Ducati Streetfighter 848. Prueba a fondo

Ducati ha aprovechado la experiencia adquirida con Streetfighter "1100" y con la 848 EVO para preparar una maxinaked muy capacitada y con carácter, pero más accesible y civilizada que sus hermanas.

Víctor Gancedo. Fotos: Juan Sanz

Ducati Streetfighter 848. Prueba a fondo
Ducati Streetfighter 848. Prueba a fondo

Ducati dejó de fabricar sus Monster más caras y sofisticadas, las propulsadas por motores multiválvulas de «agua», poco antes de la puesta en escena de la primera Streetfighter de 1.099 cc.

Esto se produjo a principios de 2009 y desde entonces solo existen Monster con bicilíndricos refrigerados por aire con dos válvulas en cada culata. Al poco tiempo, las mentes pensantes de la firma de Bolonia se percataron de que existía un hueco demasiado amplio, tanto por precio, como por prestaciones, entre la Monster 1100 y la lujosa Streetfighter, y reflexionaron al respecto con el fin de buscar una solución.

Eran conscientes de que el resultado de su trabajo no solo debía completar ese hueco existente en la gama de Ducati, sino que también debía de competir más directamente con las maxinaked de otras marcas existentes en el mercado. Por prestaciones, la Monster 1100 se quedaba un tanto descolgada con respecto a la competencia más directa y, por precio, la Streetfighter «1100», especialmente en el caso de la versión «S», se distanciaba más de lo deseado.

Entonces, «revolviendo en sus estanterías» creyeron encontrar el remedio mezclando la estética de la Streetfighter «1100» con elementos de las partes ciclo y motriz de la deportiva 848 EVO, con todo, claro está, debidamente fusionado y adaptado a su nuevo cometido.

El resultado ya está totalmente listo e incluso ya ha pasado por nuestro garaje en forma de Streetfighter 848, con 132 CV declarados (120 verificados en nuestro banco) y un precio de 13.595 euros. Mi compañero Sergio Romero ya tuvo ocasión de «estrenarla» en Italia en el último otoño. Fue durante su presentación mundial a los medios de comunicación en el en el también nuevo Autódromo de Módena.

De allí se trajo una muy grata impresión tras probarla en el circuito y también en un tramo de montaña con muchas curvas. Parecía que Ducati había acertado de pleno. Por eso teníamos ganas de que la nueva Streetfighter 848 llegase a nuestras manos. Y este hecho, aunque se ha demorado algo más de lo deseado, finalmente se ha producido.

A grandes rasgos, Ducati ha intentado que la STF 848 se muestre más agradable y civilizada con sus usuarios que su hermana de saga, y también ha buscado rebajar costes de producción montando componentes algo más bajos en la gama de calidad. Aun así, desde el primer momento te percatas de que es una Ducati de pura raza, con mucho carácter y equipada con unos elementos que cumplen de manera sobresaliente en cualquier situación.

La horquilla Marzocchi y el amortiguador Sachs son multirregulables, monta elementos radiales en el freno delantero (pinzas y bomba) y en el tren trasero incluye un espectacular basculante monobrazo de aluminio similar al de la 848 EVO. Por eso es muy difícil que la mayor parte de los usuarios echemos de menos algo más de calidad en sus componentes. La verdad es que la Streetfighter 848 va muy bien servida.

Siendo ya una Ducati de gama alta, posee un equilibrio elogiable entre el lado deportivo y el civilizado. Como he titulado esta prueba, es una moto muy competente y cumple muy bien con los objetivos que su fabricante ha marcado para ella. Está claro que no ha pretendido que sea una moto destinada a realizar largos viajes con acompañante y equipaje.

El responsable del desarrollo de esta Streetfighter 848 ha querido hacer una moto divertida, efectiva y atractiva, y al mismo tiempo práctica en un uso digamos que diario. Y todo parece haberse logrado. Quizá su precio se eleva un poco más de lo que nos hubiera gustado, pero la verdad es que si estudias detenidamente todo lo que nos ofrece (además de unos buenos componentes incluye un efectivo control de tracción regulable y desconectable), puede ser que esté justificado. Además, cuesta poco más que una MV Agusta Brutale 920, otra italiana que se puede considerar como la rival más directa de esta Ducati.

Al ponerte a los mandos de la Streetfighter 848 te encuentras con un manillar un poco más alto que el de la 1100, pero su posición de conducción sigue las mismas pautas. El asiento está practicamente a la misma altura que la pletina superior de la dirección y el peso de nuestro cuerpo se carga claramente sobre nuestros brazos y el tren delantero.

Las formas del manillar nos recuerdan a las de unos semimanillares y tanto el faro, como la instrumentación, se ubican muy bajos con respecto a lo que podemos considerar como habitual, contribuyendo a que la parte alta de nuestro cuerpo quede adelantada y desprotegida. Está claro que ergonómicamente sigue siendo una moto especial, una Streetfighter de ley, como su nombre indica.

Aun así, no resulta complicado habituarse a ella, y si evitamos vías rápidas en la medida de lo posible, podemos considerarla como una moto agradable, incluso a la hora de convivir con ella en ciudad. El accionamiento de su embrague es suficientemente suave y su caja de cambios, aunque con un muelle de selector un poco duro, es precisa, rápida y con poco recorrido de palanca. En sus cuatro primeras relaciones reponde con rapidez y finura desde apenas superadas las 3.000 rpm. En quinta y sexta, con desarrollos un tanto largos, necesita un régimen mayor para recuperar con la misma alegría y suavidad.

Con 120 CV reales, tiene buenas prestaciones y una aceleración muy directa, pero resulta fácil aprovechar todo su potencial, con buena tracción gracias al alto perfil del neumático posterior y también al control de tracción. La verdad es que transmite confianza y no asusta a la hora de aplicarnos con ganas sobre el acelerador.

En carreteras de curvas es donde encontramos su hábitat preferido. El neumático delantero nos transmite mucha información y pisa con seguridad en apoyos fuertes. Quizá a la hora de mantener velocidades altas el tren anterior se siente algo nervioso, pero la verdad es que esta moto está pensada para funcionar bien entrando en curvas de radio medio con decisón y recorrerlas con rapidez con un buen grado de inclinación.

La Streetfighter 848 se siente ligera entre las piernas (no llega a los 200 kg con gasolina) y entre curvas enlazadas se mueve de un lado a otro con agilidad y precisión. Por velocidad supera incluso los 230 km/h, pero probablemente sus usuarios muy pocas veces, o incluso ninguna, necesitarán alcanzarla. Las suspensiones cuentan con unos tarados muy equilibrados.

Por un lado son suaves en el primer tramo de sus recorridos mientras practicamos una conducción sosegada, y se van endureciendo a medidad que apretamos el ritmo, sin transmitirnos excesivas oscilaciones entre un eje y otro entre aceleraciones y frenadas. Se siente compacta, con una frenada directa y dosificable al mismo tiempo.