Harley-Davidson Iron 883 Dark Edition

Harley-Davidson templa el acero de su 883 Iron dando lugar a dos nuevas versiones. La que nos ocupa, la Dark Edition, es más agresiva estética y ergonómicamente que el modelo básico. Es una «chica dura» que encandila. Y es también más exclusiva, al fabricarse tan sólo 100 unidades, todas ellas numeras y dirigidas exclusivamente para el mercado español.

Óscar Pena. Fotos: Juan Sanz

Harley-Davidson Iron 883 Dark Edition
Harley-Davidson Iron 883 Dark Edition

Harley-Davidson reinventa su 883 Iron con dos nuevas personalizaciones: la Harley-Davidson Quarter Mile Limited Edition, con una producción de tan sólo 25 unidades, y la Dark Edition, con 100 unidades. Precisamente es esta última la moto que ocupa nuestras páginas. La base de partida es en ambos casos la Harley-Davidson Sportster 883 Iron, que experimenta diversos cambios gracias a los cuales reinventa su fuerte personalidad.

Por su parte, la Quarter Mile Limited Edition se redirecciona hacia la estética Cafe Racer a través de una visera redonda de estilo deportivo, un nuevo manillar Drag Bar, estrecho, plano y más agresivo, y una pintura personalizada en el depósito de combustible y el guardabarros trasero. Incorpora además asiento de piel Brawler®,la combinación velocímetro/tacómetro y una buena dosis de carácter inyectada por las fundas de escape Screamin’ Eagle® y la tapa del filtro del aire personalizada.

La Dark Edition, en su caso, combina una estética muy personal con una ergonomía igualmente especial. Esta viene determinada por el nuevo manillar plano, los estribos avanzados y la suspensión rebajada, que proporciona una posición de conducción todavía más baja. El cuerpo queda realmente avanzado, y, a su manera, proporciona al conductor nuevas sensaciones. Y es que de la tradicional posición custom de la Sportster 883 Iron, se pasa a otra más agresiva y dinámica, aunque también algo menos cómoda pensando en recorridos medios y largos. A estos cambios se suman los retrovisores localizados por debajo del manillar, la tapa del filtro de aire personalizada, y la incorporación de un asiento para el pasajero. Este es estrecho y no muy cómodo, pero siempre válido para ocasionales trayectos urbanos.

Su asiento todavía más bajo que el del modelo básico hace de la Dark Edition una moto de centro de gravedad muy bajo, por lo que desenvolverte por ciudad y entre el tráfico es todavía más fácil. Además sus espejos no te molestan, y su manillar nada ancho tampoco. De este modo podríamos pensar que es ideal para chicos y chicas de estatura reducida, aunque en realidad esto habría que matizarlo. Esta contradicción viene dada por la distancia del asiento al manillar, bastante considerable, y en consecuencia poco adecuada para personas de envergadura reducida. Sea como fuere es agradable para la mayoría, y sin duda tremendamente atractiva en cualquier circunstancia.

Su «pequeño» motor, el menor de todos los fabricados por Harley-Davidson, sale con suficiente energía desde parado, y sin proporcionar un torbellino de sensaciones, empuja más que suficiente en ambientes urbanos y de extrarradio. Entorno en el que también sobresale por su bajo consumo (5,1 litros cada 100 km de media en nuestra prueba). Al subirlo de vueltas aumentan proporcionalmente sus consustanciales vibraciones, que no son óbice para disfrutarla plenamente incluso rodando rápido. Igual que su ruidosa pero precisa caja de cambios, que acompaña cada subida y bajada de marcha con excitante y característico chasquido de los piñones. Por su parte, las suspensiones «secas» son llevaderas en ciudad, salvo que ruedes con prisas, en cuyo caso su limitada capacidad de absorción se deja sentir en el confort. En carretera abierta y autopista ocurre un poco lo mismo, y cuando el asfalto está resquebrajado hay que rodar con precaución para no llevarte un «viaje» inesperado en las lumbares. Respecto a la frenada, destacar que es muy potente detrás y no tanto delante. Por tanto lo ideal es complementar ambos trenes para detenerse con rapidez en las circunstancias habituales. También sería de agradecer un poquito más de sensibilidad en la bomba trasera.

Mirando más allá, la 883 Iron Dark Edition es una moto obviamente con ciertas limitaciones, pero que, sin embargo, también transmite excelentes sensaciones. La comentada posición de conducción y la ausencia de protección aerodinámica la condicionan, y más allá de 120 km/h reflejados en su pequeño velocímetro son demasiados para mantenerlos a partir de ciertas distancias. No es menos cierto, igualmente, que si es necesario es más que capaz de sobrepasar los 150 km/h con relativa soltura, y también que acariciar su acelerador y sentir el ronroneo de su propulsor a baja velocidad es toda una experiencia.

Su chasis de acero, sobradamente conocido, dispone de unas cotas de lo menos agresivas, y sus cualidades dinámicas no ansían ir más allá de un agradable paseo, de acuerdo a su filosofía y aspecto. En autopista es estable, agradable y predecible, incluso rodando a las velocidades anteriormente comentadas. En carretera virada, caso de animarte en demasía, el roce de los avisadores de los estribos contra el asfalto te recuerdan, realmente pronto, su espíritu sosegado.

En cuanto al precio, esta Dark Edition supera ostensiblemente a la 883 Iron, al estar disponible por 10.750 euros, frente a los 9.000 de la versión estándar. Y es que además de sus diferentes componentes, que ya de por sí supondrían un extra en la versión básica, cuenta con el «extra» de la exclusividad, que lógicamente tiene un coste.