Yamaha T-Max 2012. Prueba a fondo

Parece que no cambia mucho pero el nuevo Yamaha T-Max se ha renovado en profundidad con el objetivo de seguir siendo el rey de su clase.

Victor Gancedo Fotos: Juan Sanz

Yamaha T-Max 2012. Prueba a fondo
Yamaha T-Max 2012. Prueba a fondo

Está claro que dentro de la extensa gama de motos de Yamaha, en 2012 va a existir un modelo que brille con luz propia y que se convierta en el líder indiscutible de la marca de Iwata.

Yamaha ha renovado con mucha sabiduría su exitoso T-Max y con ello pretende seguir manteniendo la hegemonía en un segmento en el que este año lo va a tener más difícil que hasta ahora. Hay que recordar que nunca había existido tanta variedad en la categoría de los maxiscooter bicilíndricos.

El renovado T-Max, ahora con motor de 530 cc, va a tener como rivales a los BMW «seis y medio» (en versiones 600 S y 650 GT), al especial Honda Integra con transmisión DCT y al poderoso Aprilia SRV 850, sin olvidarnos de los conocidos Gilera GP 800, Honda SW-T 650 y Suzuki Burgman 650.

Está claro que tomar una buena porción del «pastel» en este segmento nunca ha estado tan complicado. Pero el nuevo T-Max nos ha demostrado en esta prueba que tiene capacidad para seguir siendo una referencia importante entre los maxiscooter, aunque para confirmarlo todavía habrá que esperar a que lleguen todos sus rivales y los enfrentemos en la comparativa correspondiente.

Desde que el primer T-Max irrumpió en el mercado en 2001, Yamaha ha anunciado que ha vendido cerca de 200.000 unidades en todo el mundo y la mayor parte de esas ventas se han producido en Europa.

En España se han matriculado en torno a 17.000 unidades, una cifra que no está nada mal y que supone un 8,5 por ciento del total, pero si atendemos a las ventas en Italia, la verdad es que podemos «flipar».

Allí el T-Max es un auténtico fenómeno de masas y sus ventas han superado las 115.000 unidades, bastante más de la mitad del total de su producción, y se espera que la llegada de la versión 2012 sea un revulsivo para que esa abultada cifra crezca aún más y remonte hasta los números de los primeros años (un 75 por ciento del total mundial y no el 60 por ciento como en el último año).

Cuando se ha desarrollado el nuevo T-Max, los objetivos principales han sido los de aumentar sus prestaciones y rebajar su peso. Ello se ha obtenido gracias a un incremento de cilindrada hasta los 530 cc (2 mm más en el diámetro de los pistones) y se ha aligerado el conjunto (casi 2 kg menos en nuestra báscula), montando un nuevo sistema de transmisión secundaria por correa dentada, un inédito basculante de dos brazos de aluminio, así como unas llantas más ligeras.

Aunque lo parezca, los cambios no han sido menores, porque la actualización ha sido muy profunda, con el 90 por ciento de los componentes del motor rediseñados. Los flujos internos del bicilíndrico en paralelo se han optimizado para reducir pérdidas, se ha mejorado el funcionamiento de la tercera biela que funciona a modo de equilibrador, se ha modificado el diagrama de distribución y se ha incorporado un nuevo sistema de gestión del motor.

Como consecuencia, el motor no es mucho más potente (declara 47 CV, cuatro más que el anterior), pero se ha logrado una ganancia ostensible en aceleración y en recuperaciones cuando ya circulas con cierto lanzamiento. Parece ser que muchos usuarios de T-Max requerían una mayor respuesta en aceleración y especialmente a la hora de circular con pasajero.

Según lo que podemos comprobar gracias a los datos de nuestras prestaciones, la mejora conseguida en aceleraciones ha sido muy importante. Tarda 1,5 seg. menos en recuperar entre 60 y 100 km/h y casi ¡4 seg! en pasar de 60 a 140 km/h (solo 11,2 seg en total), por lo que el trabajo conseguido es digno de admiración.

En Yamaha ya tenían un conjunto muy equilibrado con casi 500 cc, cuya fórmula funcionaba muy bien y han preferido no cambiarla totalmente. Lo que han hecho ha sido afinarla y mejorarla en varios aspectos, dándole más alegría a su propulsor a la hora de subir de vueltas.

Además de las mejoras técnicas citadas, en Iwata han aprovechado para modernizar la estética y aunque se han mantenido las líneas maestras y la acertada ergonomía, el diseño de la carrocería es totalmente nuevo. Ahora su aspecto es más deportivo, especialmente en la parte del colín, cuyas líneas están inspiradas en las de la YZF-R1.

Desde la primera vez que agarras los puños de su manillar y lo mueves sin la ayuda del motor, ya sientes que gira más suelto. La nueva transmisión consigue que apenas se frene y, una vez que lo arrancas, también aprecias un funcionamiento más «suelto».

El sonido es algo más ronco, pero la verdad es que no transmite apenas vibraciones. Al acelerar si sientes algo de «ebullición» en el asiento, pero a la hora de retener con el acelerador en posición «OFF», parece un vehículo eléctrico.

La correa dentada amortigua las reacciones del motor en retenciones y, por otro lado, también transmite la potencia del motor al asfalto de de forma muy silenciosa y rápida. La verdad es que el nuevo conjunto de transmión está realmente logrado.

Otro aspecto que llama la atención es el equilibrio del conjunto al abrir y cerrar el acelerador. Las oscilaciones que se producen de delante hacia atrás y viceversa, son muy leves, y los movimientos laterales de la parte forntal brillan por su ausencia.

En otras motos y maxiscooter es muy común que se produzcan ciertos «cabeceos» cada vez que abrimos-cerramos-abrimos el acelerador, pero en el nuevo T-Max sorprende la práctica ausencia de movimientos laterales. Independientemente de la velocidad y de la vía escogida, siempre nos obsequia con un aplomo soberbio y sin oscilaciones hacia los lados. Además, siempre vamos bien protegidos. Incluso con la pantalla en su posición baja (tiene dos), a sus mandos nos sentimos muy arropados y eso contribuye a que su confort de marcha sea relamente elevado.

Está claro que hacer kilómetros a los mandos del nuevo T-Max resulta muy agradable. Por rendimiento puedes mantener cruceros elevados, su comportamiento es muy equilibrado, es suave de funcionamiento y el confort de marcha es sobresaliente. La verdad es que el T-Max es realmente completo.

En cuanto a chasis, suspensiones y frenos no se declaran -ni aprecian- grandes cambios, pero todo funciona de manera sobresaliente. La rigidez del conjunto, que gira en torno a un robusto chasis doble viga de aluminio, y el buen tarado de la horquilla, permiten aprovechar al máximo el equipo de frenos delantero.

Quizas el freno trasero llega a bloquear un poco antes de lo deseado en las primeras frenadas enérgicas que realizamos (la versión ABS llegará en marzo), pero una vez acostumbrados a repartir la frenada y a abusar más del freno anterior, se consiguen unos resultados muy buenos.

La agilidad del tren delantero y la rapidez con la que efectúa los cambios de dirección son otros de los aspectos destacables y que ensalzan el lado deportivo de este Yamaha. Puedes apoyarte mucho en el neumático delantero y las trayectorias se mantienen con mucha precisión.

Tal es el grado de confianza que te transmite, que cuando practicas una conducción deportiva, te llegas incluso a olvidar de que estás a los mandos de un scooter automático. Y luego si quieres circular relajado, tiene un lado civilizado también muy difícil de igualar. Está claro que el T-Max «530» es un auténtico fenómeno.

He probado todos los T-Max desde el primero de 2001 (con carburadores y «gastón»…) hasta éste «530».

He recorrido muchos kms. con ellos y hasta tengo un «2008» con casi 40.000 km, al que he hecho «de todo»…

Por tanto, puedo afirmar que el nuevo T-Max es el mejor de la historia: la diferencia en aceleración con los anteriores es abismal y ya no es imprescindible cambiar el variador (antes sí lo era, por lo menos los rodillos).

Además, el cuadro es completo y legible, y la pantalla sencillamente perfecta (para mis 1’83 m). Podría tener un hueco algo mayor, pero con éste me apaño bien (es el mismo de mi 2008), y todavía podría correr todavía algo más, pero quizás sería a costa de algo (peso o consumo) que le perjudicaría.

Lo mejor, como siempre: lo cómodo (sí) y práctico que es.

Rizoma ha lanzado una completa colección de accesorios para esta última versión del Yamaha T-Max. Junto a los artículos existentes para la versión anterior, Rizoma ha completado su colección con novedosos accesorios para vestir al TMAX con un estilo inconfundible.

Con este kit de complementos, la parte frontal del scooter modifica sus líneas. Con los nuevos adaptadores para retrovisores, es posible instalar los espejos de la firma italiana directamente en el carenado, tal y como sucede con los originales.  Leer más...