Aunque a lo largo de los años la FJR 1300 ha sufrido tres revisiones, y en 2006 se amplió la gama con el modelo AS dotado de cambio automático, ha sido en esta ocasión cuando se han realizado mayores modificaciones, eso, sí, sin entrar en revoluciones, conservando una base que es considerada casi uniformemente como la mejor para este modelo que combina las clásicas aptitudes de las GT con las de las deportivas.
El gran cambio de la nueva FJR es sin duda la gestión electrónica del motor, que cuenta con un acelerador electrónico y con todas las ventajas que un sistema informático es capaz de ofrecer: distintas opciones de respuesta al acelerador, control de tracción o un sistema de control automático de la velocidad. No hace falta nada más que arrancar para que te des cuenta del acierto del nuevo sistema. No es que la respuesta antes fuera mala, pero ahora es mucho mejor, más inmediata, más suave si quieres colocando el modo «T», más enérgica al abrir de golpe si lo haces en el «S». El motor tiene un rendimiento semejante, ha ganado unos 3 CV en toda la gama, pero lo importante sigue siendo cómo los va generando, de manera continua, más que la cifra absoluta. Los 146 CV permiten unas prestaciones más que suficientes, y al no haber elevado la cifra, no hay el mínimo atisbo de baches a lo largo de la curva. Gracias a esto Yamaha ha preferido mantener la caja de cambio de cinco relaciones, algo poco habitual, pero que en este caso te ahorra trabajo y debido a la capacidad de respuesta del motor y a que puede girar a bajo régimen sin la menor protesta al acelerar.
El segundo apartado en el que se ha trabajado ha sido la ergonomía, y para ello, manteniendo el mismo estilo y la parte posterior, se ha mejorado todo lo que está delante de los ocupantes, no sólo por la nueva cúpula, que ahora sube y baja mucho más rápidamente, sino también por la cantidad de orificios que canalizan aire para evitar rebufos cuando aumenta la velocidad en la posición más elevada. Si eres muy alto, la cúpula seguirá quedándote un poco corta, pero para la mayoría va ser más que suficiente. La FJR 1300 es una moto de la que se han vendido hasta ahora unas 95.000 unidades, sobre todo en Alemania y Francia, y allí suelen ser más altos que nosotros. Para complementar la protección puedes colocar los deflectores laterales orientados de manera que desvíen el viento de las piernas gracias a un sistema de fijación de dos posiciones. La ergonomía está asegurada además por la posibilidad de colocar el asiento en dos posiciones y el manillar en tres. El frontal tiene un nuevo diseño, incluyendo los faros, aunque con una personalidad semejante. Como ya parece una norma, se han incluido luces LED de posición, al igual que en los intermitentes, situados en los laterales del carenado.
Uno de los problemas a atajar en la FJR 1300 era su comportamiento a alta velocidad, porque las suspensiones pecaban de blandas y en ocasiones la moto se movía ligeramente. Aunque el paquete es básicamente el mismo, ahora la nueva versión cuenta con muelles e hidráulicos bastante más firmes en la horquilla. Los muelles son progresivos y ahora la constante final pasa de 16,6 N/mm a 20 N/mm, y también dispone de mayor retención hidráulica. La barra derecha es la que incorpora la regulación hidráulica. En el tren trasero los ajustes han ido en la misma dirección. Con constantes en el sistema progresivo que aumentan entre un 20 y un 40%. El resultado es una moto más sólida en cualquier condición, con capacidad de ajuste «fino» en la horquilla, y algo menos en el amortiguador, con sólo posibilidad de extensión y dos posiciones de precarga con un mando remoto. Hay que tener en cuenta que la FJR, que dispone de maletas de serie y baúl opcional, tiene un evidente espíritu viajero, y cambia de peso en el tren tarsero de manera muy importante entre una conducción en solitario y a dúo y cargada de equipaje.
En abril llegará la versión AS, que todavía no hemos tenido ocasión de probar, y que además del cambio automático incorpora un sistema de suspensión con regulación electrónica en 12 posiciones y otro de parada y arranque automático cuando se detiene.
La gran ventaja de la FJR 1300 desde su nacimiento es que con ella puedes compartir dos mundos con la misma moto, el del turismo en un modelo amplio, confortable, equipado, con capacidad de carga y con un motor potente carente por completo de vibraciones, y por otra el de la acción gracias a las prestaciones de su motor, su agilidad y en general su comportamiento deportivo. La nueva versión ha mejorado ambas facetas. Para la primera con un mayor confort y una interacción mucho mayor con sus ocupantes. Tiene más equipamiento y una mayor simplicidad en el manejo de todo aquello que puedes toquetear desde la piña izquierda, y ayudado por las dos pantallas digitales que van mostrándote el resultado de tus acciones. Para el segundo resulta definitivo el nuevo tarado de las suspensiones, la inclusión del control de tracción, y para ambos la mejora en la gestión del motor, que ahora se conecta más que con tu muñeca, con tu cerebro.
Hay que tener en cuenta de todos modos que la FJR pesa con gasolina 289 kg, y eso significa que antes o después van a aparecer las consabidas inercias. Los frenos cuentan con ABS y un funcionamiento combinado cuando pisas el pedal, y mantienen su tacto, aunque hay que apretar bastante si apuras, y tener en cuenta que la horquilla va a tener que hacerse con los kilos de la moto y de los ocupantes, así que hay que prever los baches. La distancia al suelo es suficiente si se tiene en cuenta el tipo de moto que es y que además tiene caballete central, lo que causa que no merezca la pena subir mucho los estribos. Por cierto, otra de las mejoras es que ahora para subirla al caballete hace falta hacer un esfuerzo un 30% menor.
Otra de las claves de la FJR son los Metzeler Z8 de nueva generación, una goma que hace maravillas con la agilidad de las motos. La Yamaha también se ve afectada por ello, y resulta sorprendente lo fácil que es moverla de lado a lado, sobre todo en el primer tramo de inclinación, porque luego ya tienes que te tener la intención de tumbarla del todo. La verdad es que después de más de 500 km, la mayoría de ellos entre curvas, a lo largo de las Sierra de Guadarrama y de Gredos, las aptitudes dinámicas de la FJR han quedado plenamente demostradas. Si hay algo que habría que mejorar, quizás sean los primeros colores en que se va a distribuir, los tres bastante sosos.
Sobre la conocida base de la FJR 1300, Yamaha ha incluido un completo paquete electrónico que tiene como centro de actuación el sistema YCC-T que incorpora acelerador electrónico, la posibilidad de dos modos de respuesta al acelerador, o control de velocidad. El motor también dispone de nuevos cilindros sin camisa, pistones de baja fricción o un nuevo escape con ya sólo dos catalizadores. La potencia aumenta 2 kW. El chasis no ha cambiado ni tampoco frenos o suspensiones, pero estas últimas tienen tarados más duros y nuevo sistema de ajuste La carrocería, especialmente el frontal han mejorado: luces de posición de LED, nuevo frontal de una pieza, pantalla de nuevo diseño con tres canales para reducir el rebujo tras ella, derivabrisas laterales ajustables en dos posiciones y una mayor regulación de la posición de conducción.