Hyosung GT 650i. Prueba

Hyosung propone una naked económica pero con todo lo que debe tener una moto de su categoría y segmento. Esta versión 2012, ahora más barata que nunca, adopta un nuevo faro y se ha vuelto a revisar la inyección electrónica.

Andrés G. Dorado. Fotos: Juan Sanz

Hyosung GT 650i. Prueba
Hyosung GT 650i. Prueba

La firma coreana Hyosung ha demostrado en estos años su capacidad para desarrollar motos baratas pero con unos estándares de calidad muy decentes. Además, ofrece un amplio abanico de cilindradas que van desde 125 a 650 cc. La Hyosung GT650i, antes denominada Comet, ha sido desde sus inicios una naked potente, de aspecto robusto y muy aparente, que ha ido evolucionando con los años. Ahora se acaba de estrenar una nueva versión en la que el faro redondo ha sido sustituido por uno ovalado más grande y que actualiza la vista frontal de la moto. La inyección electrónica, que ya se revisó en 2009, vuelve a cambiar. Ahora se ha confiado su desarrollo a la marca Delphi y los cambios son sutiles pero interesantes, hemos verificado algo menos de potencia pero el consumo ha descendido notablemente. Por lo demás es la GT que ya conocíamos, mantiene ese aspecto deportivo que ha encajado tan bien entre el público y lo, más importante, su precio sigue por debajo de los 5.000 euros. Es con diferencia la naked media más barata del mercado.

Su condición de moto económica no quita para que cuente con todo lo imprescindible para defenderse como cualquier otra naked que se enmarque en su segmento. Lógicamente no dispone de los componentes ni la mecánica de sus rivales europeas que le doblan el precio, pero hay que tener más o menos claras las necesidades de cada uno y sobre todo el presupuesto del que se dispone. La GT650i, desde luego, puede satisfacer los requerimientos de gran parte de los usuarios, sobre todo por motor ya que su bicilíndrico en L ofrece potencia más que suficiente. Mucho se ha hablado de si la base de este propulsor es Suzuki, concretamente el que montaba la SV, pero no es así, aunque ciertamente guardan muchas similitudes. En esta versión ha mejorado algo el tacto a bajo régimen, los «medios» son más que razonables pero a partir de 7.000 rpm las vibraciones son más que evidentes, sobre todo en los estribos. Es una lástima porque se pueden estirar las marchas hasta llegar al corte a 10.500 rpm. A ritmos moderados evitarás las molestas vibraciones y harás que el consumo sea muy bajo, nosotros hemos registrado unos sorprendentes 4,5 l./100 km.

La cómoda postura que se adopta en marcha hace que sea una moto muy utilizable en cualquier escenario, urbano incluido. De hecho tiene un radio de giro aceptable para maniobrar en parado. Ergonomía aceptable, solo falla el mullido de los asientos, sobre todo el del pasajero: es una auténtica tabla. Las suspensiones son regulables, no tienen demasiada precisión a la hora de ajustar los clicks pero al menos cuentan con la posibilidad de jugar con la extensión y la compresión delante y con la precarga en el amortiguador trasero, que por cierto es progresivo. El tarado a grandes rasgos es firme y adecuado incluso cuando apretamos el ritmo. Aguantan bien el tipo y no hacen demasiados extraños en curvas. Lo mismo pasa con los frenos, cumplen su cometido sin brillar demasiado. En carreteras reviradas lo tienes todo para pasar un buen rato aunque sin apuntar muy alto en tus pretensiones. Los neumáticos Bridgestone B56 que trae de serie ofrecen agarre y un comportamiento general bastante decente.

Es una moto que cumple con las expectativas, si nos has probado antes otra naked, no echarás nada en falta. En caso contrario puedes notar carencias, según para quien, no demasiado graves como el tacto del motor o la calidad de algunos acabados y componentes. Nadie pone en duda su excelente relación calidad/precio.