio o el propio bastidor de aluminio, que sólo pesa 16 kg. En conducción deportiva es muy difícil que roce nada en el suelo, algo que tampoco te esperas a priori. Además, si optas por el ESA II ganas mucho utilizando el modo Sport en conducción deportiva y circulando rápido en autopista.

Si vas fuerte y con la cúpula (eléctrica y con memoria de posición) totalmente desplegada, la moto tiene ciertas oscilaciones en la dirección y en el mencionado modo Sport se limitan en gran medida. Lo cierto es que aunque puede notarse este efecto por encima de 200 km/h es muy estable, pero al ser tan rápida de dirección es más sensible a tus movimientos que otras GT.

La posición es la que esperas de una turismo tope de gama, pero destaca positivamente lo bajo que está el asiento y el centro de gravedad. Llegas muy bien al suelo y se consigue una gran estabilidad a baja velocidad. El chasis no es muy ancho a la altura de las rodillas, dado que el motor deja sitio para éste, al tener sus cilindros inclinados hacia delante. La contrapartida es que eso lo hace más largo y la dirección está lejos del asiento, así que a menos que midas más de 185 cm los brazos quedan un poco más extendidos de lo ideal.

Los estribos están un poco altos puestos a pedir la perfección de postura, pero como hemos dicho no rozan nunca. Siguiendo con la ergonomía, tenemos la gran cúpula, que es otra gran ayuda para viajar con total comodidad, ya que te envuelve a la perfección y tiene un gran rango de ajuste.  Los frenos, todo lo potentes y eficaces que sabíamos, son ahora ligeramente más dosificables. Cuando apuras fuerte el Duolover aguanta bien el esfuerzo, aunque se retuerce un poco todo el conjunto.

Tecnología BMW
Es cierto que, dentro de la marca, coches y motos tienen departamentos independientes, pero aun así hay recursos compartidos (instrumentación TFT, llave con mando a distancia y faros autoadaptables). También lo es que el departamento de las cuatro ruedas tiene mucha experiencia con el seis cilindros en línea y algo se habrá filtrado, porque para ser el primero es excelente. El 6 grabado en sus cilindros le da identidad y de manera más especial lo hace el sonido que emiten sus escapes (Akrapovic opcionales en esta unidad de pruebas).

Tiene un tono profundo y sube muy rápido de vueltas, como si estuviese muy cabreado. Se parece a un M3 de la antigua generación, tanto en el sonido como en la respuesta. Puedes cambiar por debajo de 2.000 rpm y el motor funciona a la perfección, dado que hay par a raudales, 16,3 kgm. La conexión entre el acelerador y la rueda es muy buena, algo que a veces no es tan sencillo con los sistemas «Ride by Wire». El medio régimen es explosivo y subir hasta 5.000 vueltas ya te hace sentir que «estás corriendo» mucho.

El último tramo, hasta el corte a 8.500 rpm, se mantiene más estable y parece que le cuesta un poco más que a un motor tetracilíndrico. Por suavidad de funcionamiento es una delicia, tan sólo lo ensombrece un poco el sonido del cambio y de la transmisión al cerrar-abrir el acelerador. Merece mención el embrague, que está dotado de sistema antibloqueo. Tiene como la S 1000 RR, tres modos de motor (Rain, Road y Dynamic). En el primero hay menos potencia y más control de tracción, mientras que entre los otros dos sólo cambia la respuesta más directa y el menor DTC del modo Dynamic. El control de tracción, por cierto, es una maravilla y te permite abrir gas con mucha confianza a pesar de ser una moto grande.  Aunque en Dynamic en seco y en Road en mojado puedes llegar a tener ciertas dosis de deslizamiento. El consumo puede variar entre los seis y los 10 litros a los 100 km según la velocidad y posición de la cúpula.  Junto a ella estará también la K 1600 GTL, orientada un poco más al turismo de lujo.

El precio de nuestra protagonista es el mismo que el de la K 1300 GT y la tecnología y comportamiento están en otro nivel, así que si quieres tener lo último en Gran Turismo acércate a verla...