En aquellas décadas de los años 70 y 80 existía una gran afición a la moto de campo, aquellos dos tiempos que rugían y echaban humo. Soñábamos con aquellas Cota, Lobito, Pursang, etc. Aquí, en Tarancón (Cuenca), hubo dos circuitos de motocross: La Hontanilla y El Polvorín. A finales de los años 80 adquirí mi primera moto,una Ossa Dessert 250 que araba la vega con aquellos neumáticos Barum de tacos. En el año 90 y mediante un crédito de los que ya no existen, compré una Kawasaki GPX600R que marchaba muy bien y no me dio problemas. Más tarde una Gilera Cobra 600 RC, muy bonita pero que rompió el piñón de arranque. Luego llegó una BMW K 75 Metropolitan con la que compartí más de 40.000 km. Por aquello de cambiar un poco, compré nueva una Honda CBR600F, vivía en Alicante y con ella descubrí las buenas montañas y puertos de Levante: La Carrasqueta, Tudons… bajábamos a Almería, Calar Alto, Alpujarras, Cabo de Gata… pues con ella todo resultaba sencillo debido a su buen motor, chasis y frenos.
Debido a mi afición a buscar caminos nuevos, encontré En Dos Rodes Valencia la que sigue siendo mi compañera y protagonista de esta historia, una BMW 1200 GS. La verdad es que cuando la arranqué por primera vez se parecía al Citroën Dyane 6 de mi amigo Víctor, pero no me equivoqué de moto pues es capaz de todo. Hemos atravesado cordilleras y mesetas, andado los caminos, bordeado acantilados de toda la Península, Francia y parte de los Alpes. Por citar algunos lugares, recuerdo la costa norte gallega, el sur de Orense, la sierra del Caurel, mi querida Asturias, Oscos, Taramundi, Alto de Bustantigo y alrededores... Desde hace un tiempo recorro la Alcarria, los Montes Universales, la Serranía de Cuenca que ofrecen paisajes entre bosques de pinos, sabinas y carrascas, con el agua fluyendo entre roquedos y valles. El Tajo, Guadalaviar, Escabas, Júcar, ríos que dibujan con su curso el perfil de estos montes. Y estos viejos pueblos con tanta historia, Pastrana, Sigüenza y estos otros que ofrecen silencio y calma, Uña, Peralejos de las Truchas...
En esta ocasión el objetivo era el Paso Stelvio y sus «tornanti». Saliendo de Tarancón pasado Cuenca y el Puerto del Rocho se accede a Teruel por la bella carretera que dibujan los ríos Cabriel y Turia. Bordeando el Maestrazgo (lugar muy interesante que ya conocemos de otros viajes), subimos el Puerto de Sant Just y Las Traviesas, dando paso a Alcañiz y buscando el norte, hasta Caspe, Lérida y a dormir al camping de la Seu d'Urgell. A la mañana siguiente cruzamos Andorra y el sur de Francia con mucho calor pero la BMW no desfallece a pesar de subir la temperatura algo, esperando en los inevitables peajes si quieres llegar del tirón a Barcelonette que fue exactamente lo que hicimos.Entrando en Italia por el muy motero Col de la Maddalena comprobamos lo rapidito que circulan los tifosi de dos ruedas por estos pagos.
Por aquello de no quedarnos rezagados subimos a Turín, Milán y bordeando el Lago di Como hicimos noche en un hotel cerca de Bormio desde donde se accede al gran Stelvio. Cosa que hicimos sin vacilar al día siguiente, subiendo y bajando «tornanti». Así dimos cumplido el sueño de esta parte del mundo y compartiendo con otros esta afición por montañas y moto. La sensación de libertad que alcanzas en los viajes tantas veces soñados. Suiza es un país tal y como te lo cuentan, pero la grandeza de sus cumbres y glaciares hay que vivirlos. S. Gottardo y Furkapass pasan ante ti como auténticos mitos vivientes. Más tarde el macizo del Mont Blanc en Chamonix pone la guinda a la extraordinaria película que desde ese momento pasará a formar parte de la banda sonora de tu vida. Cruzando Francia por nacionales, el macizo central plagado de suaves y verdes paisajes. Atravesamos los Pirineos por el túnel de Bielsa para admirar una vez más el Valle de Pineta y otra vez de vuelta a Francia, a subir el Tourmalet y el Aubisque desconocidos por nosotros y muy hermosos. Con estas sensaciones y algunas otras desagradables en un camping de Navarra llegamos a casa bajo la atenta mirada del Moncayo y la bienvenida de nuestra Molina de Aragón, Beteta, Priego... Esta es una moto divertida, capaz y bonita. Solo me ha dejado tirado una vez por el relé de la bomba de alimentación. Envejece muy bien, procuro tenerla limpia y hago yo mismo el mantenimiento básico. Me la volvería a comprar sin dudar aunque también lo haría con una Ducati, Harley, otra japonesa y una Norton, mi sueño de niño. Espero no haberos aburrido con mis batallas moteras. Nos vemos por ahí y no perdáis el saludo motero. Uves a todos.