Harley-Davidson Sportster Iron 883

Auténtica. Más auténtica no la hay. En el mundo custom hay dos categorías previas, las que son H-D y las que no lo son...

Guillermo Artola. Fotos: Jaimde de Diego

Harley-Davidson Sportster Iron 883
Harley-Davidson Sportster Iron 883

La Iron es una Sportster de toda la vida, y fíjate que no pongo entre comillas lo de toda la vida, porque lleva décadas dando guerra, y las que le quedan.

La receta es sencilla y triunfa tanto por ser la puerta de entrada para novatos y para mujeres a la gama de Milwaukee, como porque funciona más que aceptablemente y tiene un precio contenido para ser una Harley.

La sensación sobre ella no es de moto moderna, aunque ha mejorado tanto en reacciones de bastidor como en funcionamiento del motor. Las suspensiones son un tanto secas, sobre todo la trasera y los frenos «tienen en cuenta que no vas a correr demasiado».

Seguramente, lo más discutible es la rumorosidad mecánica, que llega a tus oídos incluso en marcha, y una posición de conducción un tanto extraña (sobre todo por el manillar estrecho y la sensación de ir muy alto, aunque ambas cuestiones suelen estar en la lista de transformaciones post-venta de casi todos sus compradores).

Como virtudes principales mencionaría el carácter (la originalidad custom) y el precio de partida.