Prueba de la SYM Joymax 125i

Económico y de calidad son dos conceptos que difícilmente casan pero que SYM ha puesto en escena con su nuevo GT. El Joymax 125i cuenta con un equipamiento de scooter de gama alta a un precio de derribo.

Jesús Lázaro

Prueba de la SYM Joymax 125i
Prueba de la SYM Joymax 125i

Asistimos a la puesta de largo del Joymax 125i, la joya de la corona de la marca taiwanesa entre los scooter «convalidados». En realidad se trata de la presentación nacional de un modelo que lleva desde el verano en los concesionarios. Sin embargo, mientras ya habíamos probado la versión de 300 cc, todavía no habíamos podido subirnos a un GT que ya está situado en el Top 20 de matriculaciones anuales. Unas cifras que no sorprenden tratándose de SYM. El importador nacional, Motos Bordoy, están realizando un gran trabajo para posicionar la marca taiwanesa como producto de calidad, más que económico. Lo que se traduce en un nivel de ventas que sería impensable hace unos años y es que este año SYM ocupa el sexto puesto en el ranking de marcas, solo por detrás de Honda, Yamaha, Suzuki, Piaggio… y KYMCO. Su «enemigo íntimo» en una batalla que hace tiempo traspasó las fronteras de la pequeña isla de Taiwán.

Europeo taiwanés

Siguiendo los cánones europeos de diseño y dimensiones (los primeros scooter asiáticos solían tener problemas de habitabilidad para tallas occidentales), SYM ha desarrollado este GT para su cilindrada de 300 y 125 cc. A estas alturas de la película no te voy a decir cuál es su modelo estrella… aunque su hermano mayor está teniendo unas ventas más que aceptables. Todos tenemos claro que un scooter de esta cilindrada es eminentemente urbano, pero en su caso el concepto «GT» se aplica al confort en marcha y la capacidad de carga. Dos puntos en los que el Joymax saca matrícula. Bajo su asiento caben dos cascos integrales, además de disponer de guantera en el escudo. En lo que se refiere al confort, su ergonomía está muy conseguida, el asiento cuenta con respaldo lumbar e incluso un pasajero ocasional podrá disfrutar de un buen espacio para sentarse, con el práctico respaldo y estribos independientes. También es bueno el nivel de protección de la pantalla, aunque podría quedar escasa para los más altos, en ciudad el viento no suele suponer un problema.
Nos tocó «ratonear» por las calles de Barcelona y allí se comportó con dignidad. SYM lo ha equipado con llantas de 14 pulgadas delante y 13 detrás, lo que de por sí supone apostar por agilidad y estabilidad a partes iguales. Bajo mi punto de vista, este Joymax destaca más por estable que por ágil, y es que nuestro banco de pruebas fue la zona alta de Barcelona y en su empedrado pudimos comprobar la seguridad que trasmite. Dos discos de 260 y 240 mm se ocupan de que no haya problemas de frenada y basta decirte que el 300 cc equipa los mismos y no tenía ningún problema. Lo único diferente es que en el 125 no existe una versión con ABS opcional, pero sí cuenta con un sistema combinado para accionar ambos frenos con la maneta izquierda.

Equipamiento

El Joymax tiene detalles de scooter de gama alta, con una fila de LED en la parte superior de los faros y luces antiniebla. En la guantera hay una toma de recarga USB y otra toma eléctrica tipo mechero y además cuenta con un ingenioso sistema de calefacción en la parte central del escudo, a través de una rejilla regulable que suelta aire caliente que llega del radiador. Como métodos de antirrobo, dentro del hueco hay un interruptor que desconecta la corriente del vehículo y el bombín donde se introduce la llave se puede cerrar mediante una guillotina, que impide ser forzada.
Si de por sí hablamos de un scooter económico, hasta fin de año el 125 cc tiene una promoción de 600 euros, con lo que se queda en 3.499 euros. Este precio es para la versión alimentada con inyección electrónica, que es la que probamos en Barcelona. La de carburador (en teoría con un motor más «gastón») se comercializa por 3.199 euros.