Todo el mundo está familiarizado con el concepto de scooter, pero no tiene muy claro qué ventajas puede aportar a la conducción un modelo que calza llantas de 16 pulgadas, frente a las más comunes de 12 o 14. Para hacerlo de forma muy gráfica hay que irse a los extremos. Imaginemos las Vespa de hace más de 10 años, cuyas ruedas eran de 10 pulgadas. Muy ágiles para ciudad, pero también demasiado nerviosas cuando circulamos a cierta velocidad. No hay más que entrar en una calle adoquinada con un scooter de rueda pequeña o coger un bache de los que esquivamos todos los días, para que te queden claros los inconvenientes de la rueda pequeña.
En el otro extremo pondríamos los scooter de llantas más grandes. Menos manejables en la corta distancia debido al mayor efecto giroscópico o inercia que producen sus ruedas al girar, defecto que se convierte en virtud en forma de mayor estabilidad y aplomo cuando circulamos más alegres. Si entráramos en la misma calle empedrada o salváramos el mismo bache con un scooter de ruedas de mayor diámetro en seguida caeríamos en la cuenta de que mejora nuestra seguridad.
Habitualmente, los scooter de rueda alta suelen venir equipados también con plataforma plana un detalle de gran importancia que, además de facilitar las maniobras de subir y bajar, permiten cargar las bolsas de la compra o incluso cajas (según lo grande que sea).
Esto compensa en parte el defecto histórico de los scooter de rueda alta que tenían un hueco mínimo bajo el asiento en el que a penas cabía un casco jet. Digo tenían, porque poco a poco las marcas han entendido que en Europa la capacidad de carga «bajo llave» es muy importante y se han estrujado las neuronas para ofrecer cada vez mayor capacidad. Y aquí es donde empieza la historia de este HD2, que ya en sus versiones anteriores (HD y HD Evo) tenían espacio bajo el asiento para un casco integral. Lo que hizo que SYM fuera pionera, porque hasta ese momento esto era prácticamente imposible. Progresivamente, más marcas han seguido su estela y han acabado dejando sitio al «maletero» a costa de reducir o reubicar otros elementos, como el depósito de combustible.
No hay mucho donde elegir en el segmento de scooter 200 (Suzuki Burgman, Peugeot Citystar y pocos más), pero la ventaja de este HD2 es que es el único que monta ruedas de 16 pulgadas. Es compacto, pero suficientemente amplio para albergar a piloto y acompañante sin mayor problema. El espacio en la plataforma para los pies y posibles bolsas es considerable. Los más altos no tendrán ningún problema con la talla. Tampoco los más bajos ni las chicas, porque es estrecho y se llega perfectamente al suelo con los dos pies, lo que da mucha confianza y sensación de control. La posición de conducción es cómoda, muy natural, y el estrecho escudo y el pequeño cupolino ofrecen más protección de la que aparentan.
En marcha, se deja notar que su motor cubica 171 cc. Es decir, que mejora la aceleración y la velocidad punta ligeramente, pero las diferencias con el 125 que toma como base no son grandes. La buena noticia es que gana 10 km/h reales con respecto a su hermano pequeño, llegando a rozar los 120, cifra que permite circular con seguridad por vías rápidas (menos de eso no es recomendable). Sus registros de aceleración dejan bien claro que se mueve mejor en las distancias cortas, al primer golpe de gas. Una vez pasas de los 80 km/h y la aerodinámica empieza a cobrar protagonismo, el corto desarrollo se deja notar y aunque es capaz de mantener los 100 km/h sin problemas (incluso en subidas), le cuesta llegar al límite.
Salir de la ciudad y buscar nuevos horizontes es posible con este SYM HD2 200i, renovado estéticamente en 2010, que se ofrece por menos de 3.400 euros.