Honda CB500X. Prueba

La tercera integrante de la saga CB500 apuesta por una estética trail, combinada con las prestaciones de una moto de carretera. De ahí la «X» de su denominación que hace referencia al estilo crossover, que la marca ha utilizado ya en otras categoría. En fin, una moto para todo y todos.

Texto: Sergio Romero. Fotos: Lluís Llurba

Honda CB500X. Prueba
Honda CB500X. Prueba

Hace un par de años Honda introdujo un concepto diferente, el crossover, que se utilizaba en los coches pero que en las motos no existía como tal. Los estudios de la marca japonesa sacaron a la luz que a muchos usuarios les gusta la estética de las motos trail de aventura, pero que luego echan de menos el comportamiento de una moto verdaderamente de carretera.

La primera en llegar fue la Crossrunner 800, una trail media basada en la VFR800, después vinieron, la maxitrail Crosstourer 1200 y la polivalente NC700X. Para completar la gama llega esta CB500X, que es a su vez una de las tres integrantes de la familia CB, formada por la CBR500R, la CB500F y esta CB500X. Con ella se propone la oferta más sencilla y económica a las crossover de la marca, pero no por ello menos interesante.

Y es que Honda ha sabido cambiar el paso con la dura situación que sigue viviendo la economía y ha hecho unas motos asequibles, que además son perfectas para iniciarse y en este caso asegura una gran poliovalencia. No hay que olvidar que por su potencia son válidas sin tener que hacer ninguna modificación para el carné A2. Parece que el presente de las motos está cambiando y Honda hace tiempo que se ha dado cuenta.

Si la ves pasar o le echas un vistazo desde cierta distancia no es fácil determinar su cilindrada, tan solo su estilo particular. Ya en la distancia corta ves que es una moto accesible, por peso y dimensiones. Uno de los puntos clave de este modelo, al igual que les sucede a sus hermanas, es el bajo peso del conjunto. Sus 196 kg declarados son exactos cuando la pesamos en nuestra báscula, algo que no sucede habitualmente, dado que los fabricantes suelen dar sus cifras en condiciones muy específicas.

El caso es que se maneja muy bien y no intimidará a ningún usuario novel que se decante por sus servicios. Su espíritu trail se encuentra en su estética y en la posición de conducción, aunque con ciertas salvedades. El ancho manillar, que te coloca en una posición confortable sí que recuerda a las motos más aventureras, pero el bajo asiento y la posición de los estribos recuerdan a una moto ciudadana. Esto es un punto a su favor, dado que en su medio habitual que es la urbe, es una moto muy fácil de manejar y en la que se llega al suelo con los dos pies sin ningún problema. Así que combina a la perfección la imagen con el lado práctico.

A esta mezcla de bajo peso y buena ergonomía se le une una gran suavidad de funcionamiento, que es el toque definitivo para aquellos que busquen una compañera en el día a día. Es una de esas motos que te hace fácil la vida y con la que te mueves entre el tráfico, por carretera o autopista con una enorme fluidez. El equipamiento y los componente son sencillos, si bien tiene detalles interesantes como el nivel de indicador de combustible y además te informa del consumo medio e instantáneo.

Si en la ciudad se mueve como pez en el agua, cuando la sacas a carretera te sorprende por su equilibrio. Las motos modernas se han ido especializando, a veces tanto que se vuelven muy buenas en su terreno y descuidan el resto de las utilizaciones. La CB500X no es el caso y aunque viendo lo bien que desenvuelve entre el tráfico pueda parecer una moto urbana, luego demuestra una gran polivalencia.

Antes de ir a darte una vuelta larga o salir de viaje, lo suyo es ajustar la pantalla en la posición más alta de las dos disponibles, de hecho se puede quedar ahí siempre. La protección aerodinámica no es como la de una moto de turismo pero resguarda bien el tronco y te permite viajar cómodamente a los cruceros que te pide la «X». Si te agachas un poco consigue meter también el casco en la zona de protección de la pantalla, pero normalmente no lo necesitas. El asiento tiene las dimensiones y el mullido necesarios para estar toda una jornada a sus mandos sin que te arrepientas de ello. Así que solo tienes que elegir tu destino, poner sexta y de camino te puedes entretener viendo en la instrumentación digital lo bajo que es el consumo instantáneo. Aunque si en tu camino encuentras una carretera nacional como alternativa a la autovía seguro que te diviertes más y si es de montaña no digamos.

La ligereza que tanto se agradece a la hora de driblar entre los coches, vuelve a ser una gran aliada cuando el trazado se retuerce. Aunque en tu camino encuentres una curva que no te esperas, la rapidez de reacciones de la CB500X te permite improvisar y afrontar cualquier viraje sin problemas. Lo mismo ocurre dentro de la curva, donde puedes variar la trazada a tu gusto con un poco de presión que ejerzas con el manillar. Este carácter de moto ligera y rápida de reacciones no está reñido con la estabilidad, que está siempre presente y es que Honda tiene muy en cuenta la seguridad en el diseño de cualquiera de sus motos, sea del segmento que sea. Esto quiere decir que no te va a poner en apuros ante ningún obstáculo o cambio en el asfalto.

Un modelo polivalente que se precie tiene que ser capaz, además de viajar y de poder realizar las labores diarias, de permitirte sentir el lado lúdico de las dos ruedas en un tramo de curvas. No en vano, eso es lo que las diferencia de los coches o los scooter prácticos. La nueva CB500X cumple con estas expectativas. Era algo muy probable, dado que comparte chasis con la CBR500R, que ya demostró, cuando pasó este invierno por nuestro garaje, que tenía un excelente comportamiento.

Con respecto al modelo más deportivo, la «X» tiene una geometría de dirección con cotas más conservadoras y mayor recorrido de suspensiones, 20 mm más en ambos trenes. Lo que le da un tacto más «tranquilo» y una mayor capacidad de amortiguación, que supone un extra de comodidad cuando el asfalto se encuentra en mal estado. También se agradece que el amortiguador trasero, solo regulable en precarga, utilice un sistema de bieletas para trabajar con progresividad. Esa es otra de las razones de su correcto funcionamiento. La horquilla de 41 mm se muestra poco robusta y cuando frenas muy fuerte, algo que tampoco será lo habitual en su utilización, notas como se retuerce el tren delantero.

Esa sensación de falta de rigidez no afecta negativamente a la efectividad de la frenada, ya que el ABS de serie te permite sacarle todo el potencial a pesar de que trabaje cerca del tope. En el tren delantero, con un único disco, no hay mucha potencia pero el antiboqueo, como hemos dicho, funciona bien y puedes sacarle mucho partido. Detrás, hay otro disco lobulado, el sistema entra en acción un poco pronto, algo que sucede en un gran número de modelos con ABS, pero tampoco es algo determinante. Los tramos enlazados resultan muy divertidos a sus mandos y es que esa agilidad que proporciona su parte ciclo te permite moverla como si fuera una buena compañera de baile. Es un placer cambiar de dirección y notar como siempre vas por delante de sus reacciones. Los Pirelli Scorpion Trail que monta de origen transmiten muy buenas sensaciones en carretera, debido a que se calientan rápido y ofrecen un buen agarre en curva. Además, tienen un dibujo que admite cierto uso fuera de la carretera. De modo que, aunque no es una trail al uso, tienes la posibilidad de moverte por pistas con libertad, además las suspensiones también admiten estas licencias.

Honda fabricó el año pasado para su gama CB un nuevo bicilíndrico en línea de 471 cc, que cumple con la limitación europea de 35 kW y con las normativas anticontaminación. Se trata de un motor, con una planta muy compacta y que utiliza bastantes soluciones técnicas procedentes de los modelos deportivos de la marca. Al contrario que otros modelos no está limitado, sino que ha sido diseñado para generar esa cifra de potencia, 44 CV reales en nuestro banco, prácticamente la misma caballería que han dado sus hermanas, la CBR500R y la CB500F, que pasaron antes que ella por nuestro Centro Técnico.

El bicilíndrico es suave y tiene un tacto muy conseguido a bajas revoluciones, gracias al calado del cigüeñal, al tratamiento de la cadena de distribución y a su eje de equilibrado. En bajos y medios, especialmente en aperturas parciales del acelerador, tiene el empuje suficiente para la vida normal. Así que puedes circular en esa gama de revoluciones sin la sensación de falta de potencia. A partir de 7.000 rpm es la zona más alegre del propulsor, que llega hasta 9.000 rpm reales si lo estiras. En la zona alta emite un poco más de vibraciones pero sin llegar a ser excesivas. Si bien es cierto que no es una moto que te pida ir alto de vueltas, más bien lo contrario. Lo bueno es que tienes una amplia gama de régimen para utilizarlo según tus necesidades, algo que se echa un poco de menos en las 700.

Para rematar la buena sensación general que transmite su conducción, el cambio también es muy agradable en su utilización, ya que las marchas entran con facilidad y el embrague requiere poca fuerza para su accionamiento. Además de su refinado funcionamiento, esta mecánica merece mención especial por su bajo consumo, que en nuestro caso y como ya sucedió con sus hermanas, se encuentra muy poco por encima de los cuatro litros  a los 100 km, mezclando conducción normal y deportiva. Una cifra sorprendentemente baja y si mantenemos 120 km/h el gasto de gasolina desciende hasta acercarse a los tres litros cada 100 km recorridos. Una economía de funcionamiento casi insuperable, así que parar a repostar no será una de tus prioridades cuando viajes o hagas excursiones con esta o con cualquiera de las CB500. 

La CB500X ofrece un conjunto muy interesante, por la relación que ofrece entre precio y prestaciones. Más que prestaciones puras hablamos de polivalencia, ya que se trata de una moto capaz de viajar, de hacer tramos de curvas e incluso de circular por pistas. Lo bueno es que puedes hacer de todo por muy poco, dado que el precio de venta no es nada elevado y luego su mantenimiento es muy bajo. Especialmente el consumo que consigue unas cifras realmente bajas, entre tres y cuatro litros según el tipo de conducción.

El motor  rinde 44 CV reales, 48 declarados, de modo que es una moto válida para los poseedores del carné limitado y lo mejor es que es una buena escuela para este colectivo, dada su gran facilidad de manejo y equilibrio. Es sencilla de planteamiento pero tienes lo imprescindible y más, como el ABS de serie. Una ayuda que siempre viene bien tener. Pues eso, una «crossover» para todos los públicos. Modelos así nos dejan sin excusas para no entrar en el mundo de las motos o para no volver a él...