BMW R 1200 R

Prueba a fondo de la naked BMW R 1200 R. La nueva BMW R 1200 R mantiene su filosofía intacta. Es una roadster en estado puro. Una moto capaz de proporcionarte grandes satisfacciones en cualquier ambiente. Es divertida, cómoda, manejable... y todo ello aderezado por su característica desnudez.

Óscar Pena. Fotos: Juan Sanz.

BMW R 1200 R
BMW R 1200 R

Hace pocas semanas tuvimos la oportunidad de probar las nuevas BMW R 1200 R en su presentación nacional por los alrededores de Madrid. Precisamente nuestro hábitat natural. De aquella primera toma de contacto (MOTOCICLISMO Nº 2.244) os ofrecimos toda la información de la nueva versión Classic, y ahora os traemos hasta estas páginas al modelo estándar. Las diferencias entre ellas no son grandes, pero sí dignas de mención. La R 1200 R básica monta llantas de aleación en lugar de radios, y una pintura monocolor más sencilla.

Estos detalles confieren a la Classic un aspecto «retro», tradicional, dirigiéndose a los más puristas y amantes de este histórico modelo. Pero, además, desde el punto de vista dinámico existen diferencias, ya que las llantas de radios equipadas con cámaras pesan lo suyo, y la báscula arroja unas cifras dispares: 234 kg verificados en orden de marcha para la R 1200 R (con transportín trasero opcional, ESA y ABS Integral parcial incluidos), y 239 kg para la R 1200 R Classic (con ESA y ABS Integral parcial incluidos). Una diferencia que se deja sentir ligeramente sobre todo en movimientos en parado, aunque no tanto una vez iniciada la marcha. Por lo demás son motos completamente idénticas, que comparten equipamiento de serie y disponen de los mismos accesorios originales. Que por cierto son muchos y muy interesantes.

Máximo confort
Como roadster bien definida, por fi losofía y estética, la R 1200 R penaliza en protección aerodinámica. Éste es realmente su único punto mejorable en términos de confort. Así, en líneas generales es una moto que trata con suma amabilidad a conductor y pasajero. El asiento de serie es muy amplio y ergonómico, y de hecho es el modelo «Confort» de la versión precedente. Por otro lado, el piloto se siente perfectamente integrado, adoptando una posición erguida muy apropiada para la realización de muchos kilómetros.

Los estribos se localizan ligeramente elevados, necesario para no rozar con ellos cuando se efectúa una conducción deportiva en carretera, pero quizá lo están demasiado pensando en conductores de talla «europea». Otras características significativas que mejoran su confort vienen de la reducción de vibraciones, que apenas se notan a ningún régimen de giro y no son en absoluto molestas (sí percibes el característico palpitar de los motores bóxer); e incluso se ha reducido considerablemente el clásico balanceo lateral provocado por el giro del cigüeñal longitudinal.

A pesar de ello se mantiene un mínimo, dando sabor a un producto que sin él no sería el mismo. Si bien es cierto que ahora ni molesta ni perjudica en ninguna acción, ya sea rodando a baja velocidad, exprimiendo a 8.000 rpm el bicilíndroco en zonas viradas, o efectuando fuertes reducciones.

Refinada
Los pequeños ajustes experimentados por la BMW R 1200 R contribuyen significativamente a refinar su comportamiento. Ha sido la última en adoptar las culatas con doble árbol de levas y válvulas radiales introducidas a partir de 2006 en la HP2, y que posteriormente se han ido instalando en los demás modelos con motor bóxer. Y sin duda ha merecido la pena. No por el pequeño incremento de potencia teórico (que no lo es tal en la práctica), sino por la finura de comportamiento y la alegría para subir de vueltas.

Y es que ahora, además de alcanzar 500 rpm más en su régimen máximo, el motor se percibe más elástico y divertido, siendo capaz de proporcionar unas sensaciones desconocidas en su predecesor cuando nos movemos cerca de la línea roja. Y todo ello sin perjudicar su agradablísimo tacto de gas y facilidad para desenvolverse a muy bajas revoluciones en marchas cortas o largas, y manteniendo un consumo de combustible muy contenido. Muy buena nota también podemos dar al cambio, de suave accionamiento, y a la transmisión final por cardan, que no te condiciona en ningún momento.

Sobre raíles
La R 1200 R no es particularmente ágil, pero sí muy estable y segura. Una vez iniciada la trazada sólo hay que dejar trabajar a sus particulares suspensiones, que ofrecen una pisada sobresaliente. El aumento de rigidez de su nuevo tren delantero confiere un plus en seguridad rodando rápido, y la frenada servoasistida es excelente. Sólo hay que acostumbrarse, como en el caso de las suspensiones, a su particular tacto, que no obstante se ha ido depurando mucho con el paso de las versiones y no es tan agresivo rodando a baja velocidad como antaño.

Por otro lado, son de agradecer opciones muy útiles para la seguridad y el confort como el ESA, el ABS o el control de tracción ASC. Lástima que encarezcan considerablemente el precio final del producto.