Honda VT 750 S

La VT 750 S de Honda, una custom al alcance de todos. La Honda VT 750 S es una moto brillante por su facilidad de uso y buen precio. En los tiempos que corren, hay que ser "malote", pero sin perder la cabeza.

Pere Casas | Fotos: Oleguer Serra/ Félix Romero

Honda VT 750 S
Honda VT 750 S

Aficionado o no a este estilo de motos, ya sabrás que Guillermo Artola se encarga en MOTOCICLISMO de las custom, y que lo hace como nadie. En las fotos da imagen de "malote" con su dura estampa de "outlaw" y sus gafas tarantinescas. Pero en realidad es un pedazo de pan, ¡y además de Salamanca, el mejor del mundo! Pues esta Honda VT 750 S, y lo digo desde mi condición de admirador y amigo, es lo mismo: un modelo que merecerá vuestra atención por su carácter desenvuelto y su guiño al "rock&heavy", pero que es también (ejem...) todo un auténtico "buenote"... Por si fuera poco, se venderá a un precio muy interesante de 6.499 €, muy por debajo de los 8.799 € de la Spirit a la que sustituirá desde el fin de existencias. Lo mejor es que lo hace siendo toda una Honda, no da imagen de barata, tiene buenos acabados y, como hemos comprobado a sus mandos, es una moto tan fácil como el mecanismo de un porrón.

Entre custom y naked

Ni siquiera en la marca niegan haberse inspirado en la Harley Sportster, pero su objetivo comercial, ni siquiera se venderá en EE.UU, no está en hacerle la cama a la estrella americana sino en ser alternativa en Europa a las naked de media cilindrada, tanto por su estilo bien distinto a las motos convencionales y su posición más versátil, como por lo fácil que es conducirla. Esta Honda parece ideal para los permisos recién estrenados, para los que vuelven a la moto, e incluso, debido a su baja altura de asiento, y si se me permite, para las chicas.

Su equipamiento carece de florituras, tanto que puede contarse con los dedos de una oreja: no hay cuentavueltas, pero sí cuentakilómetros, una pantalla digital con dos "trips", reloj y entrada en reserva. Bajo la tapa lateral apenas cabe el manual de instrucciones y la bolsita de herramientas donde se halla el destornillador ¡necesario para abrir la propia tapa! El freno trasero es de tambor, con mando por varilla. Sin embargo, la calidad y los acabados son buenos, japoneses. No es ni un mamut ni un ciclomotor y acoge igualmente bien a tipos NBA como a los poco altos. La posición es amable, y te coloca con los pies ligeramente avanzados, pero sin caer en lo ridículo. Tampoco la anchura del manillar es excesiva.

Basta escuchar su civilizado bicilíndrico en V a 52º, y rodar unos metros sobre ella para rendirse a la evidencia de que sus 44 CV no te van a poner en dificultad alguna. Ésta es una moto tranquila y sincera, sin artificios, que funciona exactamente como te imaginas al verla. Gira bien, tiene un balance de pesos equilibrado, y un chasis sano que te anima a limar las estriberas a poco que inclines pero sin exagerar como en la nueva H&D "48". Tampoco se cae hacia las curvas a baja velocidad, lo que facilita enormemente las maniobras en parado. Sus suspensiones son lo suficientemente confortables como para disfrutar de forma sosegada en carreteras comarcales sin que se te caigan los dientes.

En cuanto a la frenada, el disco delantero hace su trabajo con dignidad. Por suerte, estamos ante una moto tranquila, que anuncia 230 kg de "heavy metal", bastante menos que en las 900 cc de la competencia... El trasero, tambor como en casi toda la gama VT 750, es casi un simple estabilizador. Podría ser más potente, claro, pero a cambio nunca te dará sorpresas. No está prevista, al contrario que la también nueva Shadow C-ABS, una versión con ABS y frenada combinada.

La buena educación

Estamos, evidentemente, ante una moto muy bien educada. Sus escapes, con chicanes para esconder malos gases, sólo tienen buenas palabras. La transmisión por cadena es agradable, y no hace clac-clac ni siquiera a baja velocidad en marchas largas. Es verdad que algunos caballos más no le harían mal, pero recuerda que "las grandes leyes de la naturaleza son: no corras, no seas impaciente, y confía en el ritmo eterno" y en este sentido, el motor de esta Honda es fácil de dominar, muy elástico, y gira muy redondo desde abajo del todo. Siempre que no se te ocurra pedirle prestaciones, su muy probado bicilíndrico de agua y tres válvulas por cilindro –que procede del VT 500 ¡del 83!– estará totalmente disponible y te dará alegría para "cruisear" tranquilamente a velocidades entre 120 y 150 km/h. Su punta se acercaría a los 170 km/h con lo que no romperás muchos radares a tu paso, y su aceleración es suficiente como para mantenerte alejado de todo aquello que se te acerque a menos de 20 metros de distancia. Una cosa es ser "buenote", otra ¡no hacerte respetar!

En mi opinión, aunque en negro mate podría ser "todavía más" sexy que en el único Heavy Grey Metal que se importará, la Honda VT 750 S será una custom de cilindrada media de referencia al ser una elección práctica, pero que al tiempo te permitirá "lucir" una buena y bonita custom sin necesidad de caer en la caricatura, obligarte a usar chaquetas con flecos, o hacerte "piercings"...

Y, a 6.499 euros, también sin arruinarte: tal como están las cosas, se puede ser "malote", pero no perder la cabeza...