Royal Enfield classic 500

Con más de un siglo de historia, la marca india sobrevive al paso del tiempo con modelos muy tradicionales. La Classic 500 es un claro ejemplo de esa fidelidad a un estilo.

Victor Gancedo

Royal Enfield classic 500
Royal Enfield classic 500

Hoy en día es posible saber en cierta medida cómo iban las motos de hace varias décadas. Y no me refiero a que tengas que probar un modelo clásico en buen estado. La marca india Royal Enfield posee en sus catálogos una larga lista de modelos propulsados por monocilíndricos de 350 y 500 cc que al probarlos nos transportan inevitablemnte al pasado. Bien es verdad que incorporan algunas soluciones ciertamente modernas, pero la mayor parte de sus características son muy tradicionales y coinciden con las de las Royal Enfield de hace unos cuantos años. De todos modos, esto no quiere decir que no sean motos utilizables hoy en día. Si sabes entenderlas, son incluso agradables y a su ritmo, sin grandes prisas, te pueden llevar hasta donde te propongas.

La gama actual de Royal Enfield es amplia, pero entre muchos de sus modelos no hay demasiadas diferencias. Todos se fabrican en la India y están propulsados por motores monocilíndricos de 350 y 500 cc, y sus disparidades radican en algunos casos en el tipo de neumáticos que montan de origen, en pequeños acabados o simplemente en las decoraciones.
Para esta prueba hemos utilizado una Classic 500 cedida por un concesionario de la localidad cántabra de Castro Urdiales (Motos Mario Mitxelena) y, desde un principio, nos ha sorprendido su facilidad de utilización.
La Classic 500 ya no incorpora pedal de arranque y para ponerla en marcha basta con girar la llave de contacto y pulsar el correspondiente botón. Además, su propulsor se alimenta a través de un  sencillo sistema de inyección electrónica, que funciona con precisión y consigue que el motor se ponga en marcha con rapidez independientemente de su temperatura.
La Classic 500 es una moto compacta y baja de asiento, así que ponerse a sus mandos no representa el más mínimo problema. Luego todo se encuentra en su sitio y el accionamiento de todos sus mandos es correcto, aunque conviene acompañar bien a la palanca de cambios en todo su recorrido para que todas las marchas (5 en total) se engranen debidamente. Así que no tienes que pensar demasiado para manejarte con ella. Su gran monocilíndrico de carrera larga no gira mucho más allá de la 5.000 rpm y sus palpitaciones se perciben con claridad a bajo régimen. A medida que sube de vueltas ese palpitar se convierte en vibraciones, y éstas se hacen más perceptibles en los reposapiés a alto régimen.
Lo que te queda claro desde el principio es que no es un motor para exprimir en exceso y lo correcto es mantenerlo a regímenes intermedios (digamos que unas 3.000-4.000 rpm), y así disfrutar del conjunto en paseos a ritmos sosegados, con una velocidad media entre 90 y 120 km/h, adaptándote de maravilla a los límites legales de cada carretera. Además, a ese ritmo también te permite disfrutar del sonido ronco de su monocilíndrico, aspecto que te traslada al pasado y que en mi caso me recuerda a una Ducati Road 350 que tenía el padre de un amigo mío a principios de los 80 y que algunas veces le «cogíamos prestada».

Con un peso en orden de marcha de 189 kg, la verdad es que no se siente especialmente pesada y se deja llevar con facilidad en cualquier situación. Maniobrar con ella a baja velocidad es sencillo e incluso entre curvas puedes cambiarla de un lado a otro con cierta alegría, aunque siempre actuando de acuerdo a sus estrechos neumáticos Avon calzados en llantas de 18” de diámetro. Y la frenada, sin ser excesiva, cumple con su cometido y a ritmos tranquilos aporta seguridad siempre que nos apoyemos a ambos frenos (disco delante y tambor detrás). Otro aspecto que llama la atención es su posición de conducción natural y confortable. Las suspensiones, quizás pensadas para ser utilizadas en carreteras en no muy buen estado e incluso pistas, son absorbentes y el confort que consiguen se ve acrecentado por un asiento bien mullido y acompañado de muelles. Con respecto a su precio, quizá este se eleva algo más de lo esperado.