Una MV Agusta es una MV Agusta, y una cosa es que en Varese hayan decidido crear motos accesibles, y otra que dentro de su segmento vaya a ser una moto barata. En nuestro país esta MV Agusta Brutale cuesta 11.595 €, con su IVA del 21% y con su Impuesto de Matriculación del 14,75%, que la penalizan respecto a otros países con menores cargas impositivas. No es el precio de una de las naked «económicas» que mandan cada vez más en nuestro mercado, pero tampoco es ya una moto «para ricos» por la que hay que pagar cifras astronómicas, que a muchos les pueden parecen un sinsentido. Si te gusta la pequeña de las MV Agusta Brutale, ya no tienes la excusa de que no puedes pagarla. Como mucho, puedes decir que quieres pagar menos.
Hasta ahora, toda la familia MV Agusta Brutale había estado ligada a los propulsores de cuatro cilindros con los que MV Agusta volvió a la vida de la mano financiera de los hermanos Castiglioni y con la magia de Massimo Tamburini en el diseño. Su escape de cuatro salidas en línea bajo el colín, su faro romboide, su chasis mixto y los innumerables detalles que denotaban un intenso trabajo en cada pieza de aquella primera MV Agusta F4, no fueron óbice para que la sorpresa saltara de nuevo cuando apareció la versión desnuda, esa MV Agusta Brutale que logró que en unos años media producción mundial imitase su faro delantero. Las MV Agusta Brutale, inicialmente con un nervioso motor de 750 cc, fueron aumentando su cilindrada y con ella la oferta de modelos, pero el cárter y las dimensiones del motor la limitaban a las grandes categorías
MV Agusta tenía que hacer un motor nuevo para expandirse hacia abajo, y eligió una opción con un éxito cada vez mayor, el tricilíndrico en línea. En esos momentos, la firma había sido absorbida por el grupo Harley-Davidson, que invirtió una buena cantidad de dinero en un nuevo proyecto en el que ya no estaba un jubilado Tamburini. En cualquier caso, su sucesor en la dirección del departamento de diseño, el británico Adrian Morton, tampoco se ha alejado mucho de los planteamientos originales de la firma, y, de hecho, la serie MV Agusta F3 comparte con sus predecesoras de mayor cilindrada casi todas las señas de identidad que han caracterizado estas motos, desde el chasis mixto con una estructura tubular delante y de aluminio detrás, al concepto estético, pasando por la forma de las llantas o el basculante monobrazo. Eso sí, el motor se ha adaptado a los tiempos actuales y ha dejado de lado algunas de las peculiaridades con las que nació en los años 90. Una de sus características identificativas, el sistema de válvulas radiales proveniente del diseño de los motores de Formula 1 de Ferrari de principios de los años 90, ha sido sustituido por el habitual con las válvulas paralelas en cada lado del motor, que además ahora son de titanio.
Si miras el motor encajado dentro de la estructura tubular del chasis, prácticamente no verás ni un hueco, el diseño es realmente compacto, con el eje primario del cambio en la parte superior, y con el motor, como antes, girando al revés de lo habitual. Se ha mirado con lupa lo último en el mundo de la moto, y lo cierto es que a este propulsor no solo no le falta nada, sino que tiene toda una vida por delante para ir adaptándose a lo que el futuro le exija. El de la deportiva MV Agusta F3 es el más potente de la categoría, excepción hecha del nuevo 636 de cuatro cilindros que acaba de lanzar Kawasaki, y logra también que esta MV Agusta Brutale 675, con sus 110 CV ofrezca potencia más que suficiente para una naked de espíritu deportivo.
Acostumbrados a los motores Triumph de tres cilindros, el de la MV Agusta te da la impresión desde el primer momento de haber recibido el injerto de un tetracilíndrico, sobre todo conforme empieza a subir de vueltas. No se trata únicamente de su comportamiento, también de su sonido. Abajo, incluso a medio régimen escuchas lo que consideras habitual en un tres cilindros, pero cuando el motor comienza a revolucionarse de verdad, no solo notas la agresividad de un tetracilíndrico tradicional, también su rugido. Las cotas de la MV Agusta Brutale son bastante drásticas, pero en Italia han trabajado bien para que el motor de la naked se separase del de la versión de Supersport, y, de hecho, lamiendo las 13.000 rpm, cuando llega al corte, la velocidad de los pistones es de tan solo 19,6 m/s, mientras que en su principal rival, que tiene una carrera 6 mm más larga, a 12.500 rpm, ya esta moviéndolos a 21,8 m/s. En este sentido esta MV Agusta Brutale 675 es una moto con un propulsor bastante conservador, pese a su potencia máxima.
Pero mucho antes de que empieces a experimentar la subida de vueltas del motor y su explosiva zona alta, en lo que te va a sorprender la MV Agusta Brutale es en su tamaño y en su ligereza. No solo es pequeña y compacta, sino que el asiento está bastante bajo, y la zona media es muy estrecha. Va a ser una delicia para los más pequeños, y también para el público femenino, porque todos llegan bien al suelo. No te da la impresión de estar sobre una moto capaz de hacer lo que hace, más bien parece una con la mitad de cilindrada. La posición es deportiva, pero no tan radical como en sus hermanas mayores, quizás los estribos se podrían haber colocado un poco más adelantados, para no forzar las piernas si solo apoyas los dedos en las estriberas.
La agilidad que notas desde un primer instante está causada no solo por la propia esencia de la construcción de la moto, sino por una dirección que normalmente va bastante cerrada. Sin duda una de las preguntas que te harás desde un primer momento, como nos la hemos hecho nosotros es: ¿cómo es que una MV Agusta no tiene regulación de suspensiones? Bueno, en realidad sí que tiene, pero es únicamente la de precarga de muelle trasero. Según te subes a la moto la horquilla ya se va a hundir unos 50 mm, porque está poco precargada, mientras que el amortiguador provoca un hundimiento de la parte trasera de la mitad. La consecuencia es que la moto en marcha va más hundida de delante que como la ves cuando te bajas, y ayudada por una buena posición de conducción, lejos de las radicalidades de algunas de sus rivales, gira con una facilidad difícil de encontrar.
Si ya conoces el mundo MV Agusta, sabrás que hasta ahora estas motos mantenían lo que podríamos denominar el espíritu «Tamburini», es decir, motos creadas con los mínimos compromisos, con una orientación deportiva absoluta, unas motos del más tradicional estilo italiano, unas motos de amar, o, no tanto como odiar, pero sí dejar de lado. La nueva MV Agusta Brutale se sale del cliché, y en esto sí que se nota claramente la influencia en el proyecto de sus anteriores dueños americanos. Ésta es la primera MV Agusta válida para todos, una moto en la que vengas de donde vengas te vas a encontrar cómodo, sin nada realmente especial más allá de sus propias aptitudes dinámicas.
El motor resulta especialmente destacable, porque es capaz de compaginar su esencia deportiva con un funcionamiento acorde con la circulación en ciudad y en los desplazamientos habituales. En autopista va mucho mejor de lo que esperas de una moto sin carenado. De hecho, esta unidad llegada directamente de Italia se hizo como estreno un viaje de Barcelona a Madrid, y sin más que poner una pantalla de casco encima del carenado de faro, la protección fue bastante decente. Si no vas a ir muy deprisa, incluso la deriva del viento que produce la tapa de los relojes, ayuda bastante. Un detalle que tienes que tener en cuenta es que el velocímetro es bastante mentiroso, peca de optimista casi en un 10% a alta velocidad, lo que puede significar que te blindas parcialmente a las multas, pero también que estás gastando más combustible del que piensas. Manteniendo los 120 km/h de marcador hemos registrado consumos entre 5,8 y 6,1 litros cada 100 km, y a alta velocidad más de 8 litros, lo que significa que vas a frecuentar las estaciones de servicio.
Usando de manera constante la pequeña de las Mv Agusta Brutale, solo habrá dos detalles que te gustaría mejorar, uno es el tacto de las suspensiones en los baches, que es seco; y otro, el asiento, que con el paso de los kilómetros evidencia que es una de las reminiscencias deportivas que se mantienen. Dejándolos de lado, no te imaginarías que una MV Agusta pudiese ser una moto tan complaciente como compañera en el día a día. Comparada con una de sus hermanas mayores es una delicia en cuanto a tacto de acelerador, respuesta y suavidad, pero estamos seguros de que aún puede ir más adelante. De cara al futuro MV Agusta tiene que seguir trabajando con los mapas electrónicos para adaptar la respuesta de la MV Agusta Brutale a su verdadero uso, porque es probable que la mayoría de los usuarios prefieran perder un par de caballos arriba del todo si la contraprestación es que se eliminen las ligeras oscilaciones que notas en la aceleración sobre las 8.000 rpm en algunos de los modos de gestión del motor.
Afortunadamente, hoy en día lograr que tu moto varíe su comportamiento es tan sencillo como enchufarla a un ordenador y cambiar los datos de salida en los programas de gestión, algo que la fábrica va haciendo constantemente, y que hemos tenido la ocasión de experimentar con un «update» de los mapas que mejoraron el comportamiento en la zona más alta, que al final era tan constante como puedes apreciar en las curvas del banco. El mundo de la moto se parece cada vez más al de los ordenadores, y antes o después veremos cómo la propia moto se autoactualiza, antes de apagarse por completo.
Aun así, es evidente que si eliges una MV Agusta Brutale es porque quieres explotar sus posibilidades como deportiva. Al fin y al cabo muchos podrían considerarla como una MV Agusta F3 sin carrocería, con otra posición y diferente equipamiento. En este terreno, evidentemente mantiene las opciones de su hermana, incluso es más fácil de entender desde un comienzo gracias a su posición y a la mejor respuesta del motor en medios, pero también deja notar que sus suspensiones podrían trabajar mejor. El motor resulta explosivo arriba, una vez que pasas de las 9.000 rpm, ya con el sonido particular de su escape triple en tus oídos. El tacto general de todo es bueno, el cambio un poco lento pero preciso, y como ya te hemos comentado, tiene una tremenda ligereza.
Lo que sí mantiene esta MV Agusta Brutale es algo que es una norma en las carreras, esto es, poner peso delante, y lo mantiene contigo encima. La sensación de apoyo en la rueda delantera aumenta con el tarado de las suspensiones, que «amorra» la moto. Por una parte, la horquilla trabaja constantemente en el último tercio del recorrido, lo que la endurece; por otra, la parte trasera está mucho más suelta. El resultado es que cuando frenas fuerte notas que el neumático posterior tiene poco peso, y es fácil que rebote tanto en la frenada como en la curva, porque una vez en ella y al acelerar sí que se hunde y empieza a trabajar en la zona más dura. Cuando el asfalto está en buenas condiciones no tiene mucha importancia, pero si te topas con baches, te llevas un buen «viaje» tanto en línea recta como en curvas. Afortunadamente, el bastidor es capaz de hacerse con ello, y más allá del golpe que recibes no hay consecuencias, porque la estabilidad sigue siendo perfecta. En cualquier caso, la MV Agusta 675 es una moto menos incómoda que sus hermanas hasta en este detalle, en parte por el tarado de las suspensiones, y en parte porque el chasis no es tan monolítico. También por fortuna, la dualidad de la Brutale está lo suficientemente conseguida, y esto es realmente importante en una moto con un aspecto tan deportivo como ésta, pero para la que la mayoría de su vida va a consistir en circular sin tener que demostrar dicha faceta.
La MV Agusta Brutale 675 se ha dejado esperar, al menos para nosotros. Tenía que haber sido la Superprueba del pasado número, que era lo que teníamos previsto, pero no llegó a tiempo para su publicación. Un imponderable que esperamos que sepáis comprender, pero que por lo menos nos ha permitido trabajar sin la menor prisa para este mes. La demora ha merecido la pena, porque la MV Agusta Brutale es capaz de mantener con orgullo el nombre que tiene inscrito en su depósito, y aunque con algunos detallitos por pulir, es una moto que logra subir un peldaño la «usabilidad» de una MV Agusta, un «palabro» que no viene en el diccionario, pero que estoy seguro de que entiendes.
MV Agusta ha construido no una nueva generación sino una nueva familia de motos con estas tricilíndricas. En un mundo en el que está claro que las «hiperprestaciones» están cada vez menos demandadas, una moto como ésta, capaz de superar holgadamente los 200 km/h, con un motor lleno abajo y explosivo arriba, tiene cada vez más sentido. La MV Agusta Brutale ha salido a la luz esta temporada, pero es realmente un proyecto iniciado bajo la batuta de H-D, una firma que ha impregnado de «sensatez» el resultado final. La MV Agusta Brutale no es tan estricta como sus hermanas mayores, pero a cambio de perder ese poco de carácter radical, ha ganado mucho más en todo el resto, y especialmente en los aspectos que al final más vas a reclamar: suavidad, comodidad, ergonomía. Sigue siendo una moto perfectamente identificable, y sigue siendo una moto que no puede considerarse económica, aunque evidentemente ya está en línea con otros modelos. A nosotros nos ha convencido, lo que no quita para que cambiásemos alguna cosa, pero lo importante, todo aquello por lo que te comprarías una MV Agusta, sigue estando aquí, te lo aseguramos.
A FAVOR
- Comportamiento general
- Estética
- Potencia
EN CONTRA
- Suspensiones mejorables
- Velocímetro muy mentiroso
- Consumo