Yamaha XVS 950 A Midnight Star

Prueba a fondo de la Midnight Star 950, la renovada custom de Yamaha. Has visto muchas películas en las que un policía avisa de una situación mediante una clave numérica. No hay un secuestro, hay un «diez catorce», no hay un agente herido, hay un «cuatro doce». Esto no es una película, ni tenemos una situación de emergencia. Lo que tenemos es un «dos ocho».

Guillermo Artola / Fotos: Jaime de Diego / Estudio: Paloma Soria

Yamaha XVS 950 A Midnight Star
Yamaha XVS 950 A Midnight Star

Luego sabremos el porqué de esta entradilla. Vamos a empezar por contar cómo es la Estrella de Medianoche que Yamaha pone a nuestra disposición y cómo se porta cuando estamos a sus mandos. En Las Claves y en los recuadros de prestaciones, peso, medidas, banco y ficha técnica tienes toda la información que necesitas para hacerte una idea, pero pasa como con una receta de cocina. Puedes saber los ingredientes, pero seguramente no te harás una composición mental clara de cómo va a saber el plato una vez cocinado.

Easy Riding

Ya, ya sé que la película era «Easy Rider», pero este ladillo hace referencia a lo fácil que resulta conducir la Midnight Star. Te subes a su asiento (en realidad «te bajas», porque una vez pasas la pierna te agachas para sentarte a 675 mm del suelo) y entre el manillar ancho y cercano y las piernas convenientemente flexionadas, el control sobre un monstruo de casi 280 kg es perfecto. No hay que ser Hulk Hogan para poder con ella, y eso se agradece.

Los mandos tienen un tacto agradable, la posición es descansada y la calidad Yamaha se nota antes de poner en marcha el motor. Entonces giras la llave de contacto y un pellizco en el botón de arranque vale para que el propulsor empiece a girar redondo… como la custom japonesa que es. Aprietas la maneta de embrague, suave aunque el mando sea por cable, y pisas la parte delantera de la palanca para insertar la primera marcha. En adelante, si llevas botas de motorista, será más cómodo pisar la parte trasera para subir marchas que intentar hacerlo con la puntera como es habitual, porque el espacio entre palanca y plataforma es reducido y así resulta más sencillo. El civilizado ruido del escape y la ausencia de vibraciones son muy cómodos para ti y para el entorno, y predisponen a una conducción relajada. Nada molesta, nada asusta, todo es placidez. «Easy riding».

Llegarán las curvas, y si mantienes un ritmo custom, tranquilo y sin aspavientos, las sensaciones serán las mismas. La «Midnait» se deja llevar de lado a lado sin esfuerzo, y podrías pasarte años montado en ella sin cansarte. Una combinación de motor muy elástico, a pesar de que su potencia máxima es reducida y su par motor no asombra a nadie (eso sí, la banda útil supera las 3.000 rpm), un embrague progresivo, una caja de cambio bien escalonada y una correa de transmisión final perfecta logra una sensación de placidez tal vez un poco burguesa, pero muy agradable. Quizás el clima lo consiga con días desapacibles y lluviosos, pero nunca dejarás de coger tu XVS 950 A porque no te apetezca conducirla. ¡Ah!, también hay que parar alguna vez, y los dos discos se muestran contundentes y más que suficientes. La pinza flotante de dos pistones que muerde el disco delantero seguramente desfallecería en una deportiva, pero en este trabajo es solvente.

Carbonillas abstnerse

Lo único que no debes esperar de tu nueva moto es predisposición para rodar rápido de verdad. Si te empeñas en tomar curvas a alta velocidad vas a rozar con las plataformas antes de lo que parece recomendable, y además de que el sonido producido es desagradable, estarás metiéndote en jardines poco aconsejables. Ninguna moto de estas características se distingue por su espacio libre al suelo, y la Midnight no es una excepción. Diría que en próximas ediciones, cuando la centralita de encendido gane en capacidad y en canales, habría que instalar un sistema que avise al cerebro de la moto de que estás inclinando más de la cuenta para que recorte la entrega de potencia. Sería algo como…

-«Aquí el sensor de la plataforma derecha llamando a central, tenemos un “dos ocho”».

Un «dos ocho», en el lenguaje de las centralitas y sus sensores, es un quemadillo que se cree Valentino Rossi incluso cuando va sobre una custom.

-«Sensor de plataforma derecha siga en su puesto, ya estamos atrasando el encendido y cortando la inyección, todo bajo control».

Esto llegará pero, mientras tanto, estúdiate a ti mismo antes de elegir, y si eres un buen futuro customer, prepara 9.499 € y disponte a disfrutar. Hay una Estrella de Medianoche en el horizonte esperándote.