Royal Enfield Classic 500 2017, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Disfrutar hoy en día de una auténtica clásica es posible gracias a Royal Enfield. Su Classic 500 te transporta al pasado, pero se ha adaptado a la Euro4 y es perfectamente utilizable.

Víctor Gancedo. Fotos: Jaime de Diego

Royal Enfield Classic 500 2017, prueba, ficha técnica y primeras impresiones
Royal Enfield Classic 500 2017, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Con más de 125 años de historia, la firma india perdura en el tiempo con modelos muy tradicionales. La Classic 500 es la muestra de esa fidelidad a las motos puras, enseñándonos cómo eran las motos antes y cómo funcionaban. La mayor parte de sus características son muy tradicionales, coincidiendo con las de las Royal Enfield de hace muchos años. Sin embargo, esto no quiere decir que no sean motos perfectamente utilizables hoy en día. Entendiéndolas tal y como son, son agradables y fáciles de utilizar y, sin prisas y a su ritmo, te llevan hasta donde te propongas con dignidad, incluso por vías rápidas.

La Classic 500 demuestra la fidelidad de Royal Enfield a las motos puras.

La llegada de la Euro4 ha supuesto la desaparición de muchos modelos, pero en Royal Enfield han sabido introducir las mejoras necesarias en sus motos para adaptarlas a la nueva normativa. La Classic 500 incorpora modificaciones en los sistemas de gestión del motor y de escape, además de un freno trasero de disco, imprescindible para incluir el obligatorio ABS. También ha recibido retoques en su motor para que funcione de manera más agradable y monta unos neumáticos Avon RoadRider, más modernos que los que calzaba su antecesora y que mejoran el comportamiento.

Sin complicaciones

La Classic 500 destaca por su sencillez. Tiene todo lo necesario para ser una moto, pero al mismo tiempo carece de complicaciones. Su monocilíndrico se ha modernizado en algunos aspectos, pero mantiene unas características muy clásicas. Los 90 mm de carrera de su pistón, el árbol de levas en el cárter (con varillas y balancines) y la culata con solo dos válvulas, dan una idea de la veteranía de su diseño. Por otro lado, necesita dos tipos de aceite para su correcta lubricación: uno para el grupo termodinámico, y otro para el cambio y embrague.  

Para arrancarlo podemos escoger entre pulsar el botón o actuar sobre la palanca. Mejor lo primero, aunque hacerlo con lo segundo tampoco supone un gran esfuerzo. Una vez que el monocilíndrico comienza a girar por sí mismo, enseguida te percatas de su carácter sosegado, pudiendo percibir sus pistonadas y la tranquilidad con la que sube de vueltas. Las vibraciones también son algo que va en el paquete y que están presentes en todo momento, acrecentándose a medida que aumenta el régimen de giro. Sin embargo, tanto el embrague, como el cambio, se accionan con suavidad.

Para ponerla en marcha, podemos elegir entre pulsar el botón o actuar sobre la palanca de arranque.

Una vez que echamos a andar, sorprende la respuesta inicial desde el régimen de ralentí. Luego el motor se vuelve «plano», empujando sin prisa, pero al mismo tiempo sin pausa. Para lograr la mejor aceleración, lo mejor es subir marchas con cierta rapidez, sin buscar regímenes máximos. Esto se traduce en no mucho más de 4.000 rpm de acuerdo a lo que ha arrojado el banco de potencia, pues esta Classic no incluye tacómetro.

Rendimiento discreto

Con 24 CV verificados, un desarrollo máximo de 127 km/h y una velocidad máxima de 124 km/h llaneando, se puede circular por vías rápidas sin estorbar al resto del tráfico. De todos modos, si es cierto que en subidas prolongadas, a veces no se logra mantener los 120 km/h que tenemos por límite por estos lares.

Con 24 CV verificados, la Classic 500 es capaz de superar los 120 km/h.

Aunque pesa 203 kg verificados con gasolina, es una moto estrecha y no especialmente alta. De este modo no es difícil manejarse con ella en parado y situarse a sus mandos no resulta complicado. Luego todo se encuentra en su sitio y el accionamiento de los mandos es correcto. Se puede decir que es una moto como las de toda la vida, con la mecánica a la vista y sin apenas protección para su piloto.

Una vez en acción, entre curvas puedes cambiarla de una lado a otro con cierta a alegría. Las suspensiones no son la panacea, pero digamos que cumplen y hacen que los paseos a los mandos de esta moto india discurran de forma placentera, siempre que no practiquemos una conducción agresiva. La frenada, confiada ahora en un disco delantero y otro trasero con ABS, cumple con su cometido, aunque siempre es bueno hacer uso de los dos elementos al mismo tiempo para asegurar.

Conclusión

Una vez que entiendes a esta Classic y que te compenetras con ella, es cuando llegas a disfrutar con ella. Paseando a sus mandos, las cosas suceden más despacio y te transportan en parte al pasado. En parado se maneja sin problemas y una vez en marcha se conduce con mucha facilidad, con un grado de confort sin lujos, pero aceptable. Luego es verdad que algunos de sus acabados son de otra época, pero esto también puede ser uno de los atractivos de esta clásica de siempre que con el paso de los años se ha ido adaptando a la vida moderna. Al desembolsar los 4.850 euros que vale, además de comprar una moto, también se adquiere una buena parte de la historia del motociclismo.

Lo mejor:
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    Estampa clásica muy lograda

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    Sencillez

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    Precio contenido

Mejorable:
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    Vibraciones a altas revoluciones

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    Instrumentación muy básica