Royal Enfield Bear 650, una scrambler sesentera

La Bear 650 se incorpora a la gama bicilíndrica de Royal Enfield con una propuesta que, partiendo de la conocida Interceptor, enfatiza su lado más “revoltoso” pero sin perder su estética sesentera.

Texto: Marcos Abelenda. Fotos: Royal Enfield (Félix Romero).

https://youtu.be/2oQiu1WUOPg

Lo cierto es que el término anglosajón “scramble” tiene acepciones tan variadas como revuelto, mezcla, avanzar reptando o desbandada. Y lo bueno, para el ámbito motociclista que aquí nos ocupa, es que todas ellas, unidas siempre a una perspectiva clásica, sirven para definir las motos de tipo de “scrambler”.

Estas motos hicieron su aparición hacia mediados del siglo pasado, y se pueden considerar como el eslabón perdido en la línea evolutiva entre las motos de carretera y las motos off road. Si bien surgieron en diferentes puntos del planeta, está claro que donde más proliferaron y camparon a sus anchas fueron en las áridas tierras del sur de California.

Tonto el último

Allí, durante la primera mitad del siglo XX, se celebró la Big Bear Run, una prueba que, según la leyenda, surgió entre unos pocos aficionados a las motos que cierto día se retaron a ver quién era capaz de llegar, lo más rápido posible, desde Los Ángeles al Lago Big Bear, situado en el desierto de Mojave. Se dieron cuenta que en cierta parte del trayecto era mejor abandonar la carretera y atajar por el desierto, gustando tanto el concepto que en ediciones posteriores se convertiría en una prueba “campo a través”.

La Big Bear Run, y muchas otras pruebas de este estilo, fueron tremendamente populares en su época, llegando a congregar a centenares de participantes que adaptaban sus motos de carretera para ser capaces de afrontar trayectos off road como buenamente podían, con cambios en las suspensiones, el puesto de mandos, los neumáticos y la posición de los escapes.

Royal Enfield Bear 650 Two Four Nine
Royal Enfield Bear 650 Two Four Nine

Esto es en esencia el concepto “scrambler”, que también hacía honor a su acepción de “desbandada”, por esas salidas multitudinarias, con los participantes en línea, que poco después se convertirían en seña de identidad de otras modalidades como el motocross.

El caso es que en 1960 se celebró la última edición de la Big Bear, que fue ganada por un joven de tan solo 16 años, Eddie Mulder, y a los mandos de una motocicleta de Royal Enfield. La marca india rescata ahora ese vínculo con el pasado para ampliar su gama de mayor cilindrada con el lanzamiento de la Bear 650, un modelo que en cierta medida se puede considerar como una nueva variante de la ya conocida Interceptor.

Oso interceptado

Porque, efectivamente, la Interceptor, junto a la Continental GT, fueron los dos modelos que en 2019 estrenaron el nuevo motor 650 bicilíndrico en línea de Royal Enfield. La estructura mantenía un esquema clásico en la marca india, como la continuidad de la refrigeración por aire y la distribución monoárbol, pero adoptaba interesantes toques contemporáneos como el cigüeñal calado a 270º, la culata multiválvulas, el eje de equilibrado y el radiador de aceite para suplementar el control térmico del motor.

Sobre esta base, Royal Enfield ha buscado mantener la línea clásica de la Interceptor pero acentuando su estilo “scrambler” para crear la Bear 650. Es por ello por lo que se ha optado por un sistema de escape 2 en 1, aunque con los colectores y el silenciador saliendo por debajo del motor.

Royal Enfield Bear 650 Two Four Nine
Royal Enfield Bear 650 Two Four Nine

Esta modificación, junto con un desarrollo final más corto (corona con tres dientes más) y un mapa de motor reajustado, son realmente las únicas variaciones mecánicas, y que, según la marca, consiguen un aumento del par motor de un 8 %, hasta los 56,5 Nm; aunque se mantiene la cifra de potencia máxima, con 34,9 kW (47,4 CV) declarados, por lo que queda dentro del segmento de modelos válidos para usuarios con carnet A2.

Estirón

En el apartado ciclo, se ha seguido una estrategia similar de intervenciones concisas sobre la base de la Interceptor, empezando, cómo no, por la instalación de unas llantas de radios de 19 pulgadas, delante, y de 17, detrás; y con sus respectivos neumáticos “de tacos”, en este caso unos MRF de procedencia india, y dotados de las tradicionales cámaras de aire pues las llantas no están preparadas para neumáticos “tubeless”.

El chasis mantiene su estructura de doble cuna fabricada en acero, pero adopta pequeños cambios en la pipa de la dirección y otros puntos que se han reforzado. Así mismo, se ha elevado el extremo del subchasis para permitir la ampliación del recorrido de la suspensión, que crece hasta los 115 mm en la rueda trasera y hasta los 130 mm, en la delantera.

Royal Enfield Bear 650 Petrol Green
Royal Enfield Bear 650 Petrol Green

En buena lógica, se han tenido que actualizar las suspensiones, firmadas por Showa, con una pareja de amortiguadores y una horquilla invertida con barras de 43 mm, frente a la horquilla convencional de la Interceptor. Con todo ello, también se incrementa la distancia libre al suelo en 11 mm, hasta los 184 mm.

Atuendo sesentero

En primera persona, la Bear destaca indudablemente por su cuidada imagen, algo que se ha asentado ya como una seña de identidad de las Royal Enfield de los últimos tiempos, pues son motos con genuina estética de moto clásica, como se aprecia en el acabado de lo cromados, el diseño de las piñas y demás elementos.

Contemplar estas motos es como realizar un viajar al pasado y retroceder cincuenta años, aunque con la fiabilidad, el confort y la practicidad de la era contemporánea, disfrutables en las manetas ajustables, la iluminación LED y el moderno cuadro de instrumentos con pantalla TFT circular y sistema de conectividad.

El saber hacer de la firma “indobritánica” para combinar clasicismo con practicidad se aprecia también en la nueva Bear, con una apariencia auténticamente “scrambler”, pero más por la imagen que por sus características dinámicas. Vamos, que no es un lobo con piel de cordero, sino un cordero con piel de oso.

Royal Enfield Bear 650
Royal Enfield Bear 650

Practicidad

A sus mandos, nos encontramos un manillar que, pese la presencia de la barra central, en verdad se muestra bastante plano, adelantado y curvado. Las estriberas están un poco más bajas y adelantadas que las de la Interceptor, pero tampoco nos parece una variación exagerada y está claro que no están pensadas para conducir en pie. El asiento es de doble altura, pero corrido, con funda de excelente tacto, mullido muy confortable y bastante estrecho en la parte delantera.

En general, la Bear propone un puesto de conducción de lo más cómodo y práctico pero es cierto que se aleja de los cánones de una “scrambler”… Algo que, en sí mismo, no tiene por qué ser malo, pues también implica ciertos beneficios, como una altura de asiento de 830 mm, 25 más que la Interceptor, pero relativamente baja para su estilo de moto.

Ocurre lo mismo con el escape, cuya posición inferior no es la natural en una “scrambler”, pero con ello también se elimina la problemática de transmisión de calor a las piernas y también la posible instalación de maletas, que la marca propone en su catálogo de accesorios oficiales junto a otros elementos de protección y embellecedores.

Royal Enfield Bear 650 Petrol Green
Royal Enfield Bear 650 Petrol Green

En verdad, era justo el objetivo de la Royal Enfield, al comprobar el considerable número de propietarios de la Interceptor que la customizaban para darle un aspecto más “todo terreno”, justo lo que ofrece la Bear ya de partida y por un precio bastante aquilatado: que parte de los 7.387 € del color “petrol green”, a los que se añaden cien euros más para el “golden shadow” y dos cientos para la “two forur nine” que simula la decoración de la moto con la que Eddie Mulder ganó la Big Bear Run en 1960.

Desierto urbano

De igual manera, en marcha no se percibe esa marcada estatura de las motos camperas y se aprecia un centro de gravedad realmente bajo, más propio de una clásica, lo cual permite un manejo natural, predecible y satisfactorio en todo tipo de situaciones. Los usuarios noveles en el manejo de motos de media cilindrada encontrarán un conjunto accesible y confiable al maniobrar a baja velocidad y desenvolverse en entornos urbanos, incluso mejor de lo que se podría pensar por su masa de 214 kilos.

Por otro lado, la rueda delantera de 19 pulgadas y la mayor robustez de la horquilla invertida se traducen en una menor agilidad en curva, a cambio de un plus de aplomo en vías rápidas y también sobre firmes de imperfecto estado.

Royal Enfield Bear 650
Royal Enfield Bear 650

Aprobada en suspensión

En este sentido, las suspensiones Showa suponen un gran punto a favor Bear 650 frente a la competencia, gracias a unos tarados acertados para la finalidad de esta moto -firmeza intermedia-, pero con control hidráulico de calidad, apreciable no solo en la horquilla sino también en la pareja de amortiguadores, que se muestran más progresivos de lo habitual en modelos “clásicos”.

El equipo de frenos mantiene el material Bybre de sus hermanas de gama, con un disco uno trasero de 270 mm, más grande que en la Interceptor. Además, el sistema de ABS Bosch permite desconectar la actuación en el eje trasero, operación que se realiza desde un botón independiente en la piña derecha del manillar. Delante, se mantiene el solitario disco de 320 mm, que en la práctica se queda un pelín justo de potencia cuando practicamos una conducción algo alegre.

Nada que objetar, en el caso de los neumáticos MRF “réplica escorpión”, que se desenvuelven francamente bien en carreteras de todo tipo, que es para lo que están pensados, y no para salir del asfalto.

Royal Enfield Bear 650
Royal Enfield Bear 650

Oso amoroso

La respuesta del motor es otro de los puntos fuertes de la nueva Bear, volviendo a quedar claro el excelente trabajo que hizo Royal Enfield con su bicilíndrico de 650, de apariencia clásica pero de confección moderna y, sobre todo, bien realizada. El “b-twin” se ve redondo por fuera y también funciona redondo por dentro, con un pulso paulatino pero constante y muy agradable.

La sensación de par motor es generosa desde bien abajo y hasta la gama media de revoluciones, que es como más a gusto se encuentra y cuando mejor se disfruta esta mecánica. Arriba, la Bear no rechaza el ser aprovechado hasta sus últimas revoluciones, aunque con una llegada de la caballería más plana y, eso sí, una elogiable asuencia de vibraciones.

Royal Enfield Bear 650 Golden Shadow
Royal Enfield Bear 650 Golden Shadow

Igual de sorprendente y meritorio, nos parece el excelente funcionamiento del embrague, blando en la maneta y preciso en la modulación; como también la caja de cambios, de accionamiento realmente suave para una moto de este estilo y desarrollo bastante acertado, aunque con las dos últimas marchas demasiado largas para la energía del motor.

Está claro que Royal Enfield tiene un buen filón en la mayor de sus plataformas motrices, con un comportamiento eficiente a la par que agradable, y que encaja a la perfección con una moto de filosofía “scrambler urbana” como la Bear

Royal Enfield Bear 650 Golden Shadow

Galería relacionada

Fotos Royal Enfield Bear 650

Archivado en:

Royal Enfield Classic 350, retoques para una moto de rancio abolengo

Relacionado

Royal Enfield Classic 350, retoques para una moto de rancio abolengo

B Govindarajan, CEO de Royal Enfield, en la nueva fábrica de Tailandia

Relacionado

Royal Enfield inaugura una nueva fábrica en Tailandia

Royal Enfield presenta Flying Flea, su nueva gama eléctrica

Relacionado

Flying Flea, la nueva marca eléctrica de Royal Enfield, llega con los modelos C6 y S6

RoyalEnfield Classic650 accion (4)

Relacionado

Royal Enfield Classic 650, estilo tradicional y funcionalidad moderna