Prueba del SYM Symphony ST 125 2015

El Symphony es más que un modelo, se ha convertido en toda una saga, puesto que este nuevo ST se une al S y SR existentes. Sin embargo, es totalmente nuevo y pasa a ocupar el puesto de modelo tope de gama.

Pablo Bueno. Fotos: Lluís Llurba. 
Acción: Ildefonso García/ Chechu Lázaro

Prueba del SYM Symphony ST 125 2015
Prueba del SYM Symphony ST 125 2015

  • Ficha técnica del SYM Symphony 125 ST 2015

Las cosas bien hechas bien parecen, reza el refrán. Y no puede venir más al caso con el SYM Symphony ST 125 que te mostramos. Este rueda alta taiwanés es de esos scooter que sabes que va a ir bien incluso antes de ponerlo en marcha y darte una vuelta. SYM ha mejorado en los últimos 5 años en dos aspectos que en Europa son sumamente importantes en el mundo de las dos ruedas: el diseño y la calidad de los acabados.

Pero lo mejor es que su evolución exterior ha ido acompañada por una interior. SYM ha apostado siempre por las mecánicas sencillas y económicas, eso sí, fiables y duraderas. Superada ya la etapa en la que la marca tenía que apellidar a sus modelos Evo, para que el cliente se diera cuenta de que el scooter en cuestión había recibido notables mejoras (hubo un momento en el que la mitad del catálogo SYM era Evo), ahora las evoluciones de sus scooter se notan por fuera y ya no es necesario llamar la atención del usuario con adjetivos o apellidos... Las mejoras saltan a la vista y el cliente las percibe.

Todo nuevo

Si conoces los Symphony S y SR pensarás: «Vale. Plataforma plana, rueda alta y espacio bajo el asiento para un casco integral... ¿Qué aporta de nuevo el ST?». La respuesta es todo. Motor, chasis, carrocería... Todo es nuevo en el modelo que ha nacido para ser el tope de gama de la saga Symphony. Si bien el S es el de diseño más retro y el SR el de aspecto más deportivo, este ST (Sport Tourer) es el mejor pertrechado para luchar contra el scooter rey de la rueda alta, eso sí, con un precio hipercompetitivo, como SYM nos tiene acostumbrados.

Para ofrecer algo nuevo, de última generación, pero económico, la marca taiwanesa se ha estrujado los sesos de lo lindo y ha llegado a la conclusión de que lo mejor era lograr un motor refrigerado por aire y alimentado por carburador y afinarlo al máximo para que luche de tú a tú con lo mejorcito de la categoría en prestaciones y suavidad de funcionamiento. Aun con estos mimbres y gracias a una válvula de retorno de aire en la culata, el Symphony ST consigue cumplir no solo con la exigente normativa anticontaminación Euro3, sino también con la Euro4, con lo que tendremos «sinfonía» para mucho tiempo.

Nuevo ciclo...

Las sorpresas no se quedan solo en el propulsor. Toda la parte ciclo ha sido creada a propósito para este modelo. Este ST es ahora el más largo entre ejes de todos los Symphony. La rigidez del chasis ha mejorado, pero SYM no ha querido que pierda la plataforma plana para los pies, que ya es toda una seña de identidad además de un argumento de venta para todo scooter urbano que se precie. Y no solo por la comodidad, también porque aumenta exponencialmente la capacidad de carga.

Las suspensiones se componen de horquilla convencional delante y doble amortiguador trasero, estos últimos regulables en precarga de muelle. El tacto es firme, aunque no llega a ser durísmo, Pero el mullido del asiento sí es bastante duro, uno de los inconvenientes de tener hueco para un casco integral debajo de él sin renunciar a la rueda trasera de 16 pulgadas. Los frenos son otro de los aspectos en los que se ha notado la mejora respecto de los hermanos Symphony más baratos. El disco delantero ondulado de 260 mm y mordido por pinza de doble pistón funciona a las mil maravillas. También el trasero de 240 que, como el peso va tan hacia delante, bloquea con facilidad. Hay pues, que repartir la frenada, «a mano» entre el tren delantero y trasero para no tener sustos.

¡Acción!

Y pese a lo bueno que ya hemos comentado, lo mejor viene cuando le das cera... Porque notas que para sus prestaciones (100 km/h reales de punta) va muy sobrado de parte ciclo. Las suspensiones y el chasis te permiten buscarle las cosquillas e incluso divertirte en tu carreterita de curvas preferida. La apuesta a punto de la transmisión (embrague y variador) es bastante agresiva, con lo que notas que sube de vueltas con rapidez y sus aceleraciones desde parado son muy buenas. Sin embargo, lo mejor que tiene son las recuperaciones. Con esta respuesta al puño del gas tan inmediata, el aplomo con el que pisa y su radio de giro tan corto (casi de bici), tienes un cóctel perfecto para esquivar enlatados en la jungla de asfalto.

Y qué me dices de las ruedas de 16 pulgadas. Después de tantos años de deterioro del firme de nuestras calles (que cada vez es menos firme) la rueda alta es una gozada: baches, grietas, adoquinados... Este Symphony está a prueba de «bandas sonoras» que al final desvían tu atención de lo importante, que es lo que tienes delante.

Como detalles de calidad me gustaría destacar la enorme guantera en el escudo con toma de corriente de 12V y su instrumentación casi completamente digital y que supone un paso adelante en los modelos de rueda alta de SYM. El detalle de poder elegir entre visualizar la velocidad o el régimen de giro del motor me ha gustado también.

Por otro lado, encontramos otros elementos tradicionales de la marca taiwanesa que normalmente pasan desapercibidos, pero son importantes, por ejemplo el interruptor para bloquear el encendido que encontramos bajo el asiento. Hace las veces de antirrobo y de cortacorriente si vamos a estar una temporada sin sacar el scooter a pasear.

Valoración

La familia Symphony es tan buena que SYM los vende a otras marcas, que lo único que hacen es cambiarle detalles estéticos y ponerle el emblema... Pues este es el mejor Symphony del mercado. Un scooter moderno, aunque con soluciones mecánicas sencillas, que huye de florituras y va a lo importante: agilidad, buena capacidad de carga, plataforma plana, motor brioso y un precio de auténtico derribo por lo que ofrece.

La ciudad es su hábitat natural, pero no por ello tienes que renunciar a tus ratoneras carreteras preferidas. La marca taiwanesa sigue evolucionando a mejor sus modelos para luchar en un segmento, el de los scooter urbanos bien equipados, en el que la competencia es feroz. Y SYM parece haber encontrado la fórmula mágica de ofrecer mucho por muy poco. Un esfuerzo que siempre tiene su recompensa.