Yamaha MT-125. Prueba

Si hay una manera de empezar por todo lo alto en el mundo de las dos ruedas, es con la nueva MT-125. Yamaha traslada el estilo de la saga a esta pequeña naked y le da todo lo necesario para triunfar.

Sergio Romero. Fotos: Yamaha

Yamaha MT-125. Prueba
Yamaha MT-125. Prueba

Yamaha mueve ficha en el segmento de las motos de acceso, las 125, con un modelo que para ellos es muy importante, la nueva MT-125. La saga se amplía con ella y llega prácticamente a todas las categorías, desde la potente MT-09, pasando por la intermedia y acertada MT-07, hasta esta nueva 125. La familia se ha vuelto algo más que una serie de motos, ya que con ella Yamaha está creando una comunidad gracias a sus accesorios, eventos y estilo de vida en el que se basan.

Atracción

El lado oscuro, entre comillas, al que la marca asocia a sus MT tiene desde luego cierta atracción, ya que se mezclan los estilos japoneses más de vanguardia con diferentes corrientes del resto del mundo. Si en la saga Sport Heritage fue un toque de los años 70 con influencias de los estadounidenses, aquí el modelo se ha diseñado y fabricado íntegramente en Europa. Para ello se han inspirado en la zona frontal de las 09 y 07, ganando así identidad y la fuerza de las líneas del faro que necesita una naked.

Es una moto que vista de cerca parece de mayor cilindrada y está muy bien acabada. Una parte de ese efecto está en sus llantas, que toman el diseño de las de aluminio forjado de las deportivas. La instrumentación, totalmente digital, también da sensación de calidad y tiene un aire a «smartphone», dado que se divide en tres columnas. En la primera está la información, muy completa por cierto y la cual se maneja desde la piña derecha. En el centro están los datos que hacen referencia al motor y en la parte izquierda la del viaje. Así que a pesar de ir en una 125, estás al tanto de los consumos, tiempo de viaje, nivel de combustible y tiempo para la revisión entre otros datos. Un punto en el que ya antes de arrancar demuestra su buen hacer.

A tus órdenes

Cuando alguien se estrena con una moto busca en parte tener control de lo que sucede, ya que bastante tiene con adaptarse al tráfico y al entorno como para pelear además con la moto. En la MT-125 tardas muy poco en sentir que obedece a tus demandas. Aunque deriva de la YZF125R, tiene una posición de conducción muy lograda. Se ha estudiado bien el triángulo que define la ergonomía, de modo que los manillares quedan a buena altura, al igual que los estribos, no flexionan mucho las piernas y tampoco rozan, y el asiento, gracias al cual se llega con facilidad al suelo. El depósito también se ha modificado con respecto a la R125, para que se adapte a las formas y la posición de la naked.

Estas características hacen que transmita confianza desde el principio y puedas disfrutar de su chasis doble viga de acero desde los primeros compases. El giro de la dirección es correcto, de manera que en ciudad, su medio natural, se mueve como pez en el agua. Si sales de la urbe tienes ante ti un plan muy divertido, sobre todo cuando encuentras una carretera de curvas. Allí la MT demuestra que Yamaha sabe cómo hacer buenos chasis, que se lo pregunten a Lorenzo o a Rossi. Esto es así porque combina una gran agilidad con la precisión de dirección que se necesita para tener confianza y aplomo en curva. Se siente muy ligera y fácil de llevar por más que aprietes el ritmo.

Para conseguir esta mezcla Yamaha ha trabajado en las suspensiones y ha introducido la horquilla invertida Kayaba de 41 mm y unas nuevas bieletas, que le dan más suavidad al principio y se endurecen más al final que las de la R125. Con esta configuración además se mejora el tacto al circular con pasajero. Los frenos también están a buen nivel para tratarse de una moto de su categoría, ya que dispone de una pinza de cuatro pistones y anclaje radial en el tren delantero. A pesar de la sencillez de la maneta que la acciona, el tacto del equipo es bueno y su potencia elevada.

Cuatro tiempos

Por lo que pudimos ver en el cuadro digital, haciendo una conducción normal, el gasto medio de gasolina estaba alrededor de dos litros y medio, una cifra bajísima. Este motor es suave en bajos y no da tirones, de modo que se puede rodar con buen tacto sin desde el inicio. Hasta 4.000 rpm sube con un nivel muy bajo de vibraciones, aunque todavía no empuja con mucha fuerza. Es a partir de 6.000 rpm cuando da lo mejor y estira con relativa fuerza hasta 10.000, momento en que, previo aviso de las luces de sobrerrégimen, corta encendido suavemente. Hay que estar pendiente del cambio para mantenerlo en esa zona si queremos tener unas buenas aceleraciones, si bien este funciona bien. Si sales de la ciudad no hay problema ya que puedes alcanzar velocidades legales en un corto espacio de tiempo. Después de probarla entre el denso tráfico de la ciudad y en carreteras de curvas se puede decir que es una moto idónea para aquellos que empiezan, por su nobleza y buen comportamiento. Sus prestaciones permiten a su dueño familiarizarse con ella de una manera muy sencilla y además con un bajo consumo. Así que si te gusta el lado oscuro de las MT ya puedes entrar en él con esta nueva 125. 

Primera impresión, por Sergio Romero

¡Quien pudiera volver a tener 16 años!.Yamaha ha conectado con el público motero con toda la saga MT, unos modelos que unen una estética muy original y agresiva con unas prestaciones y eficacia ya contrastadas.
La MT-125 es una digna integrante del concepto MT, según Yamaha el «lado oscuro», en el buen sentido. Junto a una estética inconfundible, la pequeña «octavo de litro» ofrece algunos detalles de moto grande, como su completísimo cuadro de instrumentos, dividido en tres columnas. Gracias a su giro de dirección se desenvuelve como pez en el agua en la urbe, pero sus prestaciones le permiten asímismo salir al extrarradio. Estas tampoco son desorbitadas, por lo que se trata de un modelo ideal para aquellos que quieran aprender, pero sin tener que dar la sensación de llevar una moto de «rookie», pues la estampa es impresionante.
Otro de sus puntos fuertes es un consumo irrisorio, que en la toma de contacto quedó en solo dos litros y medio.