Vintage, retro, neoclásico… Las tendencias inspiradas en el pasado están ocupando un lugar destacado en el ámbito de la moto. Ante esta situación, si hay alguna marca que puede recordar días gloriosos de sus modelos más emblemáticos, esa es Kawasaki. Su primera Z900 nació en los años 70 y, con ella, el espíritu “verde” de motos con rabioso carácter, exitosas en competición pero también en las tiendas de países “normales”, donde el proteccionismo no coartaba la llegada de nuevas creaciones por aquél entonces.
España, por desgracia, no fue uno de ellos, pero al menos sí hemos podido recibir la visita de alguna que otra protagonista a través de la entrada de manos de residentes extranjeros o importaciones paralelas. Hoy día el mercado no sufre cortapisas y, a pesar de los años de atraso sufridos, o tal vez por ello, se nos cae la baba contemplando aquella primera Z900 hoy, en pleno siglo XXI. Su presencia acompañando en la “puesta de largo” de la nueva Kawasaki Z900RS no ha sido meramente testimonial, sino que también ha rodado con nosotros durante parte del recorrido de la presentación que Kawasaki ha organizado en Barcelona para la prensa mundial.
KAWASAKI Z900RS, MIL Y UN DETALLES
Si eres uno de esos amantes de lo retro y las motos, ya habrás puesto el ojo en esta Z900RS… como también lo habrás hecho en la versión Cafe, aunque en este caso en concreto sí que ha sido meramente testimonial su presencia, ya que la “verdiblanca” se encontraba entre nosotros, sí, pero sin capacidad alguna para salir del hotel en marcha a sus mandos; era una versión preserie que carecía de muchos elementos vitales para su funcionamiento, no solo la batería precisamente. Ahora bien, solo verla ya produce un escalofrío que te recorre cada músculo de tu cuerpo.
Con otros colores pero idéntico efecto, la Z900RS es el resultado de dos elementos básicos: la puesta en escena de la Z900 hace sólo un año y, cómo no, la referencia de su carácter, la primera Z900 de la que ha retomado mucho más que su inspiración. Las líneas de la instrumentación original y de esta RS son calcadas, con curvas que unen ambas esferas, ¡analógicas, por supuesto!, aunque se ha aprovechado el espacio central para la incorporación de un display digital con todo tipo de información, donde no falta la temperatura ambiente, dos parciales, temperatura del líquido refrigerante y nivel de gasolina, entre los habituales como el reloj horario y chivatos varios. También se incluye el nivel de intrusión del control de tracción, con tres posiciones incluida la desconexión.
La instrumentación recuerda, en su estructura inicial, a la de la primera Z900
Por otra parte, la continuación de las líneas que van desde el depósito al colín son casi, casi un fiel calco de la Z900 “setentera”. De hecho, para conseguir un aspecto más fiel al original, el chasis ha recibido modificaciones importantes para obtener una “cintura” más estrecha, especialmente en la zona del depósito cuya capacidad, además, se ha visto modificada por la situación de la caja del filtro y la admisión vertical. La prolongación en su zona más cercana al piloto, hacia abajo, celosamente cubierta por las tapas laterales donde figura el apellido de esta Kawa, consigue que la autonomía no se vea afectada de manera alarmante. Como este detalle, hay otros muchos más relacionados con el tubo de escape, de agradable sonido y única salida por el costado derecho, en el que también ha participado de su belleza el recorrido de los colectores o el propio diseño de la admisión, con un ruido final electrizante que invita a montar en moto y detenerte lo menos posible… Los logos del depósito y tapas laterales son en relieve, ofreciendo una sensación de profundidad que también recupera de la primigenia Z900.
KAWASAKI Z900, CLÁSICA PERO MUY ACTUAL
Queda claro y manifiesto el corte vintage de la nueva Z900RS, pero lo que todavía se plasma con mayor arraigo es su tacto de conducción una vez nos ponemos en marcha. Sí, de acuerdo, es como si te hubieras bajado de la Z900 y te subieras, otra vez, a la misma moto… pero no es del todo así. Hay detalles en los que difiere de su hermana. Una vez ruedas con ella y juegas con el cambio para aprovechar su fino y poderoso motor, compruebas que hay más ganas por acelerar en bajos y medios, mientras que arriba se ha perdido un pelo de su pegada.
La Z900RS viene preparada para responder de forme inmediata en bajos y medios
En realidad, esto no es nada que les resulte ajeno a los ingenieros encargados de evolucionar esta moto, ya que es justo lo que han buscado en la Z900 2017 para dar vida a la nueva RS. ¿Son iguales en cuanto a comportamiento? Dejémoslo simplemente en “parecidas”. La raíz, lo esencial, es similar, pero el carácter es decididamente más contundente en la zona baja y media del cuentavueltas. Por cierto, que el indicador de la instrumentación también calca la escala, tipografía y posición de las agujas analógicas tanto del indicador del régimen del motor como del velocímetro de la primera Z900. En mi caso, apenas era un niño cuando esta moto vio la luz, eso sí, fuera de España, por lo que me evoca recuerdos algo más cercanos en el tiempo, en concreto la Zephyr 750 que disfrutamos a medias entre mi padre, mi hermano y yo allá por los años 90. Los números, el fondo de la escala, las dos esferas inclinadas hacia el piloto y la llave de contacto justo en el centro de la zona inferior, son inconfundibles para mí… como lo serán para muchos otros usuarios de Kawasaki que hayan crecido junto con la marca verde durante los últimos 50 años.
KAWASAKI Z900, ERGONOMÍA RETRO
A los mandos, destacan dos detalles que me han llamado la atención: el primero es su asiento a doble altura, con una ligera diferencia entre el plano del piloto y del pasajero, aunque el del primero se sitúa algo elevado con respecto al suelo. La solución es sencilla y te la ofrece Kawasaki entre su listado de opciones: montas la opción de asiento bajo y asunto resuelto.
El segundo punto que domina a los mandos es la posición de las manos sobre los puños de su manillar. Este pretende copiar al original, si bien era bastante más alto y ancho que el de la nueva RS. Sin embargo, las formas abiertas y altas consiguen aquella sensación de estar sentado en el sofá de casa. No fuerzas ninguna parte del cuerpo. Las manos caen relajadas sobre los puños, los pies encuentran los estribos con facilidad, sin doblar demasiado las rodillas y el generoso mullido del asiento, aunque alto como te digo, consigue que los kilómetros a sus mandos pasen como si nada especial tuvieras que hacer para pilotarla. Solo los usuarios más cortos de talla tendrán que echar mano del asiento bajo, y siempre que su conducción se desarrolle en ámbitos urbanos, donde parar, arrancar o maniobrar a baja velocidad es una constante. Aquí, por cierto, destaca también lo agradable que resulta girar en un palmo de terreno. No necesita apenas espacio para conseguirlo. Agradable y sencillo.
Ninguna parte del cuerpo queda forzada a sus mandos
Las suspensiones son sencillas pero de tacto bastante neutro. Respecto a la Z900, la RS ofrece en el frontal ajustes en muelle e hidráulico en compresión, otorgando además ese aspecto tan sólido que arroja una horquilla invertida con, atención, pinzas de anclaje radial provenientes de la Z1000. Interesante “upgrade”, ¿no crees?
KAWASAKI Z900RS, SENSACIÓN DE LIBERTAD
Con una posición relajada pero un motor que responde a la más leve insinuación de giro del puño derecho, la sensación de libertad se acrecienta a cada kilómetro que pasas a sus mandos. El cambio queda muy cerrado entre las cinco primeras relaciones, lo que al final te lleva a rodar en tercera o cuarta marcha a poca velocidad sorteando coches en las angostas calles de nuestra ciudad. De rotonda en rotonda, apenas subirás o bajarás una marcha para continuar tu camino de la manera más sencilla y dulce posible. Tal vez cada apertura y cierre de gas se vea obsequiada con una pequeña sacudida a la transmisión final, pero sin duda esto, como tantas otras cosas, forma parte de su idiosincrasia. Ella es así, de carácter muy firme y directo, sólida pero agradable manteniendo el gas en aperturas constantes; ahora bien, si lo que quieres es algo más, prepárate porque ella no lo rechaza en absoluto. Bien es cierto que donde más y mejor se mueve es en la zona baja y media del cuentavueltas, rodando con soltura y aceleración severa entre segunda y cuarta, pero si decides apretar el motor hasta arriba, prepárate porque tendrás que agarrarte a su generoso manillar para ir digiriendo curva tras curva.
El cambio es muy cerrado entre las cinco primeras relaciones. ¡Excelente aceleración!
Aquí lo que pretende es no complicarnos los esquemas, o dicho de otro modo, siempre que llegues al punto de trazada idóneo con los deberes hechos, obtendrás su mejor versión. No le gusta corregir y aunque resulta relativamente fácil hacerlo con “contradirección”, en realidad no lo recibe de buen agrado. Las suspensiones comienzan a quejarse y recuperar la línea será posible, sí, pero no sin esfuerzo y desplegando ciertos recursos del piloto a modo de improvisación.
KAWASAKI Z 900, TÚ Y ALGUIEN MÁS
Todo ello no hace más que confirmar el hecho de que se trata de una moto magnífica para pasear, más que la Z900 donde una conducción deportiva es recibida de mayor agrado… pero no tanto un pasajero. Aquí la RS gana por goleada a su hermana “futurista”, con un asiento que arroja más espacio para el acompañante y unos estribos situados a una altura razonable. Lástima que la vieja varilla a modo de parrilla trasera que montaba la primera Z900, no haya recibido réplica en la RS del siglo XXI. Claro, le restaría parte del “morbo deportivo” del que hace gala esta Z900RS, pero hubiera ganado un toque clásico muy acertado para los verdaderos amantes de lo retro y, de paso, también para el afortunado pasajero…
Para disfrutar de un paseo con pasajero, la RS vence por goleada a la Z900
El precio de la RS todavía no es defnitivo, pero no se desviará demasiado de los 12.790 euros, mientras que la Cafese situará claramente por encima de dicha cifra. En cuanto a disponibilidad, estará en las tiendas a mediados del mes de diciembre en el caso de la RS; para ver la Cafe en el concesionario tendrás que esperar hasta el próximo mes de marzo. Aunque sea “sólo” a la vista, no te defraudará ninguna de las dos, sobre todo si gastas barba, gafas de sol grandes, camisas de felpa y te sientes atraído por lo retro y las motos “upgraded”. Afortunado.
Lo mejor:
-
Mezcla de estética retro con componentes actuales
-
Tacto de motor inmediato y ergonomía
Mejorable:
-
Salto entre quinta y sexta
-
Precio algo elevado