Eso sí, necesitaremos mucha paciencia y logística para afrontar grandes viajes debido a su contenida potencia y, sobre todo, por su limitada capacidad de transportar equipaje. Se trata de uno de esos modelos que se actualizaron hace ya años -en el 2009 concretamente, ahora sólo cambia los adhesivos-, y que gracias a un buen comportamiento, una fiabilidad fuera de toda duda y un precio moderado, consigue perdurar inalterable a lo largo del tiempo, cayendo casi en el olvido. El caso es que la hemos querido recuperar para comprobar, una vez más, que las «dos cincuenta trail» son monturas más interesantes de lo que cabría esperar; y es que nos pueden ofrecer un gran servicio a bajo coste en el día a día, o grandes dosis de aventura y diversión cuando las sacamos de paseo por el campo. Recientemente probamos una de sus rivales más directas, la CRF 250 L, y entonces pensamos exactamente lo mismo. Ahora la historia se repite, pero esta vez en el exuberante color verde de la Kawa, en lugar del rojo pasión de la Honda.
Esta KLX es uno de esos míticos modelos -heredera de la antigua KLX 300R - que se han ido forjando y mejorando a lo largo de los años; y que no necesita demasiada tecnología ni demasiados materiales nobles para funcionar bien. Concretamente, nuestra protagonista es una versión remozada a finales del 2008 con un propulsor inyectado y refrigerado por agua, caja de cambios de seis velocidades, doble árbol de levas, electroventilador y, por supuesto, una carrocería con plásticos y gráficos actualizados. Así, con escasa electrónica y mucho más hierro que aluminio en sus entrañas, se consigue un conjunto algo pesado -casi 137 kg. en orden de marcha- y poco potente -solo 21 CV-, pero que en la práctica muestra un excelente comportamiento. Las acertadas cotas de la parte ciclo, con 26,5 grados en la pipa de la dirección y 105 mm. de lanzamiento en la horquilla, junto a unas suspensiones polivalentes y cómodas, colaboran en estas sensaciones.
La instrumentación, parte esencial siempre en una trail, ofrece la información justa pero se interpreta perfectamente de un solo vistazo gracias a su formato completamente digital. Cuenta con un tacómetro de barras, velocímetro de dígitos grandes, reloj, «trip» A y B, testigo de funcionamiento de la inyección, chivato de reserva, y… poco más. Echamos en falta un indicador del nivel de combustible, otro de la marcha engranada, y quizás algo de información sobre la temperatura de funcionamiento del motor y ambiente. Hablando de otras cosas que se echan en falta, una que consideramos fundamental en este tipo de pequeñas monturas de espíritu endurero, sería un buen cubrecárter, y es que el que trae de serie resulta endeble y desprotegido. Igualmente unos cubremanetas y, sobre todo, más espacio para llevar nuestras pertenencias; porque en este caso la moto sólo viene equipada con una diminuta bolsa sobre la aleta trasera, en la que se podría transportar como mucho algo de herramienta -de la cual carece, por cierto-. Además, no existe ningún tipo de preinstalación donde poder anclar algún tipo de bolsa o «top case», por lo que, si queremos hacerlo, tendremos que echar mano de nuestro ingenio. Por último, debemos mencionar que aunque el pasajero viajará cómodo sobre su generoso asiento, tendrá que sujetarse al piloto, porque la humilde Kawa también carece de asas donde agarrarse. Eso sí, los estribos están muy bien ubicados y podrá viajar bien equilibrado.
Con todo lo dicho queda claro que nuestra protagonista es más campera que asfáltica y una de las cosas que lo corroboran, aparte de su ajustado equipamiento, es su posición de conducción. En este aspecto cabe destacar un asiento amplio y liso que te permite moverte con total soltura en el campo. Además resulta algo más elevado de lo habitual en motos trail -890 mm., concretamente-, aunque gracias a la estrechez del conjunto, te permite alcanzar bien el suelo cuando lo necesitas. El mullido resulta ideal para manejarse bien en el todo terreno y no es incómodo para hacer distancias medias por carretera. Lleva una singular cinta en forma de asa en su zona media que, al margen de conferir a la moto cierto aspecto «vintage» y marcar el límite entre la zona del conductor y la del acompañante, resulta bastante práctica para mover la moto en parado. Luego, las palancas están bien situadas y tienen buen tacto y funcionamiento. Los estribos por su parte llevan unas gomas de quita y pon que resultan bastan fáciles de desmontar, pero complicado es su proceso inverso, por lo que al final decidimos usarlos siempre a pelo, pues tienen mejor agarre para el campo y no resultan incómodos en su uso con zapatos de calle. Las manetas presentan buen tacto -algo durita la del embrague- y funcionamiento, aunque no se pueden regular en aproximación. Y para terminar de describir cómo os sentiréis a bordo de esta pequeña Kawasaki «endutrail» debemos decir que el manillar es bastante plano y bajo, lo que permite trazar las curvas con agilidad y precisión, pero te obliga a doblar demasiado el espinazo cuando pilotas en pie por el campo.
Tras una intensa sesión de fotos aprovechando las últimas nevadas del invierno, llenamos el depósito con los 7,4 litros que le entran y nos marchamos a hacer un poco de «snow-bike». Ya desde el primer momento la Kawa empezó a mostrar sus habilidades camperas, y es que se deja manejar perfectamente entre la nieve, las piedras, las raíces y el agua. Es cierto que el propulsor se queda bastante corto, pero gracias a su excelente funcionamiento y su buena gráfica de par, se aprovecha muy fácilmente en los sitios comprometidos. Además la moto se siente más ligera de lo que realmente es, por lo que te anima a superar obstáculos de todo orden sin riesgo de quedarte atrapado, como te podría suceder con una montura de mayor cilindrada. Aunque los neumáticos Dunlop mostraron buena tracción en terreno seco, habríamos preferido unos neumáticos de taco más agresivo para las zonas embarradas, pero claro, todo no se puede tener y es que éstos de serie funcionan de maravilla sobre el asfalto, sin temblores ni vibraciones. El trabajo de las suspensiones nos pareció excelente en el campo y para nuestro peso de 70 kilos dejan la moto siempre estable, y se muestran muy sensibles y absorbentes ante las piedras y los baches. Un piloto más pesado, o que pretenda hacer lo que no se debe hacer con este tipo de montura, quizás las encontraría blandas, pero incluso eso tiene fácil solución porque ambos, horquilla y amortiguador, se pueden regular en compresión. Por último hablaremos de los frenos, destacando un buen tacto y excelente dosificabilidad en cualquier circunstancia -sería absurdo un ABS-. En la tierra muestran suficiente mordiente, pero en el asfalto sí que echamos de menos algo más de potencia, sobre todo, en el delantero. Y para terminar elogiaremos el consumo de este pequeño propulsor, pues tras unos 120 kilómetros de recorrido todo terreno, todavía podíamos andar otros casi 50 en busca de una gasolinera donde repostar y seguir disfrutando de la libertad sin parangón que te aporta esta pequeña pero noble «moto verde».
Para quienes buscan algo realmente eficaz en el campo o en la ciudad y barato de mantener, esta pequeña Kawa de 250 será una buena opción. A cambio tendremos que sacrificar la posibilidad de viajar cómodamente, pero incluso para desplazamientos diarios cortos se desenvuelve perfectamente. Además disfrutaréis de una estética agresiva que no os hará pasar desapercibidos
- Tipo: 4T.
- Nº de cilindros: Uno.
- Refrigeración: Líquida.
- Diámetro por carrera: 72 x 61,2 mm.
- Cilindrada total: 249,18 cc.
- Alimentación: Inyección electrónica.
- Encendido: Electrónico CDI.
- Arranque: Eléctrico.
- Embrague: Multidisco en baño de aceite.
- Cambio: Seis velocidades.
- Transmisión primaria: Por engranajes.
- Transmisión secundaria: Por cadena.
- Bastidor: Perimetral de acero.
- Suspensión delantera: Horquilla invertida Kayaba con barras de 43 mm. Recorrido: 255 mm.
- Suspensión trasera: Monoamortiguador Kayaba. Recorrido: 230 mm.
- Freno delantero: Un disco de 255 mm de diámetro; bomba y pinza Nissin de dos pistones.
- Freno trasero: Un disco de 230 mm de diámetro; bomba y pinza Nissin de un pistón.
- Llantas: de aluminio y radios cruzados.
- Neumáticos Dunlop: Delantero: 80/100-21. Trasero: 100/100-18.
- Distancia entre ejes: 1.440 mm.
- Altura del asiento: 890 mm.
- Distancia al suelo: 280 mm (255mm bieletas).
- Depósito combustible: 7,4 l.
- Peso declarado (vacío/lleno): 131,4/136,8 kg.
- Peso verificado (vacío/lleno): 131,4/136,8 kg